sábado, 1 de febrero de 2020

CHACHARAS: LA MUJER DEL JUMO BAJITO

Por Henry Osvaldo Tejeda
Las mujeres de estos tiempos, son tan bebedoras de alcohol como cualquier borrachón de pueblo. A veces, no les importa su matrimonio, con tal de irse a un colmadón a tirar "frías" con amigos, amigas y con cualquiera que tenga el ombligo pa´lante, no importa, la chercha es la chercha.  Hace días, un hombre estuvo a punto de divorciarse de su mujer, por ser esta una borrachona que vivía cayéndose  de un "jumo". El esposo, cuando se dio cuenta de que ella estaba por volverse alcohólica, la llevó a un médico para que le hicieran un tratamiento que, al cabo de varias semanas, le tendría solucionado el problema. Él pensaba: "No voy a perder a mi mujer sin hacer algo por evitarlo, esa bebedera es una enfermedad que se puede curar.

Como a los dos meses, cada vez que él llegaba del trabajo, empezó a oler un tufo a "romo" y por más que buscaba en toda la casa, no veía nunca una botella de alcohol aunque notaba que a veces, la mujer daba uno que otro traspiés, y hasta se caía de nalgas, de boca, de lado, etc., dependiendo para dónde se le fuera la carga.
_Mami, no me digas que tú estás tomando de nuevo -Le dijo el esposo-
_ ¿Yooooo, pero tú estás loco? Ya yo dejé eso hace añales. Ella lo negaba  todo porque era de ese tipo de personas que tú la ves aplastada en un lugar haciendo mugre y si es sorprendida, se atreve a decir que no es ella, sino, cualquier conocido de la familia.
_ Pero mi amor, ¿No será que se te ha quedado en la cabeza la sensación de que todavía bebo?  -Decía ella-, convencida de su inocencia-
_Ven acá, échame un poco de tú aliento en mi nariz, le dijo el esposo. Ella obedeció, pero el hombre no olió nada de alcohol pero en cambio, la mujer casi se cae de nalga con un traspié que dio. Un día el esposo estaba mortificado y hasta extrañado con eso de que su esposa daba traspiés sin estar borracha, como era lo común. Eso lo mortificaba y pensaba:
"Yo no estoy loco, esa mujer sigue bebiendo romo, no sé cómo lo hace para que no huela nada, pero yo sí sé que está bebiendo" pero, carajo, ¿cómo lo hace? Entonces decidió un día tomarla por sorpresa y esperó que terminara de desayunar para decirle:
_ Mami, tengo que irme al trabajo, hoy vendré un poco más tarde, descansa bien y no dejes de tomarte tus pastillas, porque ese tratamiento te pondrá bien, además, es muy caro. Ya sabes que, con el precio de ese tratamiento mensual, podríamos pagar el alquiler y sobraría para la comida de una semana.
_ Gracias, mi amor, no te preocupes, yo te esperaré con ansias y bien sobria para ti. 
_ Gracias mi amor, así lo espero yo también. -Dijo él, un poco meloso- y se fue...
No había pasado media hora cuando la mujer abrió la cómoda de su habitación, de donde sacó una botella de ron barato que tenía guardado debajo de unos trapos íntimos, luego abrió otra gaveta y extrajo un tampón de esos que usan las mujeres para su ciclo menstrual, los cuales se introducen en la "cañada de La Posa" para que ese tubo absorba  el flujo de la menstruación. Empapó de "romo" el tampón  y se lo metió hasta donde le dicen Cirilo, por allá por lo más lejos de la secretaría de estado de la vulva, y cuando lo sacó al cabo de un rato, luego se lo introdujo por el hoyo, vecino de la vulva. 
Lo que ella no sabía era que, el esposo, le había puesto una cámara filmadora en cada habitación, incluyendo el baño y la cocina.
Ese día, el esposo llegó del trabajo horas antes, y cuando entró a la casa vio a su mujer como una "desacatá", dando "testarazos" en la casa mientras bailaba con una escoba y cantando unas vainas rarísimas de un tal Omega. 
La doñita estaba pasada de contenta, estaba bien borracha y  dando los golpes sensuales de los perros.
El esposo, la miró y luego de lo más tranquilo desapareció durante un rato en la casa, apareciéndose luego en la sala con una cámara filmadora y luego de chequearla vio cómo la mujer, a la vez que se emborrachaba, también se mataba los parásitos y las lombrices. El hombre no entendía nada de lo hacía su borrachona esposa.
 Luego de encararla, el esposo la obligó a continuar con el tratamiento y se la llevó casi “a  rompicuesco" donde el médico. (Nunca he visto esa palabra escrita, pero rompicuesco, es una palabra que usaban en mí casa para referirse a algo que se hace de manera atropellante y casi a las malas, como sacar a una persona de un lugar a empujones o casi arrastrándola) Un mejor ejemplo de esto, es cuando una mujer entra a un bar donde su marido esta de lo más sabroso bailando con otra mujer en un  mosaico. Así de feo es.
EL MÉDICO- 
El esposo le explicó al médico lo que hacía su mujer, por lo que este se sorprendió exclamando:
_ ¡Señor, pero eso es un cuadro clínico muy raro! ¿Qué maldito vicio es ese? ¿Emborrachándose por el hoyo de atrás, carajo, no lo puedo creer? ¡Coño! Doctor, si usted viera cómo esa mujer meneaba esas nalgas, mientras bailaba, dijo el esposo-
_Le creo, señor, le creo.
_Doctor, según lo que pude ver en el vídeo con esa metedera de tampones, ella la repitió varias veces y sólo se detuvo cuando sintió que ya estaba borracha de la barriga hacia abajo. Eso hay que verlo para creerlo. ¡Es Increíble!, ¿verdad que sí, doctor?
_ ¡Claro que sí, señor! Nunca había visto yo algo así; es un caso muy raro. 
_ Entonces doctor, ¿cómo se llama esa enfermedad, y  qué se puede hacer para quitarle eso?
_ Mire, lo primero es que, eso de tomar alcohol por la boca es normal hasta donde yo sé, eso no es una enfermedad, eso cae en el alcoholismo que es un vicio, por tanto, llévela a alcohólicos anónimos a ver si allí se mejora y deja la desastrosa bebida. Pero con respecto a cómo se le puede llamar a una persona que se da sus jumos de ron bebiendo por todos los boquetes del cuerpo, no tengo ni la menor idea, y le voy a dar un consejo, cuando una persona le coge con hacer cosas raras que no son las que normalmente hace, eso le da "currú", que es lo mismo que una seguidilla que va en aumento cada vez que  las hace, y eso siempre es adictivo, por tanto, llegará el momento en que el cuerpo, le pedirá meterse no solo tampones enchumbados con alcohol por esos boquetes, sino que, le exigirá mayor cantidad del mismo, porque su esposa se estará volviendo beoda también por detrás, pues, el alcohol le llega a la barriga de abajo para arriba mientras que, cuando es por la boca, el alcohol llega de arriba para abajo y provoca un jumo normal. Pues bien, como ya le dije, el vicio por detrás se le irá agudizando, trate de no tener enemas en la casa, ni pipotes grandes, porque en cualquier momento, verá usted un contrato al lado de su esposa.
_ Hey, doctor, ¿qué es eso de un contrato; qué quiere un decir usted con eso?
_ El que le mandarán los Carmelitas para que firme con ellos.
El hombre agarró su mujer y se fue "a to meter", mascullando entre dientes: Pero ese médico del carajo tiene que estar de remate, cómo me viene a decir a mí que una persona se puede dar un jumo de ron por las nalgas, y lo peor, venirme con eso dizque de una enema. ¡Disparatoso médico de la mierda!

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