miércoles, 3 de abril de 2019

Chácharas: La distancia más corta entre dos puntos es la recta que... ¡A la mierda las matemáticas!

Henry Osvaldo Tejeda Báez
Yo no salgo de una, pues me están pasando las cosas más pendejas desde que privo en ser hombre meticuloso y calculador. Ayer, cuando me vestía, se me cayó el pantalón de las manos mientras le ponía la correa antes de ponérmelo; lo hago así, porque no me gusta estar doblándome para ensartar la correa dentro de los tirillos de la pretina no vaya a ser que al doblarme, pueda yo a coger uno de esos vientos que te privan y hasta te dejan sin habla, y que solo te alivias cuando voceas una mala palabra muy común en el dominicano; si puedo evitar doblarme hacia abajo, lo hago; lo digo por experiencia.

El hecho es que, levanté el pantalón, y antes de ponérmelo lo sacudí por si acaso había cogido un poco de polvo; al sacudirlo, la hebilla de la correa se me pegó "por ahí abajo" entre las entrepiernas, por lo que quedé privado, sin habla y haciendo todas las muecas que hace un burro cuando come naranja agria. Como es natural en estos casos, cuando recobré el habla, tuve que decir lo que por naturaleza y en momentos así, nos sale a los dominicanos sin importar si somos decentes o no: ¡¡Coooñoo, maldita hebilla del diablo! Es que la decencia ni las buenas costumbres tienen fuerza para un desahogo de esa naturaleza y otros peores, como un tropezón con uno de los dedos gordos de los pies; una buena "peste", alivia.


Desde ese momento, y dado a que me puede ya pasar cualquier cosa, me propuse tener más cuidado, por eso es que cuando voy caminando por la calle o por cualquier parte voy mirando el suelo, no vaya a ser que una cáscara de guineo me haga resbalar y caerme, pero en realidad, el miedo mío no es solo caerme, sino que, al estar de tan mala suerte en estos días, puede que si me caigo de espaldas me pueda romper "lo de alante", y ahí si es verdad que la puerca retuerce el rabo.

Estoy evitando 
hasta caminar mucho, por eso, hace días traté de tomar un atajo en una esquina donde hay un solar baldío, es decir, no irme por la esquina y luego doblar hacia abajo haciendo un Angulo de 180 grados, preferí llevarme del concepto matemático aquel de que: "La distancia más corta entre dos puntos, es la recta que los une". por eso decidí acortar el camino yéndome por el centro  del solar hacia el otro punto para luego continuar mi camino calle abajo, pero a veces, uno no debe estar llevándose de todo lo que lee, pero si decide hacerlo, debe estudiar el terreno para no tener que topetarse con problemas imprevistos.

Como era casi de noche, cuando estaba cruzando por el medio del solar, resbalé con algo, y ¡vaya usted a saber!, pisé una plasta de ñeca humana y aunque la ñeca estaba en los zapatos, sentí que la misma se me había subido al juicio, entonces me encojoné y dije todas las maldiciones que me he aprendido a lo largo de más de sesenta años. Debo haber pasado cinco minutos diciendo malas palabras, y puedo decirles que son muchas. 

Chácharas: La distancia más corta entre dos puntos es la recta que... ¡A la mierda las matemáticas! Henry Osvaldo Tejeda Báez
#1, ruta que debí tomar; #2, ruta que tomé y #3, la  plasta de mierda del embarre.
Jamás vuelvo a pensar en matemáticas, a menos que no sea para calcular lo que alguien me debe, o lo que voy a coger prestado, pues acabo de asquerosearme la existencia por estar privando en Pitágoras. A la mierda las teorías matemáticas, y el que inventó el cálculo de distancia, tiempo y todas esas vainas nunca se cagó los pies mientras pensaba en su casa rascándose la bolas. Por mi parte, yo seguiré usando lo que me aconseja el viejo refrán que dice: "nunca dejes camino real por vereda" (Debo ponerle a ese refrán este anexo: "maldito estúpido", para que me quede mejor por estar de haragán. 
De todas formas, mi caso hace que, necesariamente, el refrán tenga una variación urgente en el concepto matemático, ahora se debe decir: "la distancia más corta entre dos puntos, es la plasta de mierda que los une"

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