miércoles, 18 de octubre de 2017

CHÁCHARAS LOCAS, PRODUCTO DE UN DESVELO

Por Henry Osvaldo Tejeda B.
Hoy estoy por escribir unas chácharas, con las que quisiera sacarle a mis lectores aunque sea una pelada de diente -Léase, una sonrisa- pero estoy tuche (Inmovilizado)  del juicio, y pareciera como que tengo un apagón en las neuronas, y no lo dudo, porque son tantos apagones que nos da esta mierda de distribuidora de electricidad (EDEESTE), que creo que ya se me pegaron a mí también, por aquello de que, "el que anda con un cojo, al año cojea", y son muchos ya, los años que vengo lidiando con estos ladrones eléctricos.

Pero también, puede que yo tenga un virus troyano en el panel frontal del tutú (Léase:  la cabeza, el juicio, el casco.... En fin, todo lo que tenemos en la azotea del cuerpo, y eso no me deja hilvanar las ideas.

Este desbarajuste que tengo hoy, se lo estoy achacando a otra noche de desvelo nocturno, cosa esta muy frecuente en mí porque me ha dado con enderezar este país, y aunque  a veces logro arreglarlo, acostado, claro está, cuando empiezo a pensar en todo lo que tengo que hacer para enderezarlo, y a la cantidad de gene que tendría que fusilar, hasta me canso y lo dejo todo como está, pero al otro día, cuando le doy rewing al cassette del juicio el país está peor, y siento deseos de seguir fusilando gente en mi cabeza, porque lo primero que asalta a mis oidos, es la noticia de que hay un nuevo escándalo que viene a superar al del día anterior. Es la de nunca acabar.

No sé para qué el país se metió en ese "bojote" (Un gran lío) de dejarse engañar de gente que no bebía romo, aún conociendo el viejo refrán que dice que, "No se puede confiar en personas que no beben romo". Ellos no bebían romo, solo pedían colillas de cigarrillos, y andaban calle arriba y calle abajo vendiendo boletos para rifas de carros baratos, y apartamentos. Lo dejaré de ese tamaño, pues ayer amaneció alguien con un mosquero en la boca.

Cuando tengo estos desvelos, se me ocurren todos los disparates de la bolita del mundo: tumbo gobiernos, subo gobiernos, fusilo políticos ladrones, apreso gente, creo fuentes de trabajo para vagos y atracadores callejeros, abrazo a los campesinos, abrazo a los amigos que por suerte, no son cundangos, aunque eso no me importa, pues si a ellos les gusta que le respiren en la espalda, ese es su problema. Yo he llegado a pensar, que Simón Bolívar y José de San Martín fueron dos chancletas viejas si comparamos lo que yo hago cuando estoy en esas tareas libertarias y jodiendosas.

Les acabo de decir que, en esos malos sueños y sopores nocturnos, solo se me ocurren disparates, especialmente, cuando ceno algo que luego me cae mal. Anoche yo sabía que no la iba a pasar bien, porque a la media hora luego de cenar, empezaron a salirme unos gases calientes por la boca, se llaman eructos, pero yo siempre les he llamado "gases de reversa", porque en lugar de salir por la cañeria normal, se devuelven y salen por la boca. 

Cuando me sale ese "vaporicio" como magma líquida y caliente al revés, hasta los perros salen "bandiaos"(Corriendo a mil por hora), no por el caliente del gas, sino por el tufo, que es peor que la pestilencia que les sale a los  italianos enemigo del agua. Hieden a esencia de cebolla podrida. ¡Ofrézcome!

Pues bien, uno no se da cuenta de la peste que le sale de la boca cuando suelta un eructo, pero el que está al lado y en todo el entorno, empieza a mirar para todos lados entruñado y haciendo muecas. El único que no se da cuenta del mal olor, es el que se  jondea "esa cosa", y como no hace sonido al salir por la boca,  esa cicuta volatil hace que todos se miren, pero nadie sabe quién es el que tiene esa Chernobil por dentro; la única solución es, o te vas del pedazo, o le das naríz.
https://iliocapozzi.blogspot.com/2017/10/chacharas-locas-producto-de-un-desvelo.htm

Pues bien, anoche, en medio de mi desvelo pensé que hoy iba a escribir algo para mis  masoquistas lectores, pero miren el tema tan curioso que me surgió; un duelo a muerte entre una tortuga y un pato al estilo del viejo oeste de Estados Unidos. Me imaginé al quelonio y al pato con sendos revólveres terciados en la cintura... ¿Cintura? ¿Ven los que les digo sobre los disparates que se me ocurren? ¿Quién carajos ha visto alguna vez a una tortuga o a un pato con cintura? No me joda nadie, ombe!

Antes de seguir con este tollo, debo decirte algo mi querido lector que, si tienes otra cosa qué hacer, vete y hazlo ahora, porque leyendo lo que está escrito aquí solo te hará perder el tiempo, pero, si por curioso y cabezú tú sigues leyendo, allá tú, ese es tu problema. 
No sé para qué me pongo a aconsejar a mis lectores, específicamente los dominicanos, porque a este tú le pones un letrero que diga: "No cruzar por aquí, se puede llevar una sorpresa". ¿Cree Ud. que el dominicano le hará caso a ese letrero? Ni lo piense, eso para él es una invitación para que pase por ahí aunque se lo lleve el mismo Pecusio (Satanás); es la curiosidad ligada con doña imprudencia.

Pues bien, me imaginé esos dos animales armados hasta los dientes... ¡Maldición! Las tortugas ni los patos tampoco tienen dientes!!!! ¡Pero qué joder! Ahora sí fracasé, no escribo una letra del tema, no estoy codificado para escribir, ni sobre patos, y mucho menos sobre tortugas. Que desvelo tan hijo'e puta.

Parece que me quedé dormido, porque se me fueron las imágenes del pato y la tortuga, y al seguir mi sopor, empecé a preguntarme por qué algunos políticos quieren llegar a presidente, si cuando llegan lo que hacen es cagarlo todo. Como es una historia loca producto de un desvelo y tal vez, de una mala digestión, estoy saltando de un tema a otro sin darme cuenta, pero ahora saltaré a otro tema, pero  antes de iniciarlo quiero preguntarle al  lector; Amigo, es que no te has hartado de lo que estás leyendo?

Si no es así, debo aconsejarte que no pierdas tu tiempo, vete a la cocina, prepara un café o un trago de lo que sea, luego vete al patio y siéntate bien "despatarrao"con un pie en el norte, y otro en el sur; desahógate, aprovecha la soledad y puja duro a ver si sale una suave melodía acompañada de una flatulencia por la cañería que ya sabes, pero cuida de no dañarle el día al vecino.......Pero cojollo, ¿y qué carajo es lo que estoy aconsejando si ya terminé de escribir y por lo visto, te tiraste todo lo que escribí. ¿Ves lo curioso que es el dominicano? Te dije varias veces que no ibas a sacar nada bueno con esta lectura, y aún así te quedaste pegado ahí como un idiota leyendo todas estas sandeces. ¡Bueno que te pase!
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 Dejaré el tema aquí, pero tengo muchas más historias de mis desvelos, que abordaré en unas próximas y entregas, que son tan malas, que hasta son mejores que estas que leiste.Si no has ido al psiquiatra, es posible que leas la próxima.


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