lunes, 25 de septiembre de 2017

Vivencias en La Romana: Chulerías y crujías de una tarjeta de crédito

Por Henry Osvaldo Tejeda Báez
https://iliocapozzi.blogspot.com/2017/09/vivencias-en-la-romana-chulerias-y.html
En estas vivencias de hoy, quiero darles un consejo a los amigos, y hasta a los enemigos si es que hay alguno por ahí y no me lo ha dicho. Señores, no saquen tarjetas de crédito en ningún banco si es que no quieren morirse de un infarto. 

Tan pronto usted firma los papeles de rigor, el corazón, los riñones y el ano, reciben una alerta roja sobre un peligro inminente en el futuro, por posibles saltos irregulares del corazón muy dañinos para la salud.

Cuando a usted lo aborda una de esas empleadas del banco para hacer que ud saque una tarjeta de crédito, son angelitos bajados del cielo, están entrenadas para sacarte hasta la última sarruma de los bolsillos, en ese enamoramiento al que te someten todo es una belleza, esas chicas te tratan de orma tal que, uno hasta se cree que ellas están por darte amores sin pedírselo, pero todo eso, es con el fin de "entarjetarte" con una esas fuckin’ pendejadas que te obligan a coger fiao hasta sin querer, y más aún a los bulteros que, con tal de darse vitrina, dan un tarjetazo, como cuando un jugador de domino "estralla" la ficha y dice: ¡Capicúa, cojollo! Esas chicas siempre logran joderte.

Puede que pasen tres, cuatro, cinco meses, tal vez hasta años de idílico romance entre tú y el banco, pero ¡Ay, coño!, si por alguna razón te retrasas en el pago, ahí mismo compraste un boleto para un Metro que te llevará a las profundidades del Averno.

Entonces empieza la enemistad tuya con el banco, ya no ves a la secre tan bonita y ella tampoco contigo porque hasta de tribunales te habla. Ella no te sonreirá como antes, terminaron sus amores contigo, ya eres para ella el chulo y  moroso cliente, y  aunque no lo notes cuando hablas con ella, en realidad estás hablando con Belcebú; estás en sus manos, te jodiste, y no vale que expliques la razón de tu retraso, esa gente no transige con sus cuartos, aunque sean diez cheles.

Le dices que tratarás de solucionar el problema lo antes posible, pero te ponen un plazo y no bien has salido del banco, y sin siquiera haber llegado a la calle, cuando ya te están llamando para decirte que ya está por vencerse el acuerdo. Es el demonio prendió en candela, y como se saben tú número telefónico, lo usan como su arma de tortura en tú contra, se pasan los días poniéndote mensajes de voz, te ponen una grabación para que te martille el juicio noche y día, y como ese aparato no se pone ronco, te estará dando "tusa y tusa" a todas horas; tanto joden que, si tiene Ud un reloj despertador en su casa dele un zumbón o apáguelo, porque el timbre del teléfono de la casa o del celular, le despertará a cualquier hora. 
El banco gasta más dinero en llamadas a tu celular, que lo que tienes de atraso. Esos teléfonos sonarán aunque usted los tenga apagado o desconectado, parece que esos artefactos se acostumbran a las llamadas del banco, y a usted no le queda otra cosa más que la de joderse, así son de hijo'e puta esos bancos. 
 Si usted no quiere vivir al salto de la pulga, no sea bultero, no saque tarjeta de crédito. Eso no es para "ajentaos".

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