miércoles, 2 de octubre de 2019

VIVENCIAS EN LA ROMANA: EL LÍO DE MI ALTER EGO Y YO POR BULLYNG

Por Henry Osvaldo Tejeda
Son muchas las veces que me he peleado con mi otro yo, porque es un tipo muy indecente, necio, irrespetuoso y plebe.


De vez en cuando, me gusta hacerle bullying a los amigos de forma amigable por situaciones risibles en las se ven algunos se ven envueltos. Resulta hilarante ver que, alguien está cometiendo una torpeza, la que calificas como una niñada y que, aunque lo relajes de manera amigable eso es calificado como bullyng; en buen dominicano conocemos eso como una burla, un relajo, una chanza, en fin, aquí le tenemos varios nombres.

Hoy, el agraciado de ese bullyng fui yo mismo, y no tuve más que reírme, pero antes de eso tuve que insultarme yo mismo. Parecía un loco hablándole a mi alter ego a quien insulté de forma despiadada porque lo culpé a él de lo que me pasó. Mi "otro yo" se sintió mal, pues no sabía que, luego de haber relajado a tanta gente y de haber hecho sentir mal a medio pueblo haciéndole bullyng, hoy le iba a tocar a él recibir la burla de él mismo, con insultos incluido.
Le dije tó´ lo que me dio la gana decirle, y solo me faltó decirle diputado que, ya es mucho decir. Si es otro el que le dice diputado y no yo, estoy seguro de que lo hubiera asesinado, pero conmigo no puede hacer eso porque si me mata, se muere él mismo, porque es mi alter ego. Son muchas las veces que me he peleado con mi otro yo, porque es un tipo muy indecente, necio, irrespetuoso y plebe.

Luego de tantos insultos, no me quedó de otra que reírme, cuando recordé que le dije (me dije), buen tolloso de la mierda, azaroso, olvidadizo, enfermo mental, viejo chocho, descuidado y hasta llegué a decirle que, si yo pudiera andar solo con mi sombra, ya yo lo hubiera mandado a la mierda para no tener que andar con él, porque solo era un bulto y hasta muy plebe y contestatario, porque cada vez que yo digo algo, siempre me está cuchicheando al oído:
_ No hagas eso, recuerda que yo estoy aquí y no me quiero joder por estar tú hablando mal del gobierno. La vaina es que este engendro del diablo, no me deja tranquilo. Quiere dirigir mis chácharas queriendo cambiar lo que escribo.

Hace días, un motoconchista imprudente se me atravesó de manera temeraria y por poco lo choco. Yo lo tomé por el lado amable pues pensé que, ponerme a discutir con ese ignorante, insultarlo o darle un pescozón, el único que saldría perdiendo era yo; además, el tipo, podría ser uno de esos compañeritos que están al servicios y que están apoyados por algún corrupto funcionario. Bueno, decidí dejar las cosas así, pero ¡oh, sorpresa!, el buen pendejo de mi otro yo, se encojonó  conmigo y me dijo que yo era  un cobarde, que no tengo cojones, que soy  un  mamita, que soy  peor  que   un ex presidente corrupto  que  aspira de  nuevo a la presidencia  del país, quien ha aguantado hasta que  lo distancien  de la esposa por  los tallullazos que les ha infligido su verdugo, un pichón de  dictador compañerito suyo de partido quien ha usado todo su poder para asquerosearlo y le ha dado en la madre cuantas veces le ha dado la gana.

Este hijo´e puta alter ego mío (Ese es mi Dr Merengue) me dijo que yo debí meterme a monja macho, no a cura, sino, a monja macho dejando dicho  con eso que yo soy un cundango y que me gusta que me respiren en la nuca ¡Carajo!, pero qué aparato más fresco, qué tipo tan mal parío el que llevo dentro, que vino conmigo de fábrica. Cuando se cansó de insultarme, le dije: 
_ Si ya terminaste de hablar mierda, coge una servilleta para que te limpies la boca, maldito maquiavélico. La cosa esa, tuvo que callarse.
Antes de que se me olvide, y para no darle más motivos a este infierno interno mío, tengo que decir en qué paró el bullyng y el ensarte de insultos que recibí, tanto de mí mismo como de mi "otro yo", fueron por que, luego de buscar por varias horas mis lentes recetados para poder leer un libro, tuve que esperar a que, tal vez, un piojo hizo que me rascara la cabeza, y ahí estaban los lentes, por eso es que todos los insultos, creo que todos los insultos, me los merecía, también mi otro yo, porque él tampoco sabía dónde estaban los lentes.
A veces, en tono amigable, me gusta hacerle bullying a los amigos por situaciones risibles en las se ven envueltos. Resulta hilarante cuando ves que alguien está cometiendo una torpeza la que calificas como una niñada, y aunque de manera amigable, se lo estrujas en la cara; eso es bullyng, lo que en el buen dominicano conocemos como burla.
Hoy, el agraciado fui yo mismo, y no tuve más que reírme, pero antes de eso, tuve que insultarme yo mismo. Parecía un loco hablándole a mi alter ego a quien insulté de forma despiadada.
Mi pobre "otro yo" se sintió mal, pues no sabía que, luego de relajado a tanta gente, de haber hecho sentir mal a tanta gente haciéndole bullyng, hoy le iba a tocar a él recibir la burla de él mismo, con insultos incluido.
Le dije tó´ lo que me dio la gana decirle, y solo me faltó decirle diputado que, ya es mucho decir. Si es otro el que le dice diputado y no yo, estoy seguro de que lo hubiera asesinado, pero conmigo no puede hacer eso porque si me mata, se muere él mismo, porque es mi alter ego.
Luego de tantos insultos, no me quedó de otra que reírme, cuando recordé que le dije (me dije), buen tolloso de la mierda, azaroso, olvidadizo, enfermo mental, viejo chocho, descuidado y hasta llegué a decirle que, si yo pudiera andar solo con mi sombra, ya yo lo hubiera mandado a la mierda para no tener que andar con él, porque solo era un bulto y hasta muy plebe y contestatario, porque cada vez que yo digo algo, siempre me está cuchicheando al oído:
_ No hagas eso, recuerda que yo estoy aquí y no me quiero joder por estar tú hablando mal del gobierno. La vaina es que este engendro del diablo, no me deja tranquilo. Quiere dirigir mis chácharas queriendo cambiar lo que escribo. 


Hace días, un motoconchista imprudente se me atravesó de manera temeraria y por poco lo choco. Yo lo tomé por el lado amable pues pensé que, ponerme a discutir con ese ignorante, insultarlo o darle un pescozón, el único que saldría perdiendo era yo; además, el tipo, podría ser uno de esos compañerito de esos que están al servicios y que están apoyados por algún corrupto funcionario. Bueno, decidí dejar las cosas así, pero, 1¡oh, sorpresa!, el buen pendejo de mi otro yo se encojonó conmigo y me dijo que yo era un cobarde, que no tengo cojones, que soy un mamita, que soy peor que un ex presidente corrupto que aspira de nuevo a la presidencia, quien ha aguantado hasta que lo distancien de la esposa por los tallullazos que les infligido su tirano y compañerito de partido, quien no ha parado mientes para asquerosearlo cuantas veces le ha dado la gana. Este hijo´e puta alter ego, se atrevió a decirme que yo debí meterme a monja macho, no cura, sino, una monja macho, y lo que me quiso decir con eso es que, yo, soy un cundango. Cuando se cansó de insultarme, le dije:
_ Si ya terminaste de hablar basura, coge una servilleta pa´que te limpies el "jocico" maldito irrespetuoso. La "Cosa esa", tuvo que callarse porque él sabe la lengua 
 de metralleta que tengo.
Antes de que se me olvide en qué paró el bullyng y el ensarte de insultos que recibí, tanto de mí mismo como de mi "otro yo", fueron por que, luego de buscar por varias horas mis lentes recetados para poder leer un libro, tuve que esperar a que, tal vez, un piojo hizo que me rascara la cabeza, y ahí estaban los lentes, por eso es que todos los insultos, creo que todos los insultos, me los merecía, también mi otro yo, porque él tampoco sabía dónde estaban los lentes.

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