viernes, 11 de julio de 2014

CHACHARAS DE VAINAS QUE VEO EN TV (Parte 1)
 



 ¡Aayyyyyy, mi madre, esto sí es bueno, carajo!!!,,,,,,,,,,,,,

 Por Henry Osvaldo Tejeda
 A veces, me encuentro a mi esposa mirando a la Doctora Polo y su ya distorsionado, famoso y "requete" comercial (y a veces, hasta "jartón") Caso Cerrado. 

Ocasionalmente la acompaño, porque hay situaciones que se dan en ese programa que son risibles y son dignas de verlas aunque sea para pelar los dientes un poco, por jocosas.

Hace días, vi a una hermosa  joven como de unos 20 años, quien vivía "pegada" en la casa de una amiga. La chica hacía todo lo que estuviera a su alcance para escuchar cuando su amiga y su esposo hacían el amor.

Cuando la dueña de la casa se dio cuenta, la encaró pero la joven, le explicó su problema por lo que se calmó y trató de entenderla. 


En vista de que la joven no tenía novio y se mantenía "recha", la amiga, en un gesto de comprensión decidió ayudarla a satisfacer su morbo de mente "enferma" (así la catalogó), por lo que la dejó meterse debajo de la cama una noche mientras ella hacía el amor con su esposo.
Pero que va, eso lo que hizo fue que, la "enferma", no sólo no dejara de brechar a la pareja, sino que, hasta se metía en el closet y les salía por cualquier parte de la casa. 

Cada vez que esa criatura olía que había "guayadera" en el ambiente, ahí estaba ella buscando un rincón desde donde satisfacer su vicio.
¿Saben Uds. qué era lo que hacía excitar a esa muchacha? El ruido; sí, el ruido que hacía la pareja al hacer el amor.

Cuando yo la escuché que dijo eso, me vino a la mente el esposo ideal de esa joven, un taladro industrial de esos con los que abren hoyos en la calle.


El ruido es atronador, por lo que supongo que la chica vivirá haciéndose agua con un aparato de esos al lado. Solo encenderlo y ya, "a coger gusto por pi pá"

Por eso es que, mientras la amiga hacía el amor con su esposo y sabiendo que ella estaba ahí debajo de la cama,  empezó a vocear cuantas vainas le vino al juicio. 


Hizo toda clase de ruidos: ¡Aayyyyyy, mi madre, esto sí es bueno, carajo!!! ¡Ahí mismo Bulilo, rómpeme la crista! ¡Anda pa'l carajo, esto aquí en las nubes si es chulo! ¡Uyyyy, ya casi!!!!

¡Dale pa'llá Bulilo que esa vaina e'de goma! (Bulilo, era el esposo) ¡Empuja, empújale la aguja!, ratatata, bin bin pun plash, crack, pun cutuplún. 


En su afán por excitar a la amiga que estaba debajo de la cama, la esposa seguía voceando:
¡Yaaaaaa, ya casi, ya veo de nuevo a la luna y a Júpiter pero no, ya, ya casi me  voy pa'Venus..... ¡aayy, ayy, ya  estoy llegando a Venus, Venus, no pares el cohete que casi llegoooooooooo
¡Siiiiiii, llegué!! ¡ufff!


Espero que la pasajera de abajo, haya podido aterrizar en Venus también, dijo la esposa exhausta, para que la brechera oyera.
_ ¿Qué quieres decir con eso, Juana? -Preguntó el esposo, medio curioso-
_ No, ombe, no me hagas caso, ha sido el viajecito ese que hemos dado-
_ Ah, sí, estuvo bueno!

Debajo de la cama, la "enfermiza amiga se había ido en lava, y aunque tuvo que reprimir sus gustosos alaridos, su volcán le hizo erupción más de una vez. ¡Ofrézcome, qué mundo!

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