miércoles, 21 de agosto de 2019

CHÁCHARAS: LA DESGRACIA DE UNA FAMILIA

Por Henry Osvaldo Tejeda Báez
"El que siembre vientos, cosecha tempestades", es la moraleja de este trabajito que les cuento hoy. Si usted se pasa la vida poniéndose del lado contrario al pueblo, el repudio será su paga".
Una señora dominicana, se presenta a un programa de televisión donde ayudan a familias pobres a resolver sus más perentorios problemas, incluyendo sus problemas de salud.
Al solicitar la ayuda del programa, la señora les narra su triste historia luego del paso del más reciente huracán, que le destruyó todos los enseres de la casa, y la familia que, antes de esa desgracia era muy pobre, ahora ha quedado en la calle. Todo se lo llevó el ciclón "batatero".

El conductor del programa, le dice que no se preocupe porque desde ese programa, ellos apelan a la buena voluntad de la sociedad y siempre son escuchados los pedidos de ayuda para los que van al programa. Un señor, al parecer adinerado, llamó al programa y pidió no decir su nombre, y dijo que estaba dispuesto a donarle una casita modesta, otros llamaron para ofrecer ropa, comida y hasta medicinas para un miembro enfermo de la familia.
El momento aleccionador, y hasta jocoso llegó, cuando el conductor del programa le dijo a la señora:

_ Bueno señora, creo que su problema ha sido resuelto, porque lo que nos faltaba lo acaba de donar un señor.
La señora, entre lloros y sonriente de la emoción escuchaba de todos los regalos que era beneficiada, pero no decía nada.
El Conductor del programa le dijo:
_ Señora, me llamó una poderosa familia, y me ha dicho que su casita quedará completa con el regalo que ellos le tienen. ¿Puede usted adivinar lo que le van a enviar? -Preguntó el conductor-
La señora, con visible alegría le dijo:
_ Mi'jo, no tengo ni idea pero lo que haya donado, bienvenido sea.
_ Señora, aquí completamos, esa familia le mandará ajuares para su casa.
La señora, tiró un brinco y casi voceando dijo:
_ Pero esa gente ta loca? A mi casa no me lo manden, no señor. Yo no quiero eso en mi casa. -Dijo la doñita, airada-
_ Pero, doña, y cómo van ustedes a comprar ajuares sin recursos? ¡Aproveche que se lo están regalando!
_ Pero hasta ud está de remate, cuál es la importancia de ese tipo para que yo tenga que comprarlo? Ya le dije, no quiero eso en mi casa. Tanto daño que esa familia le ha hecho a este país, y quiere usted que me mande a uno de ellos para mi casa? Le repito, no lo quiero en mi casa y si tengo que recibirlo a las malas, mejor me quedo en la calle. Es más, me voy de aquí, gracias, joven!
La señora se dirigió a la puerta de salida, cuando el conductor la llamó para preguntarle:
_ Señora, dígame algo, qué es lo que usted no quiere que le lleven a la casa y por qué?
_ Mire joven, yo he odiado por décadas a esa satánica familia de los Vincho, esa es una familia dañina, racistas, fabuladores y muy malos. Mataron al pobre Peña Gómez solo con sus lenguas, acusaron a ese calvo de Gurabo de andar metido en droga con un narcotraficante mexicano apodado Chapo Guzmán y siempre han estado al servicio de los peores intereses del pueblo.
El Joven le preguntó:
_ Pero, y de qué está usted hablando señora?
_ No me interrumpa, dijo la doña, y siguió:
_ Pero eso no'e na, en el 1978 le robaron al PRD una trulla de senadores. ¿Ya ve usted, por qué no quiero a Juárez en mi casa?

Al conductor del programa, poco le faltó para que se le saliera un follón, por un ataque de risa. Luego de ese ensarte de palabras y acusaciones, pasó un par de minutos, y un poco más calmada ella le preguntó al joven comunicador:
_ Y por qué se ríe usted, joven?
_ él, aún riéndose le dijo:
_ Señora, es que usted está equivocada, los ajuares que le van a regalar, son muebles para su casa; así es que se les llama a los enseres de las casas.
Juarez Castillo
La señora se ruborizó, y luego estalló en risa, para después pedirle excusas al conductor:
_ ¡Ay, señor, excúseme usted! ¡Ofrézcome, pero que bruta soy!, yo creí que me querían mandar a  vivir  pa'mi casa a Juárez, el hijo de Vincho Castillo. jajajajajajaja

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