miércoles, 16 de junio de 2021

Chácharas: ¡Eureka! Se jodió el Corona Virus; tendrá que usar mascarillas

Estas chácharas, fueron escritas un mes antes de las elecciones julio del 2020     
                 

Por Henry Osvaldo Tejeda Báez

Yo pienso que todos los países desarrollados del planeta, que hicieron tantos esfuerzos  para encontrar una vacuna contra la pandemia del Corona Virus, debería de darles vergüenza por haberse tardado tanto en fabricarla ya que, aun contando con los mejores equipos y la mejor tecnología de punta, fue mucha la gente que se murió por no encontrar una vacunita de la mierda contra el virus, mientras que en la República Dominicana aparecieron tres dobles del marinero que vino con Cristóbal Colón llamado Rodrigo de Triana, que, aunque no harán lo mismo que hizo ese  empleado de Colón, que fue quien voceó a todo pulmón, ¡Tierra, coño, por tierraaaa! desde el mástil mayor de la carabela La Pinta, sí han declarado desde las alturas del palacio nacional dominicano que consiguieron  una vacuna por lo menos, para ahuyentar a ese virus del carajo. Otro gran logro del presidente dominicano que, para ser medio virao de los ojos, ve demasiado, y junto a dos de sus ministros, hicieron público su gran descubrimiento.

La vacuna se logró gracias al ajo, sí señores, con ajo; esto es increíble, y estuvieron tan desesperados por ver los dividendos, perdón, quise decir los efectos del ajo contra el covid que,  hasta encargaron la importación de ciento cincuenta mil quintales de ajo, una cantidad tan grande que será más que suficiente para untarle ajo a todos los dominicanos. Increíble!, 150 mil quintales de ajo, es todo el ajo del mundo más 17 peraltas, perdón, quise decir 17 pesos, mas dos "suapes", cinco escobas de guano, tres viejebas faltas de macho y diez funcionarios chulos de voraces chapiadoras. Habrá ajo hasta para el carajo ajo. 

La idea es tan provechosa que, a  falta de agua, podremos bañarnos con ajo, cosa esta que  sería mil veces más saludable que bañarse con esa agua turbia que no  llega por las tuberías, además de que enel ajo, no habitan bichos que se nos puedan pegar al cuerpo, por lo que ese jodio Covid de la mierda tendrá que salirle huyendo a la gente. Es más, yo me voy mas lejos, será el virus que tendrá que usar mascarilla en las antenitas para que no le dé el olor del ajo importado, y si no lo mata el olor del ajo per sé, seguro que lo mata la corrupción de esas importaciones. ¡Qué vaina, ya dije corrupción!, pero nada, no me hagan caso y sigan leyendo. Pues bien, con el cuerpo totalmente embadurnado de ajo, las personas evitarán el contacto social, porque no hay nariz que aguante ese tufo a ajo sin toser. A esto se le podría llamar, un grajo de ajo. Carajo, me salió bien!

Para corregir a un hijo suyo que tenia la lengua suelta, y que gustaba de decir malas palabras, un señor de mi adorado pueblo San José de Ocoa, cuando escuchaba al hijo salir con sus palabrotas, muy alterado, le voceaba: mira muchacho de la mierda!, en esta casa no se echa San Antonio, ¡coño!, y mucho menos ajo, carajo. Ajo, es la palabra con la que en el pueblo se sustituía la palabrota carajo. Bueno, del San antonio no tengo qué explicar nada; todos saben lo que eso significa.


Pues bien, el ajo,  por su  alto valor en pesos, No, no, no ombe,  quise decir, por su alta condición de ser repelente, evitará que la gente, que conociendo ya la existencia del grajo de ajo, acuda en trullas a los supermercados y oficinas públicas y otros molotes, porque nadie querrá exponerse al lado de un embarrao y jediondo a grajo de ajo. 


Pues bien, el ajo,  por su  alto valor en pesos, No, no, no ombe,  quise decir, por su alta condición de ser repelente, evitará que la gente,  conociendo ya de la existencia del grajo de ajo, acuda en trullas a los supermercados y oficinas públicas y otros molotes, porque nadie querrá estar al lado de un embarrao y jediondo a grajo de ajo.  Las compras de ajo serán compulsivas, porque la gente,  con tal de no ser infectada por el virus,  será obligada por decreto a comprarlo, para comérselo, untárselo y hasta hacer batidas de ajo con tal de inmunizarse.

Los beneficios de la gran importación de ajo serán enormes, ya que, son muchas las ganas que tiene el ministro dueño del ajo y su jefe, de darse un último ajazo al echarse la paloma, es decir, antes de ser echados del palacio nacional. Pudiera decirse que con  el dinero que obtendrá el ministro y su jefe, el cómplice de ojos viraos con ese cargamento de ajo, es para pagarse ellos mismos sus  prestaciones laborales si el gobierno que viene no se las quiere pagar. 

¡Carajo, como son las cosas! ¿Quién iba a decir que  un corrupto cargamento de ajo, le daría  dinero  de sobra a su dueño para los planes de retiro de él, de su prole y el toda su familia  por varias generaciones? Pero nada, que les vaya bien en su casa, porque en el palacio nacional no va a estar más nunca.


En fin, ciento cincuenta mil quintales de ajo es una cantidad tan grande que, tendremos ajo por diez tubos y quince llaves, suficiente como para que nos pasemos lo que resta de la pandemia enguyendo y haciendo gárgaras de ajo.

 Ya les dije que, será el propio Corona virus, el que tendrá que usar mascarillas y lavarse bien las antenitas con jabón de cuaba para evitar morirse, porque  si no lo mata el olor del ajo, lo matará el mal olor de la corrupción que emanará de ese cargamento de ajo importado. ¡Que viva el gobierno de Danilo, que vivan los ladrones, coño, y viva también el ministro del ajo, para que pueda conocer por dentro la penitenciaría de Najayo, o tal vez, la de La Victoria; ¡Ajo carajo! 

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