jueves, 19 de febrero de 2015

VIVENCIAS EN LA ROMANA: UN ABUSO MORADO

Color natural de PELUSA,. Asi la llamamos
Por Henry Osvaldo Tejeda

Señores, en medio de esta Barahúnda de las vainas de Quirino, Leonel, la droga, los 200 millones de peos, las defensas, la contra defensas, el Diablo y su hermano el cardenal, les contaré de un gran abuso que s ha cometido en esta ciudad de La Romana.

Como se ve en la primera foto de esa perrita, ella vino de fábrica con el color del trigo. 
Su azaroso dueño, para matarle unas cuantas pulgas que le vio, le compró un rociador para matar esos chupadores animalitos, tan parecidos a los reformistas que se han pasado décadas chupando la sangre de los dominicanos en todos los gobiernos luego de la muerte de su líder, el Dr. Joaquín Asesino Balaguer. 

Al ser casi de noche, el cagalitroso dueño del inocente animalito, y por estar ya medio corto de vista además de sr una enema de gente por lo viejo y azaroso que se vuelto, no se dio cuenta de que el líquido rociado era de color morado. ¿Resultado? Ahora la perrita se parece una berenjena gigante, precisamente, color del PLD. ¡Aparéjenme este Mime!


Nuevo color de la infeliz PELUSA
En estos momentos estoy buscando una muda de ropa, para ir al primer destacamento policial que encuentre en mi camino, a meterme preso yo mismo, porque no otro, sino yo, el pelafustán que cometió tan criminal acción. Me declaro hoy, más perro que PELUSA.

Pero mi problema no es que le haya hecho daño a la juguetona perrita, pues en realidad, no le pasó  nada, el gran encojonamiento mío es porque ahora tengo a una "compañerita de la bases" dentro de mi propia casa y voy a tener que estar viendo ese dañino color por varios días hasta que se le borre. 

Digo, que ahora tengo que esperar a que se le borre ese color, porque y no he podido hacero ya que, la he bañado como seis veces en menos de ocho horas a ver si lograba quitarle no solo el odiado color morado, sino, el sabor amargo de mi idiotez. Si la sigo bañando, no le borraré el color, sino que, la borraré a ella.

Quería pintarle un lado de amarillo, y hasta pintarle una estrella en la frente para alquilársela a decenas de peledeistas aspirantes a regidores, para se retraten y vayan a la televisión con ella, pero pensé que el daño sería doble y más grande mi  abuso, al querer sacar provecho pecuniario de tan desastroza y deleznable acción cometida por mi.

Ahora tengo lidiar con esta situación, además de tener que esperar varios días, claro está, si mañana no se me ocurre darle una mano de pintura verde para que por lo menos, se parezca a una guanábana.

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