lunes, 11 de noviembre de 2019

Chácharas: Se bebió el dinero de la comida

Por Henry Osvaldo Tejeda Báez
"En mi casa tamo bien, a mí que nadie me joda, yo como carne casi to´ los días, aquí hay mucha gente que vive tirándole al gobierno, pero a mí que nadie me hable en contra de este gobiernazo". 
Así se expresaba un tipo en un colmadón, a quien se le notaba a leguas que ya tenía el juicio parío de tanto romo consumido"...
_ "Mírenme aquí en este colmadón, tirándome este pote de romo tranquilo y sin problemas, porque ya hasta le dejé "el diario" a la mujer pa´la la comía de mañana pa´que mis hijos coman bien y bueno".
La gente que estaba en su entorno, lo miraba con curiosidad y hasta se reían por lo bajo, no solo por las cosas que él decía, sino, por las muecas que hacía con la boca, la que retorcía de gusto y satisfacción, también por los ademanes que hacía con los brazos abanicando el aire, pero sobre todo, porque cada vez que se jondiaba un buche de romo lo masticaba como si se estuviera comiendo un trozo de chicharrón, una penquita (¿Dije Penca? Bueno...) Bueno...) de bofe o un jociquito o una molleja  medio saraza, es decir, a medio cocinar..

Así fueron pasando las horas, y el hombre ya estaba en el tercer frasco de romo, que ya estaba casi por el fondo cuando sintió que alguien lo cogía por el cocote, y llamándolo por su nombre le voceó en una oreja:
_ Mira, hijo de la gran puta, dime si es el dinero de la cena y de la comida de mañana el que te estás bebiendo, porque si ese es mi dinero te juro que te voy a derrengá de los palos que te voy a da, azaroso del diablo. Hace días que estoy juntando esos chelitos pa´ comprá una carnita, porque la carne que tamo comiendo en los últimos meses, es la de los gorgojos que trae el arroz. Hubo risas por lo bajo entre los contertulios del colmadón.
_ Pero, mi amor, ¿acaso crees que soy capaz de eso? No, esos cuartos me los dieron en el mitin que hicieron cuando vino el presidente con su visita sorpresa.
 _ Ajá, eeh? Sorpresa se van a llevar tus piojos cuando te machaque a palos la cabeza. ¿De qué visita del presidente me hablas, si ese hombre anda brincando en otro pueblo, y lo sé porque yo vi en la televisión, con estos ojos que se van a tragar la tierra;  él anda por El Seibo visitando a los campesinos de Vicentillo, pobrecitos campesinos, lo más probable es que los estén engañando con promesas falsas. Ahora recuerdo que, luego del último brinquito que dio aquí en este campito, nadie le vuelto a ver el pelo jamás, y según supe por boca del mismo brincador ese, lo que prometió hasta se le olvidó desde que se metió en el aire acondicionado de su casa. Pero ese no es el tema, no me quieras enredar, así es que, dime ahora mismo si el dinero que te has tragado en romo es el mismo que estaba debajo del colchón, porque esos chelitos eran para la cena de hoy y la comida de mañana. 
_Bueno mi amor, ta bien, tú sabe que nunca te hablo embute, y si lo hice ahora fue pa´que no pasá vergüenza delante de toa´ eta gente; sí, es verdad, ese era el dinero de la comida pero lo voy a repon.... 
No terminó de completar la palabra, cuando ya había sonado el primer guamazo en pleno "jocico" del borracho, y luego de una tanda de galletas, trompones, patadas por los aires, y salchichones...Noooo, perdón, me estoy emocionando con la narración, maldición, no hay nada de salchichones, es que se me tramboliqueraon los cables y pensé en Jack Veneno). Bueno, el hecho es que, la mujer, cogió una silla y se le pegó en el costillar y luego de otro sillazo, le dijo:
_ ¡Vete ahora mismo  y saca todos tus tepeterepes de la casa porque, te me estás largando ya! 
Diciendo esto, se largó echando chispas y diciendo todas las malas palabras del diccionario gentuzo. Nunca había visto una mujer que se supiera tantas palabras feas e indecentes, solo le faltó decirle Camacho.
Cuando la mujer se fue, el hombre miró para todos los lados de forma tan acelerada que parecía tener unas bisagras aceitaditas en la tabla del cocote. Luego se paró, y cuando estaba por salir, en la mesa vecina alguien le preguntó en voz más o menos alta: 
_ ¡Oiga hermano! ¿A qué sabe el romo cuando se pasa por esta situación como esa?
El borracho, volteándose hacia él le contestó:
_ A mierda, mi hijo, a mierda es que sabe, ¿A qué otra cosa va a saber si no es a pura mierda? Hubo risa colectiva.
Diciendo eso se largó dando traspiés.

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