Un desahogo necesario

Prometo tomar un receso con respecto a escribir esos artículos que algunos creen "muy duros pero, acertados y necesarios".. Sí, tomaré un receso, pero lo haré luego de decirle un par de verdades a una persona que me ha quedado mal.

Henry Osvaldo Tejeda

Al Procurador General de la República
Con todo el "respeto" que sus acciones anti pueblo lo hacen merecedor, quiero decirle que usted se ha descalificado para hablar de combatir la corrupción; a sus manos llegó el mayor expediente de corrupción que ojos humanos hayan visto en este pais, ¿y qué hizo usted? Se "culimpandeó" y no hizo caso a un reclamo del pueblo encarnado en la figura del Doctor Guillermo Moreno, y peor aún, se hizo cómplice de la impunidad.

Sí, se hizo cómplice del acusado por "agradecimiento", por amiguismo, por ser del mismo partido y por no tener el temple necesario para investigar al personaje sobre el cual pesa la denuncia de grandes actos de lavado de activos y de otros actos de corrupción.

Por tanto, no creo que usted deba ponerse a escribir en los medios sobre corrupción porque lo único que hace a la vista del pueblo es, el ridículo.

Soy la misma persona que pensó que usted era el hombre que acabaría con la impunidad y que por lo menos, aplacaría ese mal en el país desde ese importante puesto como lo es la Produraduría General de la República, pero lo que ha conseguido usted del pueblo ha sido, ser catalogado de ser un gran fraude como defensor de la sociedad. 

Su designación en ese puesto, ha sido un gran error del presidente Danilo Medina. Se supone que, el que ocupa un cargo de esa magnitud,  es para defender al pueblo pero usted ha hecho, y sigue haciendo todo lo contrario.

Mi parecer, que es el mismo del pueblo, es que debería usted renunciar de ese cargo que por lo visto, le queda demasiado grande. 

¿Por qué no le "mete mano" a Vincho Castillo y su mostrenca declaración de bienes? Usted sabe que a ese diabólico ser humano se le "olvidó" plasmar en su declaración jurada de bienes millonarias propiedades de las cuales es propietario; ni se molesta usted en investigarlo, lo que le dice a la sociedad que Vincho es la tusa de su........piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii (pito) 

¿Es que le tiene miedo a Vincho? ¡Ándele, sea valiente! ¡Déjese de retaliaciones políticas con corruptos del pasado, pero ya que va a hurgar en archivos viejos no le pase por encima a los que se robaron más de medio país, que son los corruptos de su partido.

No sé por qué le estoy pidiendo un trozo de queso a la luna, soy aún tan ingenuo que creo que la luna es de queso, pero que va,  no va usted a hacer nada. 

Es mucho mas fácil caerle encima a las trabajadoras del sexo, quienes sólo andan en busca del sustento de sus familias por no tener otra otro medio de ganárselo, no tienen otra salida, han sido excluidas y robadas al mismo tiempo por ese gran partido/gavilla, del cual es usted miembro. 

Esas mismas mujeres, a las que su jefe político y los otros 24 gatos del Comité Político de su partido (más la gavilla invitada al pastel del gobierno) le han negado la oportunidad tener una vida más justa y decente, porque esa gavilla que hoy está usted protegiendo se repartió el dinero del pueblo desviándolo hacia  cuentas bancarias personales en el extranjero. 
Me dicen que hay cuentas bancarias personales, hasta en el país donde la gente dice que "algo hiede".

No investiga usted a los que desaparecieron tantos miles de millones de pesos y dólares; recursos esos que debieron ser destinado a mejorar la calidad de vida de esas mujeres, y del resto de este empobrecido y miserable batatal con luz llamado país, al que hoy usted le ha fallado.

Para ostentar el cargo que hoy ocupa usted, se necesita temple y un gran deseo de hacer las cosas con nobleza y con coraje, renunciando a simpatías personales para poder acabar con los abusos de poder, pero usted está muy divorciado de las exigencias del cargo que, son las exigencias del pueblo, por tanto, renuncie señor Dominguez, quien lo nombró se equivocó al colocarlo en un puesto que no va con su personalidad. A él también usted le ha fallado.  


Creí en usted y me ponché, me defraudó. ¡Entreténgase ahora con un poco de mi desahogo, que es el mismo de la mayoría de este pobre y asqueroseado país. 
Le viene mejor a usted, un puesto como monaguillo en una iglesia de Santiago. ¡No siga dando lástima, plis!