lunes, 1 de marzo de 2021

Chácharas de una pelea de gallos y sus consecuencias

En la India, un hombre murió de una estocada que le dio su gallo de pelea, con un cuchillo de tres pulgadas que este le había amarrado.
Ya la gente perdió la capacidad de asombro, cuántas vainas hay que ver en este raro mundo. El hombre que resultó herido, quería que su gallo asesinara al gallo contrario durante la pelea, pero no contó con que al parecer, su propio gallo era cristiano y no musulmán como él, y que había leído además los diez mandamientos de una religión diferente a la musulmana metiéndosele en la cabeza que no se debe matar al prójimo, por tanto, decidió que no mataría al otro gallo con ese cuchillo que el dueño le había enganchado en una pata como si él fuera Rambo. Bueno, el hecho fue que, cuando el dueño lo soltó a pelear, el gallo, le hizo una reverencia al gallo contrario y luego salió dao a la peste como alma que lleva diablo, corriendo y volando como un desgaritao por toda la gallera mientras el dueño se quedó alelao de la sorpresa. Los asistentes a tan asqueroso e injusto evento, corrían despavoridos, porque sabían que el gallo iba armado, ya que es costumbre en ese lugar de la India armar a los gallos de peleas hasta los dientes, no, perdón, cojollo; olvidé que los gallos no tienen dientes, pero como pájaros al fin, yo pensé en los otros pájaros humanos también de dos patas, ya que esos sí que tienen dientes y de otros atributos propios de avechuchos raros.

Pues bien, la gente brincaba alborotada por los asientos, se metían debajo de los bancos; era un caos creado por ese gallo que el dueño creyó que era islamista, que estaba armao, y al que pensaron que era un terrorista dispuesto a acuchillar a to´el que no lo dejara pasar. Lo creían terrorista, pero nada guapo pues se negaba a ir a la Yijáh (la guerra) contra el otro gallo. Ellos no sabían que nuestro héroe el gallo de la historia, llegó a la conclusión de que el otro gallo, a lo mejor era pacífico y de buena familia, que no había por qué pelearse con él y mucho menos matarlo. Pero la gente ya estaba encojoná, y le voceaba al dueño del gallo que atrapara a ese asesino antes de que cometiera una masacre en la gallera con el arma que llevaba amarrá en una pata; siempre tildándolo de terrorista pero no eran halagos, ya que también consideraban al huidizo gallo como un sinvergüenza y charlatán cobarde por no enfrentarse a pelear con el otro gallo. Entre los presentes había un reportero musulmán que le preguntó a un tipo sobre la actitud del gallo que alborotaba el lugar, y este le respondió:
_ Mire señor, luego de yo ver el papelazo que ha hecho ese maldito gallo, en estos momentos ya no toy para que nadie me ande jodiendo la paciencia, pero no quiero serle grosero   por lo que le diré que ese asqueroso gallo que usted ve haciendo desorden, es una pura mierda y que ya no irá al paraíso allá arriba en el cielo, donde Alá le tenía reservado un harén con 20 gallinas hermosas, todas señoritas.
Bueno, para no cansar con la historia, debo decir que el gallo, por más que brincó y pataleó no consiguió el 4 por ciento....pero, ¡maldita sea!, ya se me aterrizó el mismo cable de siempre cada vez que menciono palabras tales como: brinquen y pataleen, pues me recuerdo que las dijo Leonel Fernández, el ahora dueño del partido La Pupú, cuando el pueblo protestaba exigiendo el cuatro por ciento para la educación; él dijo que por más que brinquen y pataleen no lo iban a lograr. 
Pero nada, decía que al pobre y pacifista gallo no le valió brincar ni patalear, porque en uno de esos vuelos rasantes por el área de pelea de los gallos, el dueño logró atraparlo y ahí fue cuando ocurrió el problema. Durante el pataleo, el gallo le dio una "puñalá" que le perforó la ingle al hombre, muriendo luego en el camino rumbo al hospital. La naturaleza defiende a sus hijos, porque carajo, ¿por qué los dueños de los gallos no se fajaron ellos a pelear a la "trompá"? No señor, nada de eso, ellos pusieron a dos animalitos a matarse para ellos gozar y tratar de ganar dinero con la muerte de uno de esos gallos. Ahora, el gallo está metido en un gran problema, porque fue detenido por la policía y el pobrecito va a tener que enfrentarse a un juez por cometer  un hecho  sin  quererlo. 
Ojalá no le toque un tribunal donde haya un juez como los del bizco de Arroyo Cano, ya que,  si por mano del diablo, el dueño del gallo no es peledeista, ese juez danilista lo más seguro es que lo halle  culpable de asesinato en primer grado y lo condene a morir quemado dentro de una olla de sancocho, o tal vez hecho todo un locrio en  el  patio  de   una  mezquita  musulmana.

Como en la India son tan raros que adoran hasta a las vacas, puede que surja un movimiento que interponga sus buenos oficios a fin de que ese pobre gallo, que se supone es un feligrés islámico, sea liberado sin cargos por no tener culpa en el hecho. Los que deben ser llevados a la chirola y madurados a palos,  son los que arman esos pleitos de gallos. Personalmente, yo prefiero que en lugar de poner a pelear a dos gallos, se pongan a pelear a galletazos limpios a dos pájaros cundangos pues sería mucho más llamativo ver a dos maricones dándose pellizcos, cachetadas, mantoplazos y gritando como guacamayos, y como al dominicano le gusta tanto imitar, espero que a  ningún gallero se le ocurra amarrarle una pistola a un gallito quiquitiquí  debajo de un ala, o untarlo  de veneno desde el pico hasta las espuelas. ¡Aquí dan pa´tó!

Esta fue una historia real, que luego de haberla leído,  me di tamaña jartura de mofongo con chicharrón, algo que no  debí hacer porque desde que me acosté empecé a soñar sobre lo que había leído y en esta narración del hecho, he tenido que decir todo tal como lo soñé y así  no fue que sucedió, pues le he puesto unos adornos que solo pudieron haber salido de una barriga "timbí" de plátano. Pero lo del cuchillo en la pata del gallo, la herida en la ingle al dueño y luego la muerte de este, fue todo real. Todavía me río cada vez que pienso en las cosas que me llegan al "tutú", producto de las raras musas que me traen esas jarturas nocturnas. Si no es así, lean esto:  ¿Un gallo convertido al Islam? ¿Un harén de gallinas señoritas?, un gallo condenado a muerte por asesinato; un juez peledeista en una historia de gallos; el cuatro porciento a educación. No me joda nadie, ombe!

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