sábado, 24 de octubre de 2020

CHACHARAS: Acostarse con gallinas y cosas de nuestro folklor

De entrada, debo decir que, para poder hacer este trabajo, necesariamente tuve que recurrir al lenguaje llano del pueblo dominicano, de lo contrario, no me hubiera sido posible hacerlo. Sé que aparecerá uno que otro que me tache de soez. Su probema.

Henry Osvaldo Tejeda Báez 
En nuestro país, para todas las situaciones y momentos, tenemos una palabra, una frase, un dicho, un refrán... En los campos, la gente trata de ser menos soeces a la hora de decir una palabra o frase de uso común. Por ejemplo: ¿quién, que viva o que haya vivido en este país no ha escuchado frases como estas? "Tengo ganas de cagar, o, "tengo una churria del carajo" entre muchas otras. Pero como dije, en los campos dominicanos, la gente se cuida mucho de no pronunciar palabras feas. En lugar de decir "tengo ganas de cagar", en el campo dicen, "tengo deseos de dar del cuerpo". En lugar de decir "Tengo una churria del carajo", ellos dicen, "Tengo curso"

En el transcurrir de vida del pueblo llano de nuestro país, si no existiera la miseria extrema la gente pudiera vivir más o menos feliz aún con los tantos problemas que tenemos. Bueno, debo de bajarle algo a eso de "más o menos feliz", porque pobre es pobre, pero al menos, la vida no sería tan dura como nos la han puesto los últimos gobiernos que nos ha tocado sufrir. Pero esa miseria, no es óbice para que del pueblo llano salgan tantas jocosidades naturales y espontáneas sin que nadie quiera privar en humorista; es algo innato de nuestra gente, como  cuando una persona de barrio pobre muere, hasta en el mismo velatorio del muerto se oye toda clase de chistes y anécdotas en los que incluyen hasta al mismo muerto. Alguien llega al lugar y dice: 
_ Carajo, Cambumbito era un era un tipo muy sano (Cambumbito, era el apodo del muerto), y no sé cómo es que de repente lo veo ahí tirado. ¿Me puede decir alguien que cosa tan grande le pasó para que que tan joven haya guindado los tenis? Guindar los tenis; no tenía otras palabras más elegantes para decir sobre la muerte de Cambumbito. Alguien del grupo, de lo más natural le contesta: 

_ Bueno amigo, es cierto que él era sano, pero yo le escuchaba a tosiendo, y siempre tenía un "roco roco" raro, tal vez eso le causó un yeyo, pero debo decirte que nadie en el mundo por más sano que se sienta tiene señalado el día en que va a estericar las patas. Todos sabemos que vamos a firmar con los Carmelitas, pero no sabemos cuándo; no hay fecha conocida. Yo supe de su muerte por Radio Bemba, la noticia ya se regó como plasta de ñeca de churria. 

Cuando el que muere es un hombre rico, o una mujer de alta alcurnia las palabras que se oyen en el velorio no son las que se usan en el funeral de un "tumba bique", un "coge fiao en colmado". Veamos. 

Llega la amiga de la señora que acaba de quedar viuda, porque se le acaba de morir su rico esposo y le dice toda compungida: 
_ ¡Ay, doña Rosinda!, qué fatalidad, Don Tato era un hombre muy noble, y venir a fallecer así nomás. Fallecer; he ahí la diferencia de la palabra fallecer usada por la mujer rica, a las usada en el velorio del pobre, es decir, "guindó los tenis, y estericó las patas. 
_ La nueva viuda le contesta: 
_ Si, amiga del alma, últimamente él venía padeciendo de una arritmia cardíaca (un pobre hubiera dicho; se le aceleró el motor) y eso, además de otras dolencias que tenía, acabaron por llevárselo para el cielo. Tosía mucho. 
(El pobre no tosía, sino que tenía un "roco roco" según el lenguaje de la gleba). 
_ ¡Ay, ombe Doña Rosinda! Yo supe de su deceso por un mensaje de Whatsaap que me envió Susanna; ella lo supo por la radio. (Mírelo ahí, ella lo supo por un mensaje de Whatsaap, y el amigo del pobre lo supo por radio bemba. Ella se enteró del deceso, no del guinde de tenis ni del "esterique" de patas del pobre).  
_Así es querida amiga; mañana esta misma tarde enviaremos una nota en los periódicos para que los amigos se enteren en las páginas de los obituarios.
Un viejo de un barrio leyó en un diario, una información llegada desde Europa, en la que se cuenta de que una señora, grabó a su esposo cuando este se acostó con las gallinas. Se murieron 28 gallinas. EL viejo llamó a su esposa y le dijo:
- Tinita, corre, ven a ver qué gente más rara y disparatosa!
- Qué pasó, dijo la vieja Tinita.
_ ¡Toma, lee eso!
Cuando terminó de leer, Tinita soltó una carcajada y dijo: 
_ ¡Anda pa´ la mierda cojollo! Pero esa gente de por allá son bien raras, qué importancia tiene que un hombre se acueste con las gallinas; todos los días tú te acuestas con las gallinas y no he visto la primera que se haya muerto.
En Europa, 
la mujer que grabó al esposo teniendo relaciones sexuales con 28 gallinas, y todas murieron. Jamás podría la vieja Tinita pensar que acostarse con las gallinas, fuera hacerle el amor a esos pobres animales, pues como sabemos, en este país, acostarse con las gallinas, es irse a acostar a prima noche; muy temprano.
Observación:
Debo decir que, todas mis chácharas parten de un hecho real que, luego yo, la distorsiono en la forma, no en el fondo,  para poder inyectarle la jocosidad del ocoeño que la ha de hacer  hilarante. El hecho del señor que cogía gallinas para sus aberraciones sexuales sucedió en Europa; el tipo fue sentenciado a cumplir tres años de cárcel; sucedió en Europa.

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