
He leído que en grandes ligas, se supo que un equipo hizo usó de la tecnología para detectar las señas que el receptor de un equipo contrario le hacía a su lanzador para poner en conocimiento del bateador el lanzamiento que ambos habían acordado lanzarle. Para que esta fea situación no pueda ser posible que pase de nuevo, se me ha ocurrido la idea de algo infalible que evite este acto tan ilegal y malsano en el beisbol. Es algo que es sumamente secreto y mucho más seguro, o sea, ubicar a una mujer de enormes tetas en un lugar de las gradas, es decir, en una área de palcos exactamente detrás del receptor de manera que ella, tenga una visión frontal del montículo del lanzador con sus grandes senos al aire que puedan ser vistos de
forma clara y nítida desde el dogout del equipo que la contrató.
Esa mujer de tan grandes atributos teteriles, sería la que le pida al pitcher el tipo de lanzamiento que deberá hacerle al bateador de turno, claro está, si es que el lanzador lo aprueba o no, pero eso no es problema porque siempre se pondrán de acuerdo, pero la decisión del lanzador será la que debe prevalecer, si es que no le dan una contraorden desde el "dogout" porque dentro del mismo, habrá otra persona que conoce al dedillo cada una de las señales de que da la mujer desde las gradas con sus tetas, es decir, la señal que lleva cada lanzamiento. Esa persona, estará dotada de un potente catalejos capaz de verle hasta las pecas que tiene la mujer en sus pechos, y mientras dure el juego, esa persona tendrá ese catalejo enfocado directamente hacia las tetas de la mujer de las gradas, y luego de conocer ya el lanzamiento que acordó la mujer con el lanzador, se lo comunicará oralmente al receptor, quien a su vez, lo recibirá a través de un audífono miniatura de alta fidelidad y muy bien disimulado entre las orejas, no vaya a ser que el "ampalla" se dé cuenta y se arme la del perro bolo.

es imposible que el equipo contrario pueda darse cuenta del tipo de lanzamiento que el receptor y el lanzador han acordado. Es una muy buena medida, porque, tanto el lanzador como la persona que está en el "dogout", se pasarán la noche deleitándose mirando a esa mujer con un juego de tetas que, aunque sea simplemente para emitir señas tetíferas, no dejan de ser movimientos sensuales. El lanzador estará contento mientras dure en el montículo, porque sus pensamientos siempre estarán en meter "su propio empeño" en el mismo "centro". Dudo mucho que este sistema de "brecheo" beisbolístico sea descubierto, pero si eso llega a suceder, hasta yo con esta habladera de tantas plumas de burros estaré “cogío por el pichirrí. Esa diva en las gradas metiendo esas dos "sandías" en el juego, no llamará la atención del equipo contrario más que para que se hagan "cocote" con ella; nadie sospechará su verdadero papel en el juego pensando que ella solo busca "vitrina", pues son demasiadas de esas, las que van al play.

hará lo mismo con otras mujeres que ,serán escogidas mediante un casting secreto, preferiblemente, entre familiares de los dueños del equipo. De todas esas mujeres, solo se escogerán las más tetonas, y si entre ellas no las hay tetonas, se les enviará a un cirujano plástico para que este les haga un par esas cosas del tamaño de una sandía. Una mujer de tetas pequeñas, no sirve para ese trabajo porque se puede perder un juego, pues si el hombre que está en el "dogout", no ve bien hacia qué lado se movió una de las tetas de la mujer, y el lanzador, en lugar de una recta lanza una güevita, le puedan dar un guamazo que los haga perder el juego; tampoco el observador del "dogout" puede ser cegato.