sábado, 3 de febrero de 2018

VIVENCIAS EN LA ROMANA: LA MUÑECA DE PALO PRIETO

Henry Osvaldo Tejeda B
Mi nieta Dominique, tiene una buena variedad de juegos para divertirse, pero como la mayoría de los niños ella adora los juguetes pero como todos los infantes, tampoco tiene una idea del valor monetario de los ellos; ¿para qué?, eso no es necesario ni les importa. Siempre he dicho que, el amor de un niño hacia un juguete, depende de la impresión que este le cause la primera vez que lo ve; eso es lo que creo y no tiene que ser así.

Dominique jugando
 A una niña, Ud. puede comprarle una o varias muñecas hermosas de las que tienen atributos como: "hablar", "cantar", cerrar y abrir los ojos, "saludar", entre otros reguindales, pero nada de eso hace que una niña haga de una de esas muñecas su juguete favorito, y lo digo por la experiencia. Solo puede ser el juguete preferido de un niño, cuando no tiene variedad, es decir, cuando no tienen más que uno.
Muñeca de trapo
Si un día que ella está jugando con todas sus muñecas, y se aparece una amiguita con una muñeca de trapo sin más atributos que el de estar rellena de trapo y de ser toda destelengada, puede que la niña se enamore de ella y se olvide de sus propios juguetes por más caros que estos sean.

Veamos un ejemplo de eso. Dominique, como ya dije, tiene muchos juguetes pero hace un par de días mientras estaba yo recogiendo tereques viejos en el patio p-ara botarlos, vi un palo prieto ya seco y en pleno deterioro, cuyo tamaño tenía un parecido al de un cucharón de mover arroz. 
A mí me pareció la figura de un ser humano, más bien, a uno de esos muñecos de palo que la gente talla cuando no tiene nada que hacer. 


Pues bien, le recorté varios palitos que le sobresalían, y le dejé los que me parecieron que eran sus manos y sus piernas. No tenía cabeza, pero tenía un pequeño remate que uno podría imaginar como si fuera la cabeza por ser la parte de arriba del palo de donde salía un par de palitos que parecían dos cachitos, los cuales recorté porque me parecieron feos.


Se la mostré a Dominique, y ¡oh, sorpresa!, a la niña se le iluminaron los ojos cuando vio esa rareza de muñeca negra y desnuda. Le dije que era una muñeca muy rara que andaba perdida en el patio de la casa. Solo atinó a decir:
_¡Ay, la pobrecita, debe tener frío!. Acto seguido la tomó en sus manos (El palo, porque aún no era muñeca) y se fue huyendo con una idea de lo que haría con ese "palo/muñeca. Yo mismo la ayudé a buscar un cordón negro, que ella dobló en varias partes y se lo colocó en la cabeza; ya el palo (Perdón, quise decir, el "muñeca/Palo") tenía cabellos, más bien, parecía a los peinados jamaiquinos al estilo de Bob Marley.

Luego se buscó un trapo blanco, y tijeras en mano lo recortó como le mandaba su ingenio y se lo colocó alrededor del cuerpo, le ató en la cintura lo que a ella le pareció una correa. Era un vestido largo "De gala" (¡Vaya usted a ver) que le cubría todo el cuerpo, hasta llegarle a los pies. 


Después de eso, Dominique, medio miedosa por lo raro de la muñeca, y amorosa por la ternura habitual de las niñas hacia las estas, no dudó en adoptar ese esperpento (Perdón, no quise ser grosero, ni con la muñeca, ni  con el sentimiento tierno de la niña) con forma de  "palo/muñeca", como su principal juguete. Hoy ya le puso el nombre de Lily, pero ojalá no se le ocurra ponerle  apellido porque entonces  pasaría a llamarse Lily Tejeda. ¡Carajo, no lo puedo creer! Y, bueno que me pase, por estar de relambío.

Cuando dije algo miedosa, fue porque Dominique duerme acompañado de una o dos muñecas, o con algún osito, pero no quiso hacerlo con "Lily, la muñeca/palo prieto", pues antes de irse a acostar me dijo que le guardara la muñeca porque no quería dormir con ella, por el miedo que le tenía; no me valió decirle que el color negro no es motivo de miedo, y que eso es solo un palo, pero no entró en razones, y le doy su razón porque para ella no es un palo, sino, una muñeca rara; no le insistí mucho. 

Hoy en la tarde, cuando llegó del colegio, lo primero que hizo fue preguntarme por esa muñeca, y ahora mientras esto escribo, está ella jugando con Lily Tejeda, mientras que a su alrededor tiene un montón de muñecas y juguetes de todo tipo, ya que, por su amor a Lily, decidió darle bola negra a las muñecas blancas de ojos azules, y de pelo rubio aunque hablen y canten en Ingles. 

Ese, es el mundo impredecible de los niños que cuentan con más de un juguete, no puedo decir lo mismo de los que apenas tienen uno solo, y ni hablar de los que no tienen ninguno, y esos son la mayoría en el país, y ya sabemos el por qué. Lo dejaré aquí porque si sigo, mezclaré el tema com la política y perdería la esencia del relato.

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