Cuando la desastrosa vida que está viviendo hoy el
dominicano llegue a su fin, lo que pasó luego de que la tiranía ilustrada de Balaguer cayera en
el 1978, después de esos malditos y aciagos doce años de
gobiernos continuos, se verán como una simple garrapata en las ancas de un
elefante, o una miserable ladilla entre
las piernas de un viejo chulo cabaretero
de los sesentas. La tarea de arreglar este país será tan ardua, grande e
incómoda que el nuevo gobierno, va a tener que reclutar decenas de miles de
personas para que puedan ayudar con el desmadre que se detectará en este
robado, destruido y asqueroseado paisito de la mierda.
Habrá que hacer de todo, porque todo lo destruyeron,
llevándose de paro hasta los valores morales con los que debe vivir una
sociedad decente. Habrá que cambiarle el
nombre a todo lo que el viejo gobierno pudrió y distorsionó. Veremos el
cambio de nombre a parques, calles, carreteras, edificios y sobre todo, a
instituciones de esas que cuando se
desacreditaban por la corrupción
imperante en las mismas, el gobierno les cambiaba el nombre solo para lavarles
la cara frente al pueblo. En fin, habrá que voltear el país de nuevo hacia al revés
como estaba antes de que fuera destruido por el ciclón batatero PLD, y su maldito viento huracanado llamado
Danilo, El Dañino.
Supongamos que un
señor cualquiera llamado Nonín, anda buscando un lugar en la capital del
país, y le preguntara a alguien por la dirección del mismo; el preguntado le daría a Nonín una referencia más o menos, como esta:
_ Señor, siga esta misma calle hacia el sur, y cuando llegue
a la calle Joao Santana esquina Quirino,
doble a la izquierda. Luego pasará por el frente de la llamada "Oficina de los
Sobornos" que está a solo cien metros de esa esquina" y cuyo dueño
ya dicen que está preso pero yo no sé por qué.
Siga hacia adelante y luego de unos 60 metros más,
encontrará usted a mano derecha un edificio del gobierno que tiene un letrero
gigante que dice: "Estadísticas Valdez Albizu", y es justamente al
lado donde encontrará usted lo que anda
buscando, es decir, la "Oficina de la Corrupción y la Impunidad".
_ Perdone usted, señor, le dijo Nonín contrariado, pero es
que yo no le pregunté por esa oficina,
lo que yo ando buscando es la fiscalía, porque quiero denunciar un robo del que fui objeto cuando
me encontraba hospedado en el Hotel la Berenjena Morada.
_ ¿Cómo dijo usted que se llama el hotel? Preguntó el transeúnte-
_ La Berenjena Morada, respondió Nonín.
_ ¡Ay, señor, ese lugar es un problema, porque al lado, hay
un bar donde se juntan decenas de chapiadoras buscando chulos, porque ya no
están cobrando sueldos en el gobierno, ya que los nuevos inquilinos del
palacio les metieron presos a todos los funcionarios
que eran sus chulos. Están todos en Najayo; ahora ellas andan como locas, y
hasta roban para mantenerse en el medio.
¿Por qué no se quejó ante el dueño?
_ No pude hacerlo, pues me dijeron que al dueño del hotel lo trancaron ayer mismo en cárcel de La Victoria, y como le dije ya, solo ando
buscando la fiscalía.
_ ¡Ah, bueno! Usted debió ser más precisa, pero nada, siga
entonces esta misma calle pero ahora hacia el norte, y cuando llegue a la calle OISOE esquina Los
Tucanos, encontrará un edificio que tiene un letrero grande que dice "El
Museo de los brinquitos".
Ahí mismo doble a la derecha y pregunte a cualquiera, y le dirán dónde está la oficina que busca, aunque de paso, debo decirle que hace tiempo que aquí le han cambiado el nombres a todo y se ha hecho difícil para uno aprenderse tantos nombres nuevos. Con decirle que hasta al cementerio, le han cambiado el nombre; ya no se llama cementerio "La Paz del Señor" sino, "La última morada de los morados".
_ Gracias por su gentileza, señor, ¡Buenas tardes!
Ahí mismo doble a la derecha y pregunte a cualquiera, y le dirán dónde está la oficina que busca, aunque de paso, debo decirle que hace tiempo que aquí le han cambiado el nombres a todo y se ha hecho difícil para uno aprenderse tantos nombres nuevos. Con decirle que hasta al cementerio, le han cambiado el nombre; ya no se llama cementerio "La Paz del Señor" sino, "La última morada de los morados".
_ Gracias por su gentileza, señor, ¡Buenas tardes!
Luego de hacer el recorrido señalado, Nonín llegó a la
esquina indicada y para estar seguro, llamó a una doña y le preguntó:
_ Buenos días señora, ¿puede decirme usted dónde está
ubicada la Fiscalía?
_ Mire señor, creo que eso no existe, solo sé de una oficina
que, en el anterior gobierno, se hacían
shows mediáticos con sobornados de una constructora extranjera. Decían que esos
shows, eran ordenados desde el palacio nacional; ellos montaban su show, y le
hacían creer al pueblo que estaban investigando algo así como unos sobornos, o algo de unos aviones que tienen en la punta muchos dientes, unos aviones rarísimos a los que les lleman Tucanos, pero eso ya lo desbarató el
nuevo gobierno y ahora andan detrás de los que cogieron unos supuestos sobornos.
_ Si señora, dijo Nonín, esa es la oficina que ando
buscando, dígame por donde ir!
_ Ya le dije, está un poco más adelante, busque un edificio acabado de pintar (antes era morado con amarillo) el letrero
que dice:
"Oficina de Liberación de Sobornados
Gubernamentales". ¡Ah!, precisamente, cuando yo pasaba por ahí hace unos
minutos, vi que se llevaban preso al ex jefe de esa oficina, un hombre al que
el pueblo bautizó con el nombre de "El Monaguillo con cara de orgasmo", uno que tiene los ojos brotaos como las lechuzas, y que el pueblo le cogió tanto odio por embustero, pero por suerte, ahora lo tienen cogído en "El 15 de Azua"
(Este relato, si no voy preso antes, puede que continúe)
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