lunes, 4 de marzo de 2019

VIVENCIAS EN BONAO: LA HISTORIA DE UN PASEO DE ESTUDIANTES Y ANTHONY RIOS

Henry Osvaldo Tejeda
LA HISTORIA
En la década de los setentas, siendo Doña Roselia Concepción la directora del Liceo José Núñez de Cáceres de San José de Ocoa, se organizó un viaje de los estudiantes de los cursos más altos a la ciudad de Bonao. Lo que no recuerdo bien con claridad es si amanecimos allá, recuerdo que, cada uno de nosotros, nos quedariamos en la casa familiar de estudiantes de Bonao, es decir, nos asignaron una casa familiar a cada uno. Creo que fue así, no recuerdo bien; si alguien lo recuerda, que me lo haga saber para introducir el dato acá, por favor.

El hecho es que la pasamos de maravilla, y creo que yo gocé más que el resto de los estudiantes. Como solía hacerlo, yo no me despegaba de mi guitarra, y como era de esperarse, me la llevé para Bonao. El domingo en la tarde, en que teníamos previsto para regresar a Ocoa, un grupito de unos seis estudiantes de Bonao a quienes les encantó las canciones que toqué en unos canes privados, me dijeron que en la barra San Rafael, uno de los principales establecimientos bailables del pueblo, estaría tocando Johnny Ventura. 

Había otros bares como, EL Yarabí, y un piano bar del cual no recuerdo el nombre (frecuentado por empleados y ejecutivos de la Falcon Bridge), que  muy confortable, y tenía aire acondicionado que, para la fecha, y tratándose de un pueblo, era algo inusual para la época. La San Rafael (así le llamaban), empezó a llenarse desde tempranas horas de la tarde.

Los muchachos me invitaron a que me quedará en Bonao para que disfrutara de esa gran fiesta, y que luego, saldríamos a dar serenatas; eso resultó muy tentador para mí, un canero graduado en cherchas. Les dije que no era posible, porque Doña Roselia, la directora del nuestro Liceo era una mujer muy jodona y muy recta y yo no era muy del agrado de ella porque según decía, yo la tenía hasta la coronilla con mis movilizaciones de "Caco caliente"en el liceo allá en Ocoa, incluso, llegó a decir que, si yo la seguía jodiendo, me iba a botar del liceo: Les dije que ella no iba a entrar en eso de dejarme en Bonao, pues alegaría que yo estaba bajo su responsabilidad; era algo más que imposible.
Liceo José Núñez de Cáceres de San José de Ocoa


En esos tiempos, Anthony Ríos ya estaba en el Combo Show de Johnny Ventura; no me valieron las "excusas" pues los muchachos me convencieron de que me quedara, eso sí, con la condición de que cuando ya estuviera listo el regreso a Ocoa, ellos me ayudarían y me dejarían ir. Acepté, y quedamos en ese acuerdo, además, el bar San Rafael, estaba situado en una de las esquinas del parque precisamente, donde quedamos estar todos los estudiantes a una hora determinada para regresar al terruño querido. Ahí, yo iba de robo. ¡Äh!, debo decir que, el pasadía, estaba pautado para extenderse hasta la noche. 

METIDO EN FIESTA
Entre tragos, risas, anécdotas y la camaradería del grupo de amigos, yo estaba en mis aguas, me sentía un dios entre esos muchachos que, dicho sea de paso, teníamos ideologías políticas   bien definidas; todos revolucionarios, y contra el gobierno de Balaguer, y las canciones que canté desde que llegué a Bonao eran todas de corte social.
El Combo Show de Johnny Ventura de los 70s

En uno de esos momentos alegres, Johnny Ventura terminó un set musical y se retiró a descansar en una mesa pegada a la tarima. Yo, que he sido siempre un "sobresalío" y fresco cuando en cuanto  a música se refiere, me acerqué a Johnny con mi guitarra en bandolera y le dije:
_ Johnny, yo estoy de visita en este pueblo y ando con un grupo de amigos que desean que yo les toque un par de canciones en la tarima, ¿puedes prestarme esos micrófonos, por favor? Me dijo: "No hay problemas, esos micrófonos son tuyos". Diciendo eso, llampo al jefe del sonido y le dio las instrucciones de lugar.


Anthony Rios, en la época de la historia
Debo decir que, ya eran casi las seis de la tarde, y ya habían pasado lista dos veces en la guagua, y solo faltaba yo. Esa fue la del Diablo. No sé quién le dijo a Doña Roselia que me vieron entrar en la fiesta, y allá se apareció; me mandó a un muchacho a decirme que si yo estoy  volviéndome loco, que ya tenemos que irnos para Ocoa. Yo le dije que, dentro de un ratito iría, pero no obstante recibir el mensaje, empezó a hacerme señas desde la puerta. Fue en ese momento cuando me dirigí a Johnny para pedirle permiso de cantar.

Comencé a cantar, y cuando ya llevaba cinco canciones, todas ovacionadas y pidiendo más, subió Anthony Ríos a la tarima, tomó el micrófono y con su acostumbrada jocosidad, dijo: Señores, nosotros comemos de esto, y si no tocamos, no nos pagarán, así es que, este joven greñú,  ahora cantará una última canción y luego se sentará para nosotros empezar el set.

Cuando terminé de cantar la última canción, antes de que yo me bajara de la tarima, Anthony tomó el micrófono de nuevo y dijo:
Me acaban de informar que, la guagua donde este muchacho tiene que viajar para San José de Ocoa, partirá dentro de cinco minutos, y me han dicho que si no va en dos minutos, lo van a dejar aquí, pero yo tengo para decirles que, este greñú, se quedará aquí conmigo y yo me lo llevaré para mi casa en la capital tan pronto termine la fiesta, porque pienso presentarlo mañana en mi sección Anthony y su Gente. Quiero decirles a la directora y a los profesores, así como a su familia en Ocoa, que este muchacho está en buenas manos.

CASI EL FINAL
Terminó la fiesta y antes de arrancar hacia la capital, Anthony se metió en pleito con una mujer que, luego supe que era su esposa. La dejó en Bonao y nos fuimos para la capital, a la calle Padre Boíl, en Gázcue. Al otro día por la mañana, me envió con una de sus mujeres a una tienda de El Conde, para que yo cogiera la ropa que me diera la gana; solo tomé una camisa y un pantalón. Cuando Anthony vio lo poco del gasto, me reprochó (Relajando, claro está), entonces me buscó unas botas de él y en la noche, me llevó a su programa donde canté un par de canciones, todas dedicadas a mis nuevos amigos de Bonao. De ahí salimos a una fiesta que amenizaría Johnny Ventura en Haina. 
https://iliocapozzi.blogspot.com/2019/03/vivencias-en-bonao-la-historia-de-un.html
Yo, cantando en televisión, en la sección "Anthony y su Gente". Un curiso tomé esta imagen y me la envió.

FIN DEL FINAL
Estuve por dos noches en el apartamento de Anthony Ríos, donde llegaron varias mujeres hermosas, y a todas las arregló ese semental mientras yo me entretenía en el balcón con mi guitarra. Desde esa vez, me pegó como apodo "Ocoa", y así me decía dondequiera que nos veíamos. Hoy, me duele profundamente la muerte de ese gran amigo que en vida se llamó Florián Anthony Antonio Jiménez, mejor conocido por Anthony Ríos. Paz a sus restos.

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