Por Henry Osvaldo Tejeda.
Los refranes, los dichos, los adagios y hasta las sencillas frases jocosas de pintorescos personajes, son salidos de la sabiduría de los pueblos. Siempre me han gustado los refranes y no me importa que los Quijotes fistifist" de doble cara, me tilden de ser un Sancho Panza, pues para muchos de estos señoritos perfumados, el uso constante de refranes denota que la persona carece, o tiene poca educación. "qué carajo me importa a mí esa vaina, yo sé que eso a mi no me pega porque me aseguré desde muy joven a tirar diez o quince páginitas de libros para la izquierda.
Tampoco es un insulto para las más iletradas e ignorantes personas de los pueblos, que no han tenido esa gran educación escolar pero que son tan, o más sábias que el más agentao de estos llamados dizque "Influéncers, una nueva generación de saltapatrás que inundan los medios y que no saben más que hablar chácharas sin sentido, haciéndose los graciosos sin gracia, ante una legión de idiotas como ellos que no han leído ni un muñequito de Memín, porque no soportan leer más de un párrafito siempre que no pase de cuatro o cinco líneas.
Quiero hacer una serie de embarres cuartillosos con este mismo estilo pero hoy, escogeré a solo tres personajes del patio a los que creo que les van como anillo al dedo los refranes que escogí para ellos. Luego del refrán, haré un breve comentario sobre cada personaje, pero que se sepa, no lo hago ni quiero ofender, porque solo deseo joder un poquito la paciencia con el único fin de tratar de que ustedes pelen los dientes, con una que otra carcajada. Refrán.
"El que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija" Margarita Cedeño, a quien, ni los vecinos de su casa la conocían antes de volverse una política de pura chercha, además de traicionera familiar, se pegó de Leonel Fernández, quién a la sazón, era uno de los políticos más importantes del patio, y mire usted, ahí la tenemos azarando, dando pena y lástima ajena, y mucho de qué hablar. A leguas se ve; no está en Leonel
El mismo refrán:
Roberto Salcedo, diagnosticado con la enfermedad llamada "Cómico Malo", al que apodaron como "El Fuíquiti Fuíquiti", por haber creado un personaje tan pero tan malo, que había que tomarse una pastilla para aunque dea pelar los dientes un chin, pero sus chistes eran tan malos que hacían un efecto contrario en la gente, pues, en lugar de reirse, lo que hacía era encojonarse. Luego de caer en desgracia y perder el respeto y la alcaldía de la capital, ayudado por su propio partido, optó ahora por arrimarse a Luis Abinader.
"No es lo mismo llamar al Diablo que verlo llegar".
Tanto le tocó Danilo las puertas al Diablo, hasta que este se las abrió de par en par. El Diablo, que es el mismo pueblo que él jodió, y fue tanto que lo asqueroseó pensando que lo haría per secula y seculórum, que ni cuenta se dio cuando el Diablo-Pueblo le abrió la puerta para darle en la madre. Ahí mismo se le acabaron los abusos y ahora espera el cebo, que no es otro que los tribunales donde irremediablemente tendrá que ir responder preguntas que nunca pensó responder cuando disfrutaba de su locura de dinero y poder.
El mismo refrán:
Gonzalo, se pasó ocho años sacando oro de un filón llamado Presupuesto Nacional, y al igual que Danilo, creyó que la cogioca no tendría fin; ¡Craso error! ya que mas temprano que de pronto, lo veremos con los "fundillos" luyidos, de tanto tener las nalgas encima del banquillo de los acusados, y sin temor a equivocarme puedo decir que, será hospedado por mucho tiempo en un hotelito, y es entonces cuando sabrá dos cosas, la primera es que, hay dinero que queman los bolsillos, y la segunda es que, no tuvo éxito cuando cogió para Puerto Plata con el peregrino, aunque tampoco es que le ha ido muy mal porque más tarde, el éxito le sonrió y salió victorioso, tanto así que si, tuvo éxito al conseguir un posible hospedaje en La Victoria o en un lugar donde podrá decir que nada halló allí, es decir, en Na, jáyo, pero si no se siente bien ahí, podría salir corriedo y llegar al 15 de Azua..
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