
Por Henry Osvaldo Tejeda. La Romana.-
Esto fue lo que escribí en el 2009, y luego lo reedité en los próximos años hasta llegar al 2019; hoy hago lo mismo, pero no es precisamente, el día de su cumpleaños, por tanto, tengo que hacerle una obligada variación al texto original. Me refiero al día del cumpleaños del personaje de esta historia; un sincero hombre de bien que ha dedicado su vida al trabajo, y
que siempre está dispuesto a ir en auxilio de las personas necesitadas, no solo allá en su pueblito natal del Cibao, sino,
dondequiera que él ha sabido que hay alguien que necesita de su mano amiga.
(Mezcla del texto original con el anexo de hoy)
Aprovecho, para desearle a ese gran amigo, mucha salud, un feliz cumpleaños y
unas felices pascuas en compañía de sus seres más queridos. He tenido que
variar un poco el texto, para traerlo a la realidad crucial por la que
atraviesa hoy su familia, a la que tanto quiero. Lo que en ese tiempo dije
sobre este personaje, fue lo que siempre le expresé a mis amigos y mis familiares,
por eso reedito la publicación, pues sería lo mismo que escribiría en este
desgraciado día en que ese buen amigo acaba de fallecer por las fatales
consecuencias de este maldito virus que azota al mundo.
Hace más de 30 años que conozco al amigo que hoy motiva este
escrito; ese gran ser humano al que pueden ver tan sonriente en la foto, ese es
mi amigo del alma Ulises Ureña, quien se desempeña como Encargado del
Departamento de Compras de Almacenes Iberia en La Romana.
Ulises, proveniente de tierra adentro cibaeña, en su
accionar en la vida ha sabido manejarse de manera tal que, se ha ganado el
cariño de todo el que lo conoce y más aún, de los dueños de los
establecimientos comerciales en los cuales ha servido, específicamente en el
área de compras, por su honradez y su apego al trabajo serio, que lo han hecho
acreedor de una ilimitada confianza por parte de sus patrones. El temple humano de Ulises es escaso, ya no viene.
Lo conocí, mientras se manejaba como Encargado de Compras
del desaparecido Supermercado de Hilary Mayol, de esta ciudad de La Romana, y
luego de agotar varios años en ese lugar, pasó a laborar, siempre en el área de
compras, en el Supermercado Iberia de San Pedro de Macorís, desde donde vino a
esta ciudad de La Romana con el mismo cargo al que inicialmente, se llamó
Almacenes Duco, y posteriormente, Almacenes Iberia, La Romana. El que ha tratado a Ulises, sabrá que me quedo corto en todo
lo que de él diga como elogios; en él se encuentran personificadas: la
caballerosidad, la bondad, la solidaridad, el amigo, el religioso creyente y
sobre todo, el amor hacia sus seres queridos, y el apego irrenunciable a sus
raíces. Ulises, vive cargando ayudas para las personas pobre s de su
comunidad rural del Cibao, tiene en su campo una especie de enramada, que los
campesinos usan como salón para distintas actividades sociales, les hace veladas,
les celebra cumpleaños, les lleva el aliento que todo hombre del campo necesita
para paliar el aislamiento a que es sometido el campesino dominicano por parte
de los gobiernos, que solo se apuran por la suntuosidad de las ciudades, en
desmedro siempre del humilde y olvidado hombre del campo. Ulises es campesino neto.
Ese olvido, lo suple el amigo Ulises con su presencia, con
su mano amiga y con su dinamismo, atributos éstos, por lo que es tan querido
dondequiera que pisa.
Escribir sobre Ulises, no es nada fácil, porque para decir
todos los atributos que adornan a este prohombre, habría que llenar una gran
cantidad de páginas. Ulises no es solo un nombre, es mucho más que eso.
Hoy, recibo con el más grande dolor la noticia de que ha
fallecido. Esto me ha dado en la madre, porque, aunque estaba en un grave
estado de salud afectado por Corona Virus, tanto yo como mi familia y sus
compañeros de trabajo, apostamos siempre a su recuperación; no fue así, Ulises se escurrió y nos dejó; se fué.

Repito, para hablar de la vida personal de Ulises desde que
nació en ese campito cibaeño, con tantas carencias, y luego de saber de su gran obra de
bien social, se necesitan cientos de páginas; tal vez miles, porque la vida de ese prohombre fue demasiado grande, vivió para hacerle la vida más llevadera a su prójimo. Eran tantas las personas que recibieron la mano amiga de Ulises que, algunas de ellas ni siquiera lA conocía.
Aquí lo voy a dejar,
pero no estoy conforme y no lo estaré nunca; quisiera escribir todo cuanto sé
de ti, pero sería redundar demasiado porque todo el que te conoció, sabe de tu
grandeza; te nos fuiste, Ulises, pero siempre serás bien recordado, hermano del
alma; tu sencillez y tú obra de bien no permitirá jamás que nadie olvide tú
paso por esta convulsionada tierra. Descansa en paz querido hermano, amigo,
compañero de veladas sanas y de cariño mutuo, ese mismo que se siente cuando
uno sabe que tiene un amigo tan sincero como tú. Ulises, siempre vivirás en nuestros recuerdos.