EL REINO CELESTIAL Y LOS POBRES FELIGRESES

Por Henry Osvaldo Tejeda

Mi comentario de hoy es un desahogo, que puede servirle a todo el pueblo dominicano y hasta al mundo, pero, me quedaré en esta parte del mundo, La Romana.

Al buscar emisoras en el dial de un radio o en un canal de televisión local, usted se encuentra con un pastor gesticulando y diciendo las mismas vainas de siempre.

Si entra a las redes sociales de la Internet, ahí se da con otras prédicas, no ya de pastores, sino, de cualquier internauta evangélico que cree que diciendo "la Biblia dice", hay que creerle lo que dice porque en su psiquis está (porque se lo han metido en el juicio) que todo lo que dice ese libro, es cierto e irrebatible.

Estos religiosos tienen a la gente sumida en un letargo en el cual, todo le da un pito, sólo tienen orejas para escuchar y hacer lo que estos "colmos" les dicen.

Mientras van y vienen malos gobiernos que nos joden la vida y la de ellos mismos, ¿qué hacen ellos? ¡Nada, todo está bien, a Dios las gracias! Esa es su respuesta aunque se los esté llevando el  Pecusio.

Es que les han metido en el tutú que, su reino, no es de esta tierra sino, celestial. Vaya usted a ver tamaño disparate propio de locos y de gente que sabe que, a quiénes les dice eso, son unos pobres idiotas, y que me perdonen esos pobres infelices porque eso es lo que creo que son, unos verdaderos idiotas a los que los pastores cogen de pendejos.

La misión de todo el que está jodido es, luchar para mejorar su status de vida y la de los demás, eso es lo que los pastores deben decirles a sus feligreses y enseñarles lo que pasa a su alrededor y decirles cómo hacer para que sus vidas y las de los demás, puedan ser mas llevaderas. Que les diga esas cosas, antes de pasar la canasta de las ofrendas.

¡Vengan, vamos a luchar hombro con hombro junto al pueblo pobre como nosotros, para que resolvamos nuestra situación vivencial pues, desde que eso suceda, podremos orar con más fe y darle gracias a nuestro Dios (yo soy ateo, sólo me pongo en el lugar del pastor y de lo que él debería decirles a "sus ovejas").

Pero ellos no hacen eso, y cree que es posible que ni les convenga que esos feligreses tengan conciencia de las cosas terrenales porque manteniéndolos mas brutos, mejores dividendos le caen "del cielo".

 Estoy hasta la coronilla de decirles que no fuñan tanto con ese asunto del "más allá", que eso es una mentira, que eso no existe y estoy "jarto" de decirles que pongan los pies en la tierra, porque aquí es que ellos están viviendo, sufriendo, gozando y todo lo que hacen es aquí que lo hacen y que no hay ningún jodío "más allá" y que vengan para "el más acá partida de idiotas. 

Todo está aquí abajo, la maldad y el bien, el odio, el amor, la miseria, la riqueza, los dadivosos, los tiñosos, los ladrones, los honrados, los gavilleros que vinieron a completar "la obra de Duarte", los pobres, los ricos, los engañados, los engañadores y los Sundlaneros, entre miles y miles de otros renglones tanto buenos, como malos.

Desde que inventaron libros como El Corán, el Sutta-Pitaka, Vinaya-pitaka (éstos son algunos de los libros sagrados de los chinos); el Bhagavad guitá"y el "Majábharata" (hindúes), entres otros tipos de drogas, el mundo empezó a joderse y miren ya por dónde vamos.

La gente pelea por nada, la gente ríe menos, la gente sale a la calle a ver a quién engaña, la gente sale a robarse el sudor de los demás, los políticos salen a engañar a la gente para luego robar, luego hasta se hacen evangélicos si los atacan mucho.

Otros someten a la justicia a los que les echan en cara que son unos ladrones, otros compran a quienes tienen que juzgarlo por ladrones, unos se brindan para ayudar a los malos, otros se brindan para joder a los buenos. Esto se jodió.

Los evangélicos tienen una feligresía tan y tan grande, que es  suficiente para cambiar el destino de esta nación, pero sus pastores les tienen la cabeza en otras cosas, entre ellas:

el diezmo, la ofrenda, la dádiva de buen corazón para hacerle una tercera planta al templo que es "la casa de Dios", pero que en verdad, es la casa del pastor y su familia.

Les dice que no se metan en política (mientras él recibe por debajo "ayudas" de los políticos para que él, a su vez, los ayude a ellos), porque según él, el reino de ellos no es terrenal y que todo viene de "allá arriba". ¡Vaya usted a ver que olímpica manera de mantener como idiotas a tantos borregos!)

No es malo llevar una religión porque me consta que, la gente se hace mas buena cuando tiene paz espiritual y es temeroso de hacer lo malo/ Cuando la gente lleva una religión y lo hace de corazón, se vuelve solidaria, amiga del amigo, y siempre está presta a ayudar a los demás.

Yo digo que, uno va ahora a una cárcel del país donde hay dos mil presos. Les aseguro que, es muy difícil que entre esos dos mil presos haya cinco o diez evangélicos y si los hay, no están presos por delitos graves.

Hasta ahí, todo es una maravilla pero, venir un pastor a hablarle plumas de burros a los ignorantes feligreses que,  en la mayoría  de los casos, se trata de  gente humilde y por qué no, hasta sin criterio propio por lo que son tan fáciles de influir en sus psiquis.

Son gente sencilla de pueblo llano, que van a un templo religioso en busca de aliento moral y espiritual que les ayude a olvidar el vía crucis por el que atraviesan en el día a día en un país donde no hay oportunidades para ellos y que son usados por los políticos solo para que echen un voto (en contra ellos mismos) un Mayo de cada 4 años. Eso es un crimen.

Pero ese pastor, el voceador, el que enardece a esos infelices con su grito de guerra ¡Aleluya, gloria a Dios!, el mismo que les hace creer que "Dios" les habla por boca suya, es quien en verdad les tiene el juicio obnubilado, es el que los mantiene embelesados con su altisonante voceadera repitiéndoles un mismo discurso que les hace nublar la razón.

Ese es el mismo discurso que los hace olvidarse de que cada vez que van a un colmado, tienen que pagar cada día por los alimentos que compran, por los trapos que visten, por los útiles escolares, por la energía eléctrica, por las medicinas y, por su todo lo imprescindible para sobrevivir. Pero no protestan, no dicen nada, todo se lo tragan porque son narigoneados por seis palabras: "nuestro reino es celestial, no terrenal"

No sé cómo es que tanta gente se deja llevar como una manada de Ñúes, o una reata de mulas hacia un precipicio sin darse cuenta. Bueno, ya me desahogué y, aunque sigo encojonado, lo dejaré de ese tamaño.