sábado, 28 de junio de 2014

CHÁCHARAS DE CHIQUINDOLO: PERSONAJE PINTORESCO DE LA ROMANA

Chiquindolo, esperando su nueva cédula de identidad y personal
Por Henry Osvaldo Tejeda

Cuando salí del trabajo y llegué ayer tarde a mi casa, me dio deseos de acostarme, sentí como que ya tenía la Chikungunya. Cené, leí un poco y me acosté. ¡Carajo, qué sueño tan grande es este? -Me pregunté, y me puse en manos de Morfeo-

Fuí a sacar la nueva cédula dentro del recinto del Central Romana, donde la Junta Municipal Electoral habilitó un centro de cedulación para los miles de empleados y sus familiares.
No soy empleado del Central, pero tengo un hijo que está haciendo un curso que imparten, el INFOTEC y el Central Romana, y en esa "colá", me colé.

Aún en ese limitado centro, la espera fue larguísima (3 horas y media), por suerte, fue dentro de un salón con aire acondicionado y sentado. 


Allá me encontré con Chiquindolo, un personaje pintoresco de La Romana quien tiene un largo historial de cuentos sobre su lomo todos jocosos, es un personaje digno de estudio.

Dueño de una magra estatura, de tez blanca, "colorao", calvo, y con una barba parecida a la que usan los miembros de una banda de rock norteamericana llamada ZZ-Top.

Ha bebido más "romo" en su vida, que cualquier muellero de Borojol. Ud lo ve y piensa que anda por los 50 años; pero vaya usted y averigue, com lo hice yo cuando le pregunté.
Me dijo, que tenía 80 años. No le creí, pero vi  la cédula y lo comprobé. Nació en el 1933. ¡Increíble!

Como somos dos "relajaos del carajo", era de esperarse que empezamos a relajar con todo los que  parecio cómico ante nuestros ojos. Nos reimos e hicimos chistes sobre un moreno que, por su nombre (Licien Pie), debe ser un haitiano nacido aquí, porque luego lo escuché hablar, y no tenía acento haitiano.

_ ¡Mira, mira a ese prietazo del Diablo! -me decía Chiquindolo- la cámara no lo encuentra de tan prieto que es, jajajajajaja! Todos nos miraban.


_ Mira, mira -le dije yo-, ahora lo mandaron a reirse para poder ubicar donde está la cara, y hasta le han dejado la gorra puesta, para poder ubicar el "caco". jajajajajajajaja. Todo era un relajo, hasta que de repente, llamaron a Chiquindolo a la mesa de cedulación. 


Lo mandaron al área donde estaba donde estaba la cámara para tomarle la foto. Yo estaba sentado a unos 30 pies de distancia de la mesa, y a los lejos, vi cuando a Chiquindolo le daban instrucciones de cómo colocarse correctamente para sacarle la foto.

Vi a nuestro personaje algo molesto, ya tenía unos cinco minutos sentado frente a la cámara y no le habían sacado la foto. Me acerqué a ver qué estaba pasando, y lo primero que vi fue al fotógrafo cuando le decía a Chiquindolo:
"Mire señor, ya el pedestal de la cámara no baja más de ahí, lo he puesto hasta el tope de bajito y no he podido enfocarle la cara.

Chiquindolo le decía:
_ Pero es que voy a tener que ir a buscar un maldito cajón para sentarme para que usted pueda enfocarme la cara con esa vaina del carajo?
_ No tanto así, señor, pero trate de levantarse aunque sea un poquito más, ya estoy cerca de enfocarlo en el centro de la cámara.

Chiquindolo hizo un esfuerzo y, a base de pura cadera, se levantó un poco pero surgió otro problema; la calva de Chiquindolo, estaba reflejando la luz de la lámpara y en el monitor, en lugar de la cabeza de Chiquindolo, lo que se reflejaba era un destello de luz.

_ Señor, ahora tenemos otro problema, ahora tenemos que buscar una nueva ubicación al banco donde está usted sentado.
_ Pero, carajo, ¿qué vaina es lo que pasa conmigo aquí, es que me está usted viendo cara de pendejo, o piensa que soy un muchacho? ¿Qué nueva pendejá se trae usted conmigo ahora?
_ Señor, es que la calva de su cabeza está reflejando demasiado la luz de la lámpara y el destello está yendo directo a la lente de la cámara. ¡Muévase un poco más a la derecha para que salgamos de esto, o no nos iremos de aquí hoy.
_ ¿Y soy yo quién tiene la culpa de toda esta vaina? -Dijo Chiquindolo enfadado-

No le quedó de otra, se mudó un poco más a la derecha y, aunque no quedó del todo bien, el empleado le tomó la foto. Aquí pasó este nuevo episodio de esta odisea electoral de nuestro personaje, pero me quedé ahí cerca del área pues, conociendo a Chiquindolo, la cosa no iba a parar ahí.

El camarógrafo le dijo:
_ Venga, firme aquí y luego ponga cuatro de dedos de cada mano en esta cajita para sacarle las huellas digitales. Nuestro héroe firmó, pero cuando terminó de poner sus huellas, el empleado le dijo:

Señor, ponga de nuevo las manos en la cajita, no se registraron las huellas.
_ Pero, qué joder coño, y qué mal habré hecho yo para estar pagando con este joder? -Dijo Chiquindolo, medio "entruñado"

Puso de nuevo las manos (lo hizo tres veces más) y cada vez que lo hacía, el  empleado le reiteraba que volviera a poner las manos. Chiquindolo, ya incómodo, se paró y le dijo al empleado:

_ Mire joven, yo saqué un rato para venir a esta vaina, yo no estoy de vacaciones, así es que, mire bien lo que pasa con ese jodio aparato, o me voy de aquí.
_ Déjeme ver sus manos, señor -Le dijo el empleado- Chiquindolo se las mostró.


_ ¡Waoooo! -se sorprendió el empleado-
_  Dígame, cuántos años tiene usted?
_ Ochenta años cumplidos, en diciembre cumplo los 81.
_ Con razón, dijo el empleado en voz baja a la vez que esbozaba una sonrisa.
_ Qué dijo usted, joven? -Preguntó Chiquindolo, que le pareció ver en esa sonrisa una burla hacia él-

_ No, no señor, no es nada, aunque debo decirle que ud no tiene huellas digitales, sus manos están ya tan lisas como la formica, y ya se le han borrado  los susrcos de las manos.
_ ¿Como? ¿Qué vainas estás diciendo? Acaso me dices que ya no tengo huellas digitales? -Dijo furioso-
_ No he dicho nada malo, pero está bien, tomaremos lo que aquí se refleja aunque se vea borroso. Si _¡Ay, si! Si hubiera sido en otro sitio, me lo trago vivo! -pensó Chiquindolo-

"Dizque un maldito mozalbete diciéndome, como que a mí me está pasando en las manos, lo mismo que le pasan a las tuercas y a los tornillos cuando "lamben", es decir, cuando pierden las roscas. Si me to'esa vaina en otro sitio, me lo trago vivo" -pensaba Chiquindolo, todo sudoroso y con las orejas calientes-

_ Quiquindolo lo miró torcido, se lo quería comer pero se quedó tranquilo. No se iba a poner a hacer un escándalo por tonterías, aunque se sentía dolido con la vergüenza que ese joven le había hecho pasar delante de tanta gente.

Ya en otra parte de la mesa de cedulación, a Chiquindolo le preguntaron por el tipo de su sangre para ponerlo en la cédula. No supo decir, porque, la última vez que fue al laboratorio "Amadita", le dijeron que su sangre era de un tipo desconocido ya que, cuando hicieron el análisis daba como resultado una sustancia con las letras BBBS+.

Le dijeron que fuera de nuevo al laboratorio y que se hiciera una nueva prueba de sangre. Echando chispas, Chiquindolo se fue al "Amadita", donde un veterano laboratorista amigo suyo, le tomó la prueba viendo que pasaba lo mismo de la vez anterior.

Al laboratorista, que conocía muy bien Chiquindolo, se le ocurrió una idea que, si daba resultado, acabaría con ese problema del "viejo Chiquin" (así le decía a su amigo).
 Tomó las acciones de lugar y llamó al "viejo Chiquin" y le dijo:
_ Chiquin, entra a esa habitación, en ella verás cinco mosquitos volando, déjalos que te piquen y no los mates.

_ Pero, hombre del carajo, ¿y es que tu también te estás volviendo loco? Será que ya no hay ni una gente cuerda en este batey? -Le dijo- Aún así, penetró en la habitación, saliendo al cabo de unos 15 minutos, ya picado por los mosquitos, momento en el cual, le sacaron sangre para un nuevo análisis.

Le dijeron que volviera en la tarde, y así lo hizo. Cuando volvió por los resultados, el doctor amigo le dijo:
_ Chiquin, en verdad tu tipo de sangre tiene una vaina rara. Mira, en estos momentos, el tipo de sangre tuyo es BBBS- RHA+.

_ Cuando Chiquindolo vio tantas letras, sorprendido preguntó:
_ Y qué vaina es esa? Nunca había visto tantas letras en un tipo de sangre. ¡Explícame esa vaina!
_ Es más sencillo de la cuenta, esas letras quieren decir: Brugal, Barceló, Bermúdez y Siboney, ligados con el tipo de sangre con el que naciste.

_ ¿No jodas? pero, y cómo te diste cuenta de eso?
_ Muy sencillo también, cuando entré a la habitación de la que saliste cuando te picaron los mosquitos, todos estaban en el piso muertos. A todos los mató el "romo" que te chuparon.

_ Hijo'e puta, hijo'e puta! Tu maldita madre!
Mientras eso voceaba, yo sentí que me estaban "jamaqueando" por los pies, a la vez que me voceaban:

_ Pero hombre del carajo, ¿a quién estas mentándole la mai?
Ya son casi las ocho, ¿es que no vas a ir a trabajar hoy?
Era mi esposa que me cortó el sueño con el travieso Chiquindolo

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