domingo, 5 de enero de 2020

EL MURAL DEL PADRE LUIS EN LA PUERTA PRINCIPAL DE LA IGLESIA DE OCOA, CON LA FIGURA DE UN NIÑO CAMBIANDO LA PALABRA PAZ POR PAN.

Henry Osvaldo Tejeda Báez
El  tema  de  este  corto  trabajo, lo abordo  hoy porque, de haber tenido conocimientos antes del mismo, lo hubiera reallizado antes.No lo había tratado antes, porque tengo varios años  que  no voy a mi querido pueblo de Ocoa, y no sabía que  en  el 2015, según pude leer, ese   mural, había    sido colocado de nuevo, pero no en la puerta principal de la iglesia donde originalmente lo colocó el padre Luis Quinn, sino, en el ala este del edificio ¡Ahora, vamos a mi pleito!
Vista del letrero original, colocado en la puerta principal de la iglesia de Ocoa
 por el padre Luis Quinn. Por su nitidez, se podía leer desde lejos.
Tanto el que quitó ese mural de la puerta de la iglesia, como el que luego de tantos  años de la  muerte del padre Luis colocó una  fea réplica de forma tan mal hecha, que  no es  más que un ridículo, cínico e irreverente, además de envidioso, entre otros calificativos que se  merece.  Esa persona, un cura  tuvo que haber sido,  quien  decidió  colocar en un rinconcito   del frente de   la  iglesia muy   poco visible y sin   la menor intención de que la gente lo note, el  mural   que  identifica lo más hondo del pensamiento del padre Luis. Un letrero con colores opacos, raro, feo y muy diferente al ya famoso mural del Guayacán. La figura del niño no se nota a varios  metros de distancia, hay que acercarse para poder verlo porque el color de la piel que le pusieron no contrasta con el del fondo del mural. Y ¿Qué decir cuando alguien, especialmente, un turista o cualquiera que se le antoje  tomar una foto desde  la acera  del  parque? No se aprecia  nada  del niño, y  mucho menos  se sabe cuál es el mensaje que El Guayacán quiso llevar al las personas que lo vieran. Eso es una  irreverencia y una gran afrenta a la memoria  de ese grande hombre que fue nuestro Guayacán. Si  es que quieren hacer algo que no sea  risible,  que  la gente vea   que  lo  hacen  en honor al Padre Luis y por lo  que tanto más luchamos para que lo colocaran de nuevo en su lugar de origen, o sea, en la puerta principal de la iglesia, por lo menos, debieron hacer algo similar al  original dándole otros colores más llamativos, o con el mismo que antes tenía, porque me parece de mala fe que le pongan un color verde oscuro y colocarlo  en  un  lugar  donde  hay  vegetación  verde oscura que le quita visibilidad; es un perversidad. En el lugar que está, amerita que el tamaño le sea aumentado y buscar colores en los que haya contraste entre el fondo, con el texto y con el niño.
Este es el mural actual. No hay forma de que el niño se pueda ver con claridad. No
se ve bien ni la N" final, ni el niño doblando la "Z", ni cuando se fue (Al final).
Les recuerdo que, la colocación nuevamente de ese mural en donde estaba antes, fue un reclamo que hice mil veces en todas las redes sociales, escribí artículos, llamé al alcalde Aneudy Ortiz para que gestionara su colocación aunque fuera en el mismo parque, porque ese letrero con tan profundo mensaje,  no podía desaparecer de ahí.
Este es el gran letrero construído por Pedro en la entrada de Ocoa. Ahi se puede ver el famoso mural del Padre Luis. Las imágenes que están a la izquierda,
no están en el muro, ya que fueron agregadas por mi  para otros fines
Recuerdo que le hablé al senador Pedro Alegría, quien luego me sorprendió al mandar a pintar una réplica del  mural en la misma entrada de Ocoa,  con unas enormes letras que se pueden ver desde 300 metros de distancia, algo asombroso, que dio lugar a que yo lo escogiera como imagen de perfil para el grupo SOMOS DE OCOA. Eso, fue  un gesto que habla muy bien de Pedro, y si me dirigí a él  para expresarle mi preocupación,  fue por yo sé de su amor y respeto por el padre Luis que, dicho sea de paso, siempre lo ayudó  en sus proyectos, y  estuvo a su lado en los peores momentos de la vida del Guayacán. Pëdro Alegría, estuvo a su lado  con su mano amiga en el hospital de Miami al momento de que el padre Luis fue operado de corazón abierto, y donde murió luego de la misma. Esos reclamos, los hice  al  darme cuenta de que un cura, supongo que por envidia o por verse frente a un pueblo que podía esperar de él  una actuación  como  la  del  Guayacán y que sabía que no estaría a su altura, retiró el mural de la puerta de la iglesia luego de fallecer el padre Quinn. 

No sé qué fue lo que se le metió a ese cura, pero lo que en esos momentos pensé fue lo que aún hoy sigo pensando; que ese cura  que sustituyó al Guayacán, al ver que no se podía calzar unos zapatos que le quedaban grande  decidió borrar cosas que él creyó manendrían al pueblo pensando en el padre Luis. Tal vez estoy exagerando, pero que,  no había la necesidad de quitar ese  mural tan significativo de ahí, solo  porque a  él  se  le antojó quitarlo. Claro, a menos que   la rancia  jerarquía católica le hubiera ordenado que tratara de borrar de la mente del ocoeño los ideales revolucionarios del padre Luis; no dudo nada ya, porque esa iglesia no dejará nunca de ser lo que ha siempre ha fue, la enemiga múmero uno del pobre, complaciente con la oligarquía y con la explotación de los pueblos. Recuerden que, la iglesia católica, por sugerencias de lo peor del partido  reformista de  nuestro Ocoa, en los tiempos de los doce años de Balaguer, ellos  quisieron echarlo del pueblo, y que no se les dio porque el rechazo de la comunidad. Espero que sean indulgente conmigo, pero lo que ví en ese letrero tan poco legible y arrinconado, me dio coraje.

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