miércoles, 23 de diciembre de 2020

VIVENCIAS EN LA ROMANA: El Hoyo de Quisqueya

Por Henry Osvaldo Tejeda Báez
Hace un tiempecito, felicité a la anterior administración de COAROM por su eficiencia en el suministro de agua; hizo muy buen trabajo, y quiero sobresaltar la escogencia de sus obreros. lo digo, porque estuve viendo una brigada de obreros de esa institución en momentos en que abrían un hoyo en una acera del sector de Quisqueya, aquí en La Romana, específicamente, al lado de mi casa. 

Ahí estaban los obreros de la oficina del agua acompañados de un supervisor, en su tarea de Picazos van y picazos vienen, en busca de la tubería que debería ir desde la toma matriz de agua de la calle, hacia una casa de familia a la que ellos querían cortarle el suministro del agua por atraso en los pagos; parece que estaban siguiéndoles los pasos a un político de los berenjenos, en sus bellaquerías de no querer pagar la energía eléctrica. Bueno, ese no es el tema. Ya tenían como una hora hoyando, y el supervisor, visiblemente molesto porque no encontraba un lugar dónde meterse para cubrirse del solazo que estaba cogiendo, se encojonó y les dijo a los obreros; muchachos, vámonos de aquí, parece que a la gente de esa casa el agua les está llegando por internet, porque ahora nadie sabe dónde diablos ta ´ese maldito tubo. 
Metieron sus tepeterepes en la camioneta y se largaron del lugar. El vecino se tiró el show desde los "blichers" de su casa, o sea, brechando desde la persiana semi cerrada de una habitación del frente, y yo me tiré el espectáculo desde los palcos, es decir, desde la galería de mi casa. Ahora viene mi show mortificación, al ver el hoyazo que dejaron esos infiernos en la calle al lado de mi casa. Les juro por mi madrecita santísima, que ese hoyo, acumula méritos para ser comparado con un socavón de esos que se hacen en las minas en busca de metales, o todavía peor, al boquete que deja en la tierra la caída de un meteorito.¡Ofrézcome, carajo! Parece que estaban buscando oro en lugar de un tubo.
Por lo que vi, fue que felicité a la administración de la oficina del agua de La Romana que, por querer hacer las cosas bién, llegaron al extremo de contratar mineros en lugar de técnicos y obreros hoyadores. Pero mi queja, es porque ahora tengo una pendeja tronera casi al frente de la casa y ya no sé qué pensar, si quejarme para que lo vengan a tapar o encementarlo en los lados y hacerle un piso en el fondo, ponerle una llave para llenarlo de agua y cogerlo como jacuzzi para bañándome en plena calle en mi piscinita privada todos los domingos. Estoy sorprendido con esta ridícula idea que se me ha ocurrido, pero al menos, esa idea me ha transformado el encojonamiento en algo bueno, pues tomaré el problema por el lado amable.
Consulté con los vecinos, para saber su opinión respecto a lo que yo quería hacer. Los visité uno por uno en su casa. A la primera que fui, fue a la del vecino que le querían cortar el agua y le gustó mi idea; supongo que no quería ver ese hoyo tan feo frente a su casa, que para todos era una prueba de que le estaban allanando la tubería. Pido perdón por usar la palabra allanar, pero eso está de moda y por tanto, no incomoda. Bueno, el hecho es que todos los vecinos me dijeron que le metiera mano a mi proyecto, porque según ellos, lo que yo quería hacer le daba vistosidad al sector, y como dicen por la calle de que, no hay nada malo que no tenga algo bueno, me llevaré de ellos, entonces, me decidí por encementar el hoyo; esa será mi piscina. Pero el hoyo era tan grande y largo que pensé buscar el cajón de una nevera vieja y así, para aprovechar el pequeño balneario con ese cascarón de nevera que me srviría de catamarán para navegar en mi tronera los domingos. hay que sacarle beneficios hasta a la peor.
Es tanto lo que he pensado en los beneficios de esa tronera que hasta pienso alquilarlo de lunes a los viernes a todo el que quiera hacer una chercha, ya sea con amigos o familiares. 
Estoy muy contento, porque pienso que hasta los evangélicos me van a alquilar el balneario para bautizar a sus fieles. Pero hay algo que debo dejar bien claro; no quiero ni aceptaré fiestas ni coros de denvouseros, jukeros ni bachateros porque si hay algo sublime en la vida es la música, y es demasiado lo que sufro cuando oigo a esa partida de estrafalarios con cerebro un cacaíto, ofendiéndola. Tampoco quiero bachateros cerca del pedazo, ni siquiera como invitados. Este proyecto se perfila como lo mejor de La Romana, que habrá de atraer turistas, y ya hasta nombre le tengo al negocio; se llamará "El Hoyo de Quisqueya”.

lunes, 21 de diciembre de 2020

Vivencias en La Romana: El chófer estratega del concho ¡Quisqueya por la "A"

Por Henry Osvaldo Tejeda
Parado en una acera del centro del pueblo, esperando un vehículo para ir a mi casa, y el primer carro del concho que pasa por la Asociación Romana me divisa a lo lejos, y al mismo tiempo que levanta la mano a la manera de la estatua del padre Montesinos, me vocea: ¡Quisqueya por la A! Le hice seña de parada, y frenando el carro al estilo como se hace en el campo para detener un burro cuando se le "jala" el freno de golpe, el carro se detuvo casi en el medio de la calle. 
Presuroso, me monté para evitar un pleito, pues el carro que venía detrás de "mi concho", casi lo choca por detrás. Mientras me acotejaba en el raído siento, evitando un alambre que se le salía a un spring dañado, escuché que alguien voceó algo desde atrás, pero sólo pude oir el final de la frase y la última palabra empieza con mar..... Y termina en coóooon, y otra que menciona a un hijo y que termina puuuuuutaaa, pero no sé al hijo de quién se estaba refiriendo la voz, pero el chófer ni se inmutó y arrancó "jarda abajo” rumbo a la avenida Libertad, la vía que le pasa por el frente al Central Romana, que es la misma que se toma para salir por el oeste de La Romana hacia la capital, y hacia el este si es para Higuey. 
El chófer me brindó una sonrisa, y en la esquina del parque del Obelisco, al ver varias guaguitas estacionadas una detrás de la otra esperando pasajeros de la zona franca, con el semáforo en verde, "mi chófer" puso un truño. Esos son los chóferes de guaguitas de la ruta de Los Mulos (Sector muy populoso de la parte oeste de la ciudad), que más indecentes y mal educados no los puede haber en ningún pueblo. Mi chófer" les echó una peste feísima por estar mal estacionados y por estar obstruyéndonos el paso aún con el semáforo en verde. La brisa se encargó de repartir la peste que les lanzó mi chófer a cada uno de esos perros que no respetan nada ni a nadie, pero esos faunos ni pa´llá miraron. 
Se paran horas muertas en ese lugar, oteando el lado oeste por donde deben llegar los trabajadores de la zona franca; se creen dueños de las calles. Esta situación se da en la esquina de las calles Castillo Márquez con Doctor Hernández, frente al mismo parquecito del obelisco, a solo 100 metros del cuartel PN. 
Seguimos la ruta y llegamos frente al supermercado Jumbo, ahí se volteó en su asiento casi sacando medio cuerpo, y no sé qué carajo vio porque de repente metió el acelerador hasta donde le dicen Cirilo y sólo cuando rebasamos ampliamente el área del supermercado Jumbo, le dije: 
_ Óigame amigo, ¿Acaso piensa usted que a esa velocidad va a conseguir pasajeros? 
_ Un momento amigo -me dijo con respeto- esto es cuestión de estrategias, el choferismo es también una ciencia y hay que saberlo manejar o te lleva el Pájaro Malo en la ruta. Se regodeó al decir esto mostrando una sonrisa; se creyó un gurú del volante. Yo le seguí metiendo conversación, porque ahora me picó la curiosidad y quise saber, dónde estaba lo científico de andar en un carro desvencijado, del que ya no se sabía ni la marca, porque tenía piezas de todas las marcas. Dos puertas de color blanco y dos rojas, el bonete azul, y del baúl ni idea tengo de qué otra marca era porque estaba tan desguañangao que tuvo que amarrarlo con una soga de cabuya. Ahora le dije: 
_ Amigo mío, yo no veo cuál es la estrategia ni la ciencia de las que hablas, sobre algo tan simple como correr por la calle pa´rriba y pa´bajo; pararte donde hay un posible pasajero y hacer señas a ver si la persona "va, o no va". 
_ Ah, coño, usted lo que está es por ofender! Pero cómo que no es cosa de estrategia y algo hasta científico? Si usted quiere, bórrele un poquito a lo de científico porque ya eso huele como a una cosa muy grande. Yo le voy a demostrar que el manejo es una cuestión de estrategias antes de que lleguemos donde usted se va a quedar. 
Diciendo esto, vio a tres chicas que le hicieron parada; me miró y se sonrió como quien dice, aquí empieza mi demostración. Saludó a las chicas con mucha amabilidad y arrancó, ahora más moderadamente, pero no habían pasado ni dos minutos, cuando me miró den nuevo para decirme: 
_ Ud. ve lo que dije amigo? Ahí quedó demostrado que hay que ser un estratega del concho para no morirse de hambre en la ruta. Al decir esto, peló los dientes con una amplia sonrisa. 
Yo no entendía por qué me dijo eso. Fue cuando entonces, le dije: 
_Yo no veo cómo me estás demostrando eso de estrategias en el concho, porque hasta donde he visto, lo único que hiciste fue detenerte a recoger esas chicas que te hicieron parada. 
_ Exactamente -me dijo-, ha dado usted en el clavo, pero antes de explicarle mi filosofía quiero preguntarle algo. Al decir esto, se acotejó bien en su asiento y tomando pose de "profesor catedrático del concho" me dijo: 
_ Vio usted cuando estábamos frente a Jumbo, cuando yo me "voltié" y saqué el cocote lo más que pude por la ventana? 
Como en realidad yo había notado eso, le dije que sí. 
_ Pues mire amigo, en ese momento había un carro casi nuevo que venía detrás de mí, es más, mírelo ahí detrás lo pegadito que viene todavía de este carro -me dijo-, señalando un carro amarillo casi nuevo que estaba detrás de nosotros y que al parecer, venía conchando. 
_ ¿Lo ve usted? mi estrategia fue que, si yo no meto el acelerador hasta el tope para despegarme de ese carro nuevo, ¿acaso cree usted que estas tres mujeres se hubieran montado en este cuesco viejo? 
_ Pero yo me monté en este carro, amigo, lo importante es llegar a casa. -Le riposté- 
_ Ajá, eso lo sé! Pero yo tenía acelerar cuando lo hice, pues no podía tener a ese carro nuevecito de cajeta pegaíto de este anafe con ruedas porque las mujeres no me habrían hecho caso y se hubieran montado en el otro carro. Se montaron en mi carro porque no vieron otro cerca de mi, y no lo vieron por mi estrategia de poner distancia de ese carro con solo un acelerón, que usted hasta me lo criticó, pero que me hicieron ganar 90 pesos. ¿Cómo lo ve? 
No dije más nada, en realidad ese tipo está preparado para andar en las calles. Sólo me sonreí, con lo que él quedó satisfecho y con la certeza de que me convenció de que él es un estratega y un científico  del "conchismo".

El día que mataron a Manolo Tavárez junto a 11 guerrilleros hace 57 años

(Tomado del Listin Diario)
La República lunes, 21 de diciembre de 2020

Análisis Político

Reseña histórica del periodista ocoeño Felipe Ciprián, sobre el alzamiento y fusilamiento del grupo de guerrilleros del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, liderado por Manolo Tavárez Justo, en el paraje Las Manaclas de la Cordillera Central de la República dominicana.

Santo Domingo, RD. Un día como hoy, hace 57 años, fue asesinado el doctor Manolo Tavárez Justo líder del Movimiento Revolucionario 14 de Junio quien se entregó junto a 14 de sus compañeros a las tropas militares que perseguía la guerrilla que encabezaba en Las Manaclas desde el 28 de noviembre de 1963. Manolo había descollado como un ferviente dirigente popular que fundó junto a su esposa Minerva la primera gran agrupación antitrujillista luego de las expediciones de junio de 1959 que llegaron al país desde Cuba para enfrentarse a la tiranía de Rafael Trujillo, pero que fueron aplastadas y cerca de 200 guerrilleros apresados fueron masacrados en la Base Aérea de San Isidro. 
Acogiéndose a las garantías públicas que había dado solemnemente el gobierno del Triunvirato que encabezaba Manuel Tavares Espaillat, de que respetaría la integridad de los guerrilleros que se acogieran a la rendición, Manolo y sus compañeros bajaron hacia una carretera para entregarse a los soldados, pero en lugar de apresarlos, fueron fusilados. El único sobreviviente fue el historiador Emilio Cordero Michel, quien mortalmente herido, no fue rematado por los verdugos. Junto a Manolo murieron los integrantes de la guerrilla de Las Manaclas: Leonte Schott Michel, Rubén Díaz Moreno, Alfredo Peralta Michel, Antonio Barreiro alias Tony; Juan Ramón Martínez, alias Monchi; Manuel Díaz Herrera alias Reyito; Federico José Cabrera quien era el médico de la guerrilla; Jaime Ricardo Socías; Arturo Ramírez Torres; Carlos Manuel Fondeur; Rubén Marte Aguayo; Caonabo Abel; Antonio Filón alias Mancháo y José Daniel Fernández. El triunviro Tavares Espaillat, que había acudido a la televisora estatal a pedir a los guerrilleros que se entregaran bajo palabra de que serían respetados sus derechos, tras conocer el fusilamiento del grupo, volvió esa jornada a la emisora para “informar al país que la había sufrido 16 bajas”, la guerrilla que trataba de establecer en el país “una dictadura comunista, análoga a la que oprime al pueblo fraterno de Cuba”. 
Cinco de los guerrilleros de Las Manaclas decidieron que no se iban a acoger a esas garantías y tratarían de bajar de las lomas por sus propios medios: José Daniel Ariza Cabral y Luis Peláez salieron del monte con rumbo este para tratar de llegar a Santiago y Rafael Reyes, Polón Méndez y Joseíto Crespo hacia el oeste. Tres días antes de la debacle del grupo, Fidelio Despradel, comandante militar del frente guerrillero; Marcelo Bermúdez, Domingo Sánchez Bisonó alias El Guajiro y Germán Arias alias Chanchano, habían salido en misión a la ciudad para tratar de salvar del desastre a la guerrilla que se consumía de hambre y frío sin combatir, en la cordillera Central. El testimonio de Ariza Cabral, dice lo siguiente: sus 93 años de edad, José Daniel Ariza Cabral acaba de publicar su cuarto libro: “Hechos relevantes de la historia dominicana”, en el que recrea los acontecimientos de Las Manaclas y expone su tesis de lo sucedido. Para Ariza Cabral, los norteamericanos estaban decididos a impedir que el “14 de Junio” se convirtiera en un “26 de Julio” y la República Dominicana en una nueva Cuba, si no con Fidel Castro al frente, menos con Manolo Tavárez. A su juicio, los verdaderos autores de la muerte de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, dirigentes connotadas del “14 de Junio” y esposas de tres de los más importantes dirigentes de esa organización revolucionaria, no fue obra de Trujillo, sino de los servicios de inteligencia de Estados Unidos a través del ministro de las Fuerzas Armadas, José René Román Fernández alias Pupo. Según las conclusiones de Ariza Cabral, Román Fernández estaba comprometido con esos servicios y estaba en la línea sucesora del mando para cuando los efectos de la muerte de las Mirabal, desplomaran la imagen de Trujillo y la CÍA, y los patriotas dominicanos liquidaran al tirano. 
Asesinadas las Mirabal y exacerbado el sentimiento nacional contra el tirano y su viejo régimen, los norteamericanos habrían dado luz verde y armas a subalternos del sátrapa para que lo asesinaran, lo que se materializó seis meses después del crimen de las damas. Según Ariza Cabral, con esas dos acciones los norteamericanos habían liquidado el liderazgo elocuente de Minerva Mirabal y el pretexto dictatorial del trujillato para que en República Dominicana no se encendiera una guerrilla castrista. Hubo elecciones en diciembre de 1962, las ganó Juan Bosch como candidato del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), pero fue derrocado siete meses después por un golpe militar dirigido por Estados Unidos. El país quedó de nuevo bajo el influjo de una combinación perversa: los cívicos, que fueron antitrujillistas en el mando político y los militares trujillistas con pleno control de toda la maquinaria de guerra y represión. 
Pero aun Manolo estaba vivo y liderando un pujante movimiento revolucionario, y que ya había advertido: “Óiganlo señores de la reacción, si imposibilitan la lucha pacífica del pueblo, el “14 de Junio” sabe muy bien dónde están las escarpadas montañas de Quisqueya; y a ellas iremos siguiendo el ejemplo para realizar la obra de los héroes de junio de 1959, y en ellas mantendremos encendida la antorcha de la libertad, el espíritu de la Revolución, porque no nos quedará entonces otra alternativa, que la de Libertad o muerte. El siguiente paso de los norteamericanos para liquidar cualquier amenaza séria de que el país cayera en la “órbita comunista”, era seducir al gran líder Manolo de que se fuera a la montaña, y si con armas inservibles mejor para cazarlo allá. El 28 de noviembre se alzaron seis frentes guerrilleros en las tres regiones del país y fueron cayendo uno a uno sin representar una sola amenaza séria para el gobierno golpista ni para su estamento militar. 
Uno de los líderes más connotados, Hipólito Rodríguez Sánchez alias Polo, cayó fusilado en La Horma, San José de Ocoa, precisamente a manos de las tropas de un oficial del Ejército, supuestamente comprometido con el 14 de Junio, el capitán Calderón, mientras que Luis Genao Espaillat, comandante del frente Oriental, era apresado fácilmente. Los otros tres frentes, integrados por combatientes de mucho valor y escasa experiencia militar, ya habían caído en Barahona, Puerto Plata y San Francisco de Macorís. La caída de Manolo significó un revés tan grande para el movimiento revolucionario dominicano, que 57 años después, no ha podido ser superado y las fuerzas progresistas andan a la zaga de proyectos políticos conservadores, a las que poco importan el sacrificio y la sangre de las hermanas Mirabal y de Manolo y sus compañeros.