Al hijo mío le robaron unas bocinas por estar de descuidado dejándolas en el patio, y aunque estaban dentro de la achacosa camioneta de la casa, dejó sin seguro una de las puertas y por ahí mismo le conjugaron el verbo "te jodiste".
No valió denunciarlo a la policía, y aunque supimos quién fue el ladrón, no hubo forma de probarle nada. Esa noche, cuando me acosté me puse a leer un libro, pero seguí pensando en el par de bocinas que eran las que me alegraban la vida los sábados en la tertulia que hago junto a un grupo de amigos en el colegio de periodistas, desde hace más de una docena de años, el grupo se llama Los Tertulianos; un reducido y selecto grupo de "buenos muchachos".
La dejadez de la policía, puso en evidencia la falta de compromiso de las autoridades a las que uno les paga para que nos cuide, y por lo que veo, si necesito comerme un huevo voy a tener que ponerlo yo mismo, porque con esa policía que tenemos no hay forma de resolver el más mínimo de los problemas; si Ud. sabe contar, con esa policía no cuente. Uno les expone el problema, y ellos, como si estuvieran acabaditos de haber llegado a un orgasmo, parecen que están flotando en las nubes. No jodan ellos, ombe.
Entre sopor y las letras me dormí, luego escuché la voz de hombre que me dijo:
_ Vecino, ¿ya escuchó lo que dijo el nuevo presidente?
Cuando escuché esas palbras me puse en pie de un brinco. ¿Nuevo presidente -pensé- y de dónde habrá sacado este idiota esa vaina? Pareciera como que yo me hubiera muerto hace años y que resucité hoy pero fingí no estar sorprendido, y le dije:
_ No, vecino, no he sabido nada; he estado muy distraído últimamente, pero dígame usted de lo que me he perdido.
_ ¡Oh, vecino!, el presidente habló de que va a empezar a recoger las bocinas en el país enterito, dijo que el pueblo no aguanta más, ¿y quiere que le diga algo vecino?, Yo estoy de acuerdo con esa medida, y debieran tener un lugar para meterlas a todas, porque cuando viene uno a ver, se desaparecen.
_ Oiga vecino -Le dije- me suena bien esa medida, alguien tenía que hacer algo algún día; precisamente esta semana, mi hijo y yo hemos sido perjudicados con un par de bocinas que nos robaron del patio pero en este maldito país no quieren meter preso a nadie por robar; esto anda manga por hombro, pero si ya van a empezar a recoger las bocinas, espero que aparezcan las que nos robaron.
Estamos a merced de esos malditos abusadores, con decirle que, por más diligencias que hice no hubo forma de recuperar las dos bocinas. Fuimos al cuartel, y no vimos el interés de esos policías por recuperarlas pero la próxima vez que me roben algo yo mismo los voy a picotear, ya estoy "jarto"de tantos robos sin consecuencia para los ladrones, ¿Qué piensa usted de esto, vecino?
No me contestó el vecino; desde hacía rato noté que me miraba fijamente mientras yo hablaba, como si no entendiera nada de lo que le estaba diciendo, y al verlo así le dije:
_ Pero vecino, dígame qué le pasa, ¿acaso dije algo malo, o no me di a entender bien? Veo que Ud. ha puesto un truño que no entiendo, no me diga que usted no está de acuerdo en que a esos delincuentes los metan presos.
Bueno, claro que sí, con eso de meterlos presos estoy de acuerdo, pero primero hay que hacerles un juicio.
Le respondí: Claro que si, esos ladrones de bocinas no pueden andar sueltos así por así.
El vecino parecía ruborizado y como que estaba indeciso cuando dijo:
_Vecino, ¿de qué es que estamos hablando usted y yo, de delincuentes roba bocinas, o de bocinas de las que suenan en la radio?_ Vecino, le estoy hablando de los roba bocinas ydel par de bocinas que le robaron a mi hijo.
_Perdone vecino -dijo él- no le estoy entendiendo nada, es que usted me ha armado un gran bojote y ahora me ha confundido. pero a decir verdad, me parece que usted y yo estamos hablando cosas distintas. Desde el inicio yo le dije que, el nuevo presidente del país, emitió un decreto diciendo que va a recoger todas las bocinas del pasado gobierno y usted me sale con eso de que le robaron dos bocinas, yo pensé que Ud. tenía dos hijos que eran bocinas de los que cobran mucho dinero para hablar mierda en contra del pueblo.
¡Ah, bueno, vecino! usted debió empezar por ahí; ahora le entiendo. ¡Excúseme, tenga usted un buen día!
EL vecino respondió el saludo, y cuando se iba le pregunté:
_ Espere vecino, tengo una duda y quiero que me la aclare; al inicio de la conversación Ud. habló como que teníamos un nuevo presidente, ¿a qué se refería usted?
_ ¡Ah, bueno, vecino! Es que usted está en el mundo pa'que haya más gente, y está fuera de tiempo. El gobierno del nuevo benefactor ya lo echaron del poder y el que está ahora le ha echado los perros atrás a los sinvergüenzas del otro gobierno.
_ ¡Oh, la la, pero que buena noticia! Eso hay que celebrarlo, espere aquí que ahora le traigo un trago. Entré a la casa, y al no encontrar la bebida le voceé,a mi esposa:
¡Tataaaaaaaa!, ¿dónde carajo está el frasco de romo que había en la puerta de la nevera?
A lo lejos se oyó la voz de una mujer que me despertó de sobresaltado:
¡Aguacata madulooooo! No era mi esposa, sino, una haitiana vendiendo aguacates.
¡Carajo, todo era un sueño!, y yo estaba ya "haciéndome cocote" con un nuevo gobierno.
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