jueves, 15 de agosto de 2019

VIVENCIAS EN OCOA: HACHE, EL CHOFER DEL CARRO FÚNEBRE

Por Henry Osvaldo Tejeda Báez 
Para el tiempo en que pasó lo del realto que contaré, en mi pueblo natal San José de Ocoa, había un carro fúnebre propiedad del ayuntamiento local y cuando una persona de escasos recursos moría los familiares solicitaban al ayuntamiento los servicios del carro fúnebre.
Regularmente, lo que se hacía era llevar el muerto desde su casa a la iglesia católica y luego de la misa de cuerpo presente, se procedía a llevarlo al cementerio y mandarlo para "el cielo", "empaquetaíto" en su modesta caja y con su mejor ropa; los familiares se aseguraban de que las medias no tuvieran ningún hoyo porque eso sí que se ve feo en un difunto. ¿Irse al más allá con un hoyo en las medias? No jodan ombe, eso hablaba muy mal no solo del muerto, sino, de sus familiares.

Como he ido a tantos velorios, me he dado cuenta de que, uno que otro muerto cuando está dentro de la caja, se le nota como que está feliz de largarse de este mundo, pues, al destapar el ataúd por última vez a solicitud de algún familiar, el muerto parece medio sonreído. Y yo me los encontraba hasta graciosos,  aunque no me explico el por qué, pero creo que la razón pudiera haber sido que se estaba largando de este lado del mundo dejando "en guinda"(*) a algún prestamista o a varios dueños de colmados a los que les dejó una que otra deuda de "romo", comida, etc.........

https://iliocapozzi.blogspot.com/2019/08/vivencias-en-ocoa-hache-el-chofer-del.html
Un buen día, claro, bueno para algunos pero malo para el que estericó (**) las patas; murió un señor en el Pueblo Abajo y los familiares se agenciaron los servicios del carro fúnebre, pero había un problemita; no aparecía Hache el chófer del carro fúnebre.
El tipo era tan borrachón, que se enjuagaba la boca con un trago de "romo" por la mañana y era del tipo de borrachones que mascan el el buche de romo, para luego de un ratito mascándolo, proceden a  tragárselo. Es como si estuvieran comiéndose un bollo de harina, una albóondiga, y otra vaina así.
Como dos horas después de tanto buscar, lo encontraron en La Barra América "metío en bemberria". (***)

Cuando le dijeron lo del muerto, Hache se puso medio remolón, no le gustaba interrumpir una "bebentina" y menos ahora que el "suape" (léase, el jumo) estaba en cogiendo forma y casi en su cumbre. "Lo convencieron" amenazándolo con hablar con el síndico para que lo cancelara. Hache fue a la casa del muerto, lo metieron en el carro y arrancó para lglesia siguiendo el protocolo.
Esa palabra como que no cuadra cuando se trata de gente pobre, aunque no tiene nada que ver con pobreza, pero suena raro.
La multitud caminaba muy lentamente y Hache pensó: "A este paso se me va a "pasá" el jumo y voy a ta resacao sin habéme dormío ni acostao". Acto seguido, le metió el acelerador hasta el fondo y llegó él sólo a la iglesia solo acompañado del muerto, donde le dijo a unos tigueres que lo ayudaran a meterlo en la iglesia, y se fue de nuevo a continuar la parranda a la Barra América. 

Como la barra distaba de la iglesia unas tres esquinas, le dio dos cheles a un tiguerito para que le avisara cuando el cura terminara la misa y así, bajar "en bola de humo" a llevar el muerto al cementerio. Luego de una hora, se le apareció el tiguerito con la noticia de que ya el cura había terminado la misa y ya iban a cargar al muerto para sacarlo de la iglesia. 
Haché se paró de un brinco, y le dijo a su amigo de parranda: 
_ ¡No te muevas de ahí, que esto será "un paño con pasta"! (****) Dos minutos le tomó a Hache llegar a la iglesia. Los deudos y amigos del muerto, y por qué no, también los acreedores, metieron el ataúd en el carro y no bien habían cerrado la puerta cuando Hache arrancó como honda que lleva el Diablo (La gleba dice, "Como la jon del diablo") y sólo se oyó un guayón de gomas y luego se vio un "pelao" negrecito en el pavimento.
Los familiares y amigos, cuando vieron que ese hombre arrancó así, se mandaron "desgaritaos" detrás del carro, "pin pun" a como lo hacen en tiempos navideños los pobres e infelices que corren detrás del camión de las ignominiosas funditas del gobierno. 


"Eso había que verlo; eso es lo que se llama  un verdadadero entierro de pobre" -Dijo un viejo sonriendo pendenciero, dejando ver que le faltaban cuatro peloteros en el dogout de la boca. Hache llegó al cementerio, distante sólo siete esquinas de la iglesia, "En lo que dicen berenjena" y se largó de nuevo a seguir su parranda. La gente llegó al cementerio "con la lengua afuera", encontrándose con el ataúd en la puerta de entrada.

(*) En guinda: Dejar plantado (a), "dejar como a Perico en la estaca"....
(**) Estericó: Ésta palabra no aparece en el diccionario; en Ocoa la usamos para expresar que una persona se puso se puso rígida,
(***) Bemberria: Parranda, juerga, tragos etc.
(****) Paño con pasta: En Ocoa decimos así, cuando en otros pueblos y países dicen, "eso es pan comido". Pero la frase viene del lenguaje de los limpiabotas, y consiste en una limpieza de los zapatos sólo con pasta sin usar el líquido. Por eso, cuesta menos la "limpiá".
En otras chácharas, les contaré algo más sobre este pintoresco personaje ocoeño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario