domingo, 23 de junio de 2019

VIVENCIAS EN SAN CRISTÓBAL: OCOEÑOS CELEBRANDO CUMPLEAÑOS DE HENRY MARTINEZ


                            
Henry Osvaldo Tejeda Báez
(Reedición)
Hacía más de 30 años, que no sentía yo la gran satisfacción de juntarme con un grupo de viejos amigos ocoeños, compañeros fieles de tantas vagabunder....., perdón, no quise decir eso, quise decir, compañeros de correrías.
EL sábado 1o de agosto del 2010, nos reunimos en San Cristóbal, para celebrar el cumpleaños del bueno Henry Martínez, donde reside junto a su esposa Ivelisse Polanco y sus dos hijos. Allí, engullimos chivo, además de dar cuenta de media granja de pollos guisados.

El ambiente de hermandad que se vivió ese día, solo fue comparable con aquellos buenos momentos que pasamos juntos todos en San José de Ocoa, de donde somos oriundos. Nuestra alegría era mucha, pero más lo era, la que sentía el propio Henry Martínez, quien sintió el afecto de sus amigos de siempre, los que no le olvidan, que hicimos ese esfuerzo de llegar a su casa desde distintos pueblos del país a reiterarle nuestro aprecio, cosa esta que no fue más que, un abono a la deuda de cariño y afecto que todos tenemos con él. Ivelisse, su esposa, no se quedó atrás, se le notaba lo bien que recibía esa descarga de afectos que llevamos a su casa los verdaderos amigos Henry. No faltó quien dijera que, sumando las edades de todos los que allí estábamos, fácilmente llegábamos a los mil años. ¡Santísimo! Eso parecía un geriátrico, pero de viejevos contentos.
Todo un milenio de "romo". Todo allí era una risa, un cuento, una historia, una picadera, un chiste, un maní, un trozo de chivo (pobre chivo), un trozo de queso, un trago, dos tragos, tres tragos.........¡El Diablo, cuanto beben, carajo!!
Ojalá que mis dedos no amanezcan mañana con una resaca luego de que yo escriba los nombres de los que allí estuvieron, porque son nombres asociados en su mayoría al etílico de distintas marcas y como de lo que estoy hablando es de una chercha de amigos, el somero perfil que daré de ellos, no tiene nada que ver con su accionar profesional, por tanto, no hay que ponerse guapitos. Aquí les voy: 
Sucre Figuereo: si busca a Sucre y no da como referencia, el nombre de 22 muchachos hijos de 14 mujeres, más 2 mil novias que se fueron sin hijos, que ni lo busque. Sucre es de esas personas a las que, si un mosquito los pica, se va volando borracho y cantando una canción de cualquiera de los cantantes de la Sonora Matancera. Alimaña que lo pique, alimaña que se intoxica, por esas venas solo corre romo y música


Copérnico Medrano. Con solo decir que el amigo Coper, vivía cerca de una zona de guerra, y era prácticamente vecino de los lupanares donde hacían vida pública las "mujeres de la buena vida". Esa zona olía a romo por todas las calles, y algo mas, entonces, imagínese de lo que era capaz de beberse el viejo Coper.


Julio Cesar Sánchez; el que pregunte por ese nombre simplemente, no lo va a encontrar jamás si no dice, Chen Brugal.


Félix (La Prueba) A este lo encontrará rápido, pero tiene que preguntar por un azuano que se aplatanó en Ocoa, y que tiene una bisagra en el codo derecho para hacer más viable el viaje del vaso a la boca.

Tito Ortiz. Digamos que es muy buen "compartidor", pero no un buen bebedor de carrera larga, pero si en una fiesta donde haya "de to”. él se pierde por un buen rato, vaya y búsquelo en la cocina probando el "jervío". Tito, es de los mas "relajaos" del grupo, y es muy amigo de guardar sus cuartos; usted lo ve así, dizque echao a lo pendejito, pero ese sujeto debe tener una caleta llena de papeletas de todos los calibres, Según Miguel Onfalia (El Motón), Tito es ya rico poderoso, "pero se va a joder por tiñoso".
Rafelito Arias (Batuala). Otro canero graduado pero tranquilo, siempre fue muy manso, podemos decir que Batuala es un bebedor de bajo perfil.
Fernando Isa. De este buen amigo podemos decir que sea un bebedor de traguitos netamente sociales, pero le encantan los canes sanos, Eso sí, tiempos atrás, no se perdía un can y no había julepe en el que Fernando no estuviera presente.
Miguel Santos: 


Esto del apellido Santos, lo vinimos a conocer ya después de viejos, porque el que no preguntaba por Miguel Onfalia, o "el hijo de Chichí el del teatro", no lo encontraría nunca, luego le pegaron otro mote; El Motón, pero ese mote no sé por qué ni quién se lo pegó. ¡Pero en ese personaje sí que hay vergüenza! Miguel tiene la virtud de hablar todo el tiempo que dura una parranda. Ese día de la reunión, recuerdo que alguien dijo: "En una parranda, si Ud. no se "ajuma" con el romo, seguro que sale borracho con los cuentos de Miguel". Se las pasa relatando anécdotas de los mismos miembros del grupo y de "to´el que tiene la barriga pa´lante".
Ricardo -Ruchi- Subero: Ya este buen muchacho no creo que sea tan canero como cuando era adolescente. Ruchi siempre fue un buen compañero de cherchas sanas, pero nunca lo vi ni mareado ni danto traspiés. Al momento de la velada, Ruchi es un comerciante lleno en sus negocios y eso de los canes y las cherchas como las de antes, como que no le llama mucho la atención, pero no lo ataquen mucho porque se puede correr.
William -Willy- Read. Mas amigo de un can que este señor, hay que mandarlo a hacer, se autonombró Disc Jockey oficial del grupo; ese no se pierde una, y siempre está listo pa'la pelea... Muy buen amigo pero.... no me saca el guante del "jocico" y, como diría Cacao cuando hay alguien que le fuñía mucho la paciencia: "...¡¡Coñooo, pero que chamaquito que jode ese!"

 Cocolo, el azuano. De Cocolo no sé tanto como sé de esos viejos amigos ya mencionados, pero sí puedo decir que, no se pierde nunca a la hora de decir presente cuando se trata de algo que tenga que ver con su amigazo y ex compañero de labores Henry Martínez. Cocolo es azuano y es vendedor de Brugal en esa zona. Podemos decir que entre Cocolo, La Prueba, Copérnico, Sucre y Chen, pueden consumir un barril de "romo" en una semana y ni pituita les da.

Alexis Read. (En la foto de más arriba junto a Batuala y Tito Ortiz). Este es el más tranquilo de todos, pero si lo empujan, es capaz de dar cuenta de un par de potes en tiempo record, lo malo es que luego se "pliega" y se pone más serio que una foto de Lilís.


Bueno, se terminó el julepe en la casa de Henry, se fue borracha la "comitiva" de amigos que iba de regreso a Ocoa, pero no habían salido aún de San Cristóbal cuando recibimos una llamada para decirnos que Cocolo el azuano-ocoeño, confundió a una carreta con la calle y la chocó por detrás, yendo a parar al cuartel de la policía. Me parece que no hubo muchos problemas y, supongo que lo habrán "soltado", porque en la policía no aguantarían el tufo a "romo" de los acompañantes, es decir, el grupo de los bebedores industriales ocoeños. 

No tengo que hablar de mí, ya yo no paso de tercia. Todos me conocen y saben que,..Bueno, mejor voy a dejar esta vaina de este tamaño, no venga yo a meter la pata por estar de "escribidor desbocao". Tampoco voy a hablar de Henry Martínez porque somos dos fichas conocidas que estamos codificados como gente sana.
En la tertulia estuvieron también, el padre y la madre de Ivelisse, y algunos hijos de los "viejos robles" allí presentes. Antes de terminar, no puedo dejar de decir un par de anécdotas contadas por Sucre.
La primera
Dice ese bergante, que, cuando se estaba bañando para el irse al viaje a San Cristóbal, él le dijo a su esposa:
_Mami, búscame el pantalón de reunirme con los "cherpos" ( cherpo: era la forma despectiva que usaba Cacao para referirse a un viejo o anciano a alguien).
Cuando la mujer le llevó el pantalón, y que Sucre vio que le quedaba tan estrecho que ni cabía en él, llamó a la mujer y le dijo: _Mira, yo no te dije el pantalón de ir a fiestas de gente de 15 años, búscame el de las fiestas de los 60 años pa´llá! ¿Acaso no ves que es con una turba de viejos que me voy a reunir?
La segunda
Dice Sucre que un día, mientras estaba de parranda en Río Abajo, alguien le dio un potecito con "algo", que según el tipo que se lo dio, le ayudaría a levantar los materiales colgantes, porque ya Sucre estaba en unas condiciones en esa región del cuerpo.

_ Osvaldo -Me dijo Sucre-, Cada vez que meo, se me mojan los zapatos y el pantalón, ya no tengo presión en mi guindaleza.
Dice Sucre que, no lo pensó dos veces, "...y como borracho bebe tó lo que le dan". se tomó el frasquito, pero dejó un poquito para que  Copérnico, que era con quien andaba en esa parranda, Copérnico se tomó también su parte.

Sigue diciendo Sucre que, como a la media hora, le dio deseos de ir a orinar por lo que se fue a la letrina más cercana que encontró.
_ Mira Osvaldo, -continuó Sucre, ahora muerto de la risa- no habían pasado diez minutos desde que me bebí el juguito de ese potecito, cuando "
esta cosa" se me puso tan dura que, no tuve que entrar a la letrina a orinar porque desde la misma puerta pegué un chiguete de "miao" tan largo que hasta me asusté. Parecía una manguera de bomberos. Me puse de 15 años. ¡Diablos!!
_Y pa´no cansarte con el cuento, -siguió diciendo- otro amigo, al que le di un chin del potecito ese, también le hizo efecto el "juguito".
Ya me dolían las costillas de tanto reírme, pero Sucre me dijo que me callara, porque "ahora es que viee lo bueno".
_ Mira Osvaldo, con Copérnico la vaina no fue igual, porque hacía rato que yo veía que Coper, se estaba rascando las nalgas con el borde de una pared, por lo que le pregunté qué le pasaba, a lo que Copérnico respondió que, al parecer, ese "juguito" se le fue por otro camino, porque le estaba "comiendo" demasiado el sieso. Entonces yo le dije:
_Bueno vale Coper, usted va a tener que revisarse, pues de este tiro, usted ha quedao hecho todo un maricón, sin quererlo.
Ahí fue que la concurrencia se vino abajo de tanto reír.


Y así nos pasaron las horas entre risas, recordatorios de travesuras pasadas, cuentos de faldas, y sobre todo, de viejas parrandas, de amores perdidos y de amores ganados. A Tito Ortiz, le atacó un hambre atroz, esa era su principal queja. 

_¡La comíiiiia! ¿Cuáaaando es que van a traer la comíiiiia? Estas lombrices me van a matar.
_¡Carajo, Tito, aguanta un chin más,  ya casi tá el "jervío"! Le dijo alguien.

Ese es un grupito, que le gusta tanto la chercha (chercha sana) ya "decretaron", que lo de este sábado fue un ensayo para la verdadera celebración, que tendrá lugar en Ocoa el 16 de este mismo mes. ¡Qué barbaridad! Si esto último se da, sabiendo yo que hay otros amigos de Henry y del grupo que no pudieron asistir este sábado pero que son "peores" que los que asistieron, creo que Brugal va a tener que sacar una producción de alcohol antes de tiempo (cruda), porque hará falta "romo" en Ocoa para esa fecha. Esos tipos son, verdaderas esponjas humanas.

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