jueves, 11 de febrero de 2021

CHÁCHARAS: El taller de mecánica de Radio Patrullas y las piezas baratas

Por Henry Osvaldo Tejeda B.
El fruto de los míseros sueldos que se pagan en este batatal con luz, al que nuestro presidente se jacta de llamarle país, hace que el policía "saque de abajo", que quiere decir, usar toda la imaginación posible para agenciarse lo que ellos llaman "el completivo del sueldo".  Los de arriba se las "buscan" a su modo, y si es Jefe de la institución, no tiene ni que "buscársela" porque a su despacho llegan no solo los sobrecitos con dinero, sino, macutos y sacos llenos de papeletas.
Hace años, funcionaba (no sé si aún funciona) un taller para la reparación de los vehículos propios de la policía. Dicho taller, estaba ubicado en Radio Patrullas, cuya ubicación está en la Ave. Independencia de la capital, Por la parte posterior a Radio Patrullas, pasa la calle Correa y Cidrón.
En una ocasión un amigo me dijo que, en ese taller, era que él conseguía los repuestos de su vehículo. ¿Pa'qué ir a la calle 20 a comprar repuestos si aquí abajo los encuentro a la mitad de su precio con los mismos mecánicos de la policía? Me decía él, que sólo tenía que "menear un par de teclas" de sargento pa'bajo; pagar lo acordado e irse por el lado de la Correa y Cidrón por donde recibirías la pieza por la que pagaste.

El único problemita de eso era que, tu tenías que ser un buen fildeador porque la pieza te era lanzada desde el patio de Radio Patrullas, por encima de una pared muy alta. Digo buen fildeador, para que no le suceda a uno que intente hacer un mal fildeo, como le pasó a nuestro héroe, que solo escuchó cuando  le vocearon: ¡Ahí vaaaaaaaa la vainaaaaa! ¡Ay mi madre! Fue solo lo que dijo mi sorprendido amigo, porque le avisaron cuando ya la pieza iba en el aire, y no le dio tiempo a saber por dónde carajo venía el "flai".
Al ser la pared tan alta y no tener visión desde dónde le están lanzando la pieza, el pobre hombre tuvo que ser internado de urgencia, porque le cayó un alternador en plena cabeza y le hundió una parte. Cuando ese ocoeño tan jocoso me hacía la historia, no paraba de reía; lo último que me dijo sobre el golpe fue:
_ Mira muchacho, el golpe que me dio ese maldito alternador  fue tan grande, que me borró hasta lo que estaba pensando. Esa pieza me salió por lo mismo que cuesta un carro, porque hubo hasta que ponerme una placa de platino en el juicio. Ahora el que tiene la pieza que compré soy yo. Puedo decir que la compré; ¿Verdad que sí?
Cuando su esposa supo la historia, solo atinó a decirle:
_ ¡Ajá papacito! ¿Tú no querías conseguir piezas baratas? ¡Coge esa que tienes en el caco! Y bueno que te pase, por avivato, porque mira ahora, el guamazo te salió más caro que la pieza!