sábado, 29 de enero de 2011

CHACHARAS: EL VIACRUCIS DE UN AMIGO (VIVENCIAS ROMANENSES)

Por Henry Osvaldo Tejeda

En la foto, Elpidio Tolentino y quien esto escribe
 Hay personas que no creen mucho en los médicos, por las tantas cosas que se han visto sobre mala practica de cientos de ellos. Puedo decir que, hay gente que prefieren morirse tomando medicina casera antes que ir donde un "Embatado de blanco" para que le diga: "Usted tiene esto", "se le explotó aquello", "se le jodio el Epiplón" de la base de datos del cerebro" (......)?, " las ladillas le comieron la sordina del ano"; además de decirle:  "usted  tiene una yunta de bueyes en el estómago, y creo que tiene usted una caja de pinchos incrustada en las costillas, bla bla bla y requete bla bla.Tengo un amigo que les tiene terror. Les contaré el porqué ya no es miedo lo que les tiene a los médicos, sino, terror.

En los años 80's, el trabajo de mi amigo (periodista profesional), necesariamente había que hacerlo en màquina portátil porque para esos tiempos aun no había llegado al país la computadora. Sabemos que para hacer un noticiero de radio, hay que teclear mucho aun con la existencia de tan moderno aparato.

Nuestro héroe, era el jefe de prensa de una emisora de esta ciudad de La Romana y él personalmente redactaba y escribía las noticias, contando con dos personas mas como ayudantes en la elaboración del  cotidiano noticiario.


Un día, la secretaria de la estación le dice: -Jefe, es muy frecuente que yo lo vea pararse de escribir para sacudir su brazo derecho y veo como que usted siente alguna molestia en las  manos, dígame en confianza, qué es lo que le molesta?
-No es nada del otro mundo
-contesta mi amigo- es que me dan a veces, unos pequeños calambres en el brazo, dedos y manos.
_Pero jefe, vaya al médico a ver a qué se debe eso!
_No te preocupes, no creo que sea nada malo, pero me llevaré de ti y en cualquier ratito me paso por la clínica
-contesto mi amigo de manera sosegada-

Como las molestias siguieron, un día en que mi amigo iba para la emisora a cumplir con su trabajo rutinario, recordó el consejo de su secretaria y decidió llegar a una clínica a chequearse y luego de ahí, irse a trabajar.
Así de bien se encontraba mi amigo en cuanto a salud, al menos eso creía él. Una cosa piensa el burro y otro el que lo apareja.
En la clínica, lo recibe un doctor que, tan pronto lo ve, le pregunta sobre el problema que le aqueja. Mi amigo le dice lo que ya sabemos, pero le agrega que no se siente mal de ninguna  otra parte del cuerpo y que mas bien, su salud esta en condiciones óptimas, a excepción de la dolencia del brazo.

El doctor puso la mano aquí, allí, se fijo en las condiciones del caparazón de mi amigo, miró el tapa bocinas, la ignición, las gomas y, luego de ir a casi todas las piezas del carro.... nooooo, perdón, se me han cruzado los cables, es que estaba pensando en un mecánico que arregla la concha de camioneta mía. ¡Excúsenme de nuevo.

Bueno, cuando chequeó otras partes del cuerpo, abrió los ojazos de tal forma que hasta asusto a mi amigo. Ese hombre hizo una mueca feísima y pareció a mi amigo, que lo que ese doctor tenía en las cuencas de los ojos no eran ojos sino, un par de tortas de casabe con dos bolas "Negritas" de billar.

El doctor le dio una pastillita de esas que se  ponen debajo de la lengua y que sirve para bajar la presión, pero muy alarmado, le dijo, "que había que internarlo porque su problema era muy serio, "que el Diablo tienta y que se podía morir hasta de un brinquito que diera  saltando un charquito de agua en la calle"., etc, etc., y 37 etcéteras mas. "Ahora si se puso jodona la cosa, parece que estoy en mis últimas".  -pensó mi amigo-

 Cuando mi amigo oyó todo esto, le dijo que a él no había porque internarlo porque ya le estaba bajando la presión que el doctor le dijo que estaba alta, pero que en ningún momento nuestro amigo se sintió con ningun "acelerón".

Ahí mismo el doctor armó un alboroto de todos los diablos; llamó a una enfermera para que llevaran a nuestro amigo a   Emergencias, y que lo metieran donde lo tuvieran que meter y que luego le hicieran una radiografía de todo el cuerpo, (incluyendo los bolsillos). 

Cuando mi amigo estaba ya en emergencias, la enfermera jefa lo hizo esperar un poco pero en eso, llegó un emisario del doctor diciéndole que si ya había hecho la radiografia, a lo que ella contestó que no, que eso no era ninguna emergencia porque el mismo paciente fue por su propios pies a llevar la orden hacerla.

Antes de entrar a la clínica, mi amigo llamó a su secretaria en la emisora radial, para decirle que se iba a tardar un poco en la clínica, dejando instrucciones al resto del equipo de Redacción del noticiario, y le advirtió a la secre, que sobre todas las cosas, no le dijeran nada a su esposa para que no crear una tormenta en un vasito cafetero.

 Pero nadie sabe, cómo supo la esposa y una hija, que su esposo estaba en una clínica. Esa fué la del mismísimo  Diablo, se armó un corre corre de esos que se ven en tiempos de navidad, cuando a las seis de la tarde todavía no han asado el puerco porque el panadero puso a asar otros puercos alante, y que llega el dueño nervioso y dice; "que hijo' eputas son ustedes, yo vine primero y mira mi maldito puerco todavía en la mesa,etc., etc.,.@%^&^*(malas palabras)", en fin, un reperpero de todos los demonios.

Pero nuestro héroe le había dicho a la secretaria que él no tenia ningún problema, que fue solo atendiendo su solicitud de chequearse la dolencia en el brazo.

Por fin, hicieron la jodía radiografia y el doctor, como si mi amigo estuviera casi agonizando volvió y se alarmó: "Hay que andar rápido con este paciente, a este se lo está llevando "Peúa" (Léase, el Diablo), y en cuanlquier momento se le puede complicar el "Cardan" que le dá potencia motora al corazón; que el cerebro está raro, se le puede salir un chiguete de mier... porque las zapatillas de abajo se han deteriorado,... bla bla", procediendo luego a remitir al paciente (de urgencia) a un Urólogo.

Mi amigo empezó a abuscar en el librito guía del seguro médico, a ver si veia algún buen urólogo y eligió a alguien hacia donde, mas rápido que volando, encaminó sus pasos.

Cuando nuestro héroe llega, lo primero que le dicen es que en esa clínica no aceptan seguro medico, por lo que mi amigo busca la manera de conseguir unos pesos para poder resolver " su gravedad" de salud y entre cardiologo y cardiologa, le han puesto un tratamiento "de por vida".

Fue tanta la gravedad, que el (dizque) mejor cardiólogo de  LaRomana tuvo que entrar en acción y puso a mi pobre y desesperado amigo en unas condiciones psicológica, que casi se vuelve  loco porque ya él,  pensaba mas en los cuartos que tenia que gastar en tratamientos y medicinas de por vida, que en la misma "enfermedad".

Le pusieron una dieta que le prohibía hasta montarse en patineta (por exagerar un poco).  _"Usted no debe comer esto, ni aquello; "tenga cuidado con pasarle por el frente a una fritura, porque el olor a bofe le puede subir la presión"; " Si usted ve un centro cervecero  o cualquier lugar donde vendan bebidas alcohólicas, salga huyendo y solo deje el "pelao' del guayón que dé al iniciar la huida';  "no se le pegue a ningún borracho, el tufo le puede matar" y, por ultimo, no se acerque mucho a esas mujercitas de " vida rápida", porque hasta con una simple ladillita, o una rasquiñita que le peguen, puede estar usted seguro, que estericarà las patas en un santiamén!!

En eso estaba mi amigo, luego de que esos, "de los mejores médicos de La Romana," le hicieron gastar mas 10 mil tululuses (aun no se le llamaban "jediondos" a los pesos").

Nuestro heroe, seguía su dieta y se aplicaba los medicamentos religiosamente pero, era una carga muy pesada porque el tratamiento que le puso "EL MEJOR CARDIÓLOGO DE LA ROMANA" mas bien parecía que era  un tratamiento para la salud de los bolsillos del propio médico porque, mi amigo seguía con las molestias del brazo y ahora peor,  porque la molestia de los bolsillos era aun peor, por lo costoso del tratamiento. El doctor le exigió, que lo visitara todas las semanas como si fueran a jugara un San Semanal. Que cojones. eehhh

Cansado de visitar al cardiologo y de pagarle, y cansado de la dieta, cuyas restricciones eran tan estrictas que, no le permitían vivir tranquilo, decidió buscar otras opciones. Le dio  vueltas a la cabeza y.......¡¡EUREKA!!  EL DOCTOR JOSÉ REYES....SIIIIII, ESO ES..¡COJOLLO!  ¿COMO NO LO PENSE ANTES?


No lo pensó dos veces y se fue al consultorio del Dr José Reyes.
_Hola doctor Reyes -dijo mi amigo-
- ¡¡Muchacho!! ¿Que brisas te empujaron por esto predios?
_Mire doctor, he venido para que usted me ayude a resolver dos problemas. Pero si me sana del primero, se desaparece el segundo
-dijo mi amigo-
_No entiendo, explicarme mejor; "desaparéjame" ese mime!!
_Mire usted, qhace tiempo mientras jugaba pelota sentí como que que algo me molestaba en el hombro y fui donde fulano, fulana.....también donde mangana y hasta donde sutano, y esos doctores me han puesto en unas condiciones peores a como yo estaba antes de que se me ocurriera ir a visitar al primero de ellos, tanto económica, como emocionalmente.

Nuestro héroe le narró lo del " juidero" al que había sido sometido; las veces que, mentalmente había cruzado la loma de la Represa en una cuerda, guindado por los cojones por culpa de esos galenos.


El doctor Reyes, no le quedó mas que reírse a " carcajada suelta"y luego de serenarse, le escribió algo en un papel y se lo entregó a la vez que le decía: "Mira, vete a quete hagan esta radiografía (esta vez, las indicaciones no decían que le hicieran una radiografia a los bolsillos de mi averiado amigo), espérala  ahí mismo para que me la traigas cuando te la entreguen.
Llega mi amigo al rato al consultorio y dice: _¡Aquí está la radiografía doctor!Luego de chequearla, el doctor Reyes llamó a mi amigo y le dijo: ¿tu ves esa sombrita que está ahí, y esa otra cosita bla bla lbla?, eso es lo que te está molestando".


El Dr Reyes volvió a mirar a mi amigo y le dijo sonriendo. ¡ ¡Muchacho, tu ni estas mal del corazón como te han querido hacer creer, lo que tu tienes es lo que te enseñé, una tontería en el hombro que no está permitiendo que...mas bla bla bla  y para que no vuelvas con esa cara de muerto en vida
por aquí, vete compra lo que dice esta receta y ház lo que te digo en la receta.¡¡SANTO REMEDIO!! Curado mi amigo per sécula y seculorum, "no mas molestias, no mas pastillas, no mas visitas donde el hijo' e puta "mejor cardiólogo de La Romana", adiós  "mejor neurología" de La Romana, no mas angustias, ya puedo beberme mis "Frías"; al diablo con todos esos medicamentos y sobre todo, adiós al "SAN SEMANAL" que el "mejor cardiologo matasanos" me tenía en las costillas todas las semanas.   ¡A robarle a otro"!!
Cuando se iba mi amigo le dijo al doctor Reyes:
_ de haber pensado en usted, otra cosa hubiera sido. ¡¡Gracias, muchas gracias doctor!!!_No tienes que dar las gracias amigo mío, siempre estoy para servirle a los amigos. ¡¡Cuidate!!!
Es lo que haré doctor, pero mas me cuidaré de sus colegas. Así dijo mi amigazo del alma, que no era otro que Elpidio Tolentino, quien salió sonriendo hacia su trabajo.


Elpidio Tolentino, nuestro de la historia es hoy, el Secretario General del Sindicacto de Periodistas Profesionales, Seccional La Romana; la estación radial en que laboraba se llamaba Radio Guia y Franklin Cordero era otro de los que conformaban el staff del noticiario.