LA HONRA DE UN ASALTANTE DE CUELLO BLANCO

Por Henry Osvaldo Tejeda.

En estos tiempos, en el palacio nacional es donde está el poder de este batatal con luz al que solemos decirle país, donde la gente puede robarse desde un salchichón, un condón y una caja de fósforos, hasta robarse el mismo palacio nacional si es que logra ponerle cuatro ruedas y llevárselo, para instalarlo en un solar de su propiedad que, a su vez, ya le había robado a un tercero, y la justicia, que ya había sido secuestrada por un faraón llamado Leonel Fernández, para cuidar a esos compañeritos de los fiscales y los jueces. ¡Descuide amigo, si usted es del partido gobernante, estará a salvo y muy bien protegido, para eso tenemos la nueva constitución, en la que ningún chancletero puede caer preso!

Okey, ya se robó el palacio nacional, amparado en que su gobierno está en el poder, y como los compañeritos a boca llena y con poca vergüenza, "nosotros nacimos para completar la obra de Juan Pablo Duarte. Pero la vaina no se queda, ahí porque luego del vulgar robo a plena luz del día, viene otro capítulo.

El otro episodio se inicia, cuando al escenario batatal, bueno, digo batatal, porque no le puedo llamarle territorio nacional a un conuco de batata; por eso digo territorio batatal. Pues bien, allí no entran personas honorables, a las que les duele que se robaran el palacio del pueblo y denuncian al responsable de tal hecho, con nombre y apellido. Entonces, el ladrón, qué es ya todopoderoso por haberse robado el poder con todo y palacio presidencial más diecisiete cheles,  y que ahora lo tiene instalado en un solar de su propiedad, se encojona, por sentir herida su bien ganada dignidad y su moral mientras andaba en chancletas, y es cuando decide sacar su maldad, amparada en todo lo que le robó al pueblo; bueno, le bajaré algo a eso; lo cambiaré por lo que se le fue enredado en las uñas mientras estuvo en un cargo del gobierno.

Pues bién, el ladrón, se destapa sometiendo a la justicia a los osados y atrevidos, dañadores de honras y buenos apellidos. Los  apellidos Sastre, dependiente de ventorrillo, se mencionan mucho en estos días; entonces el ladrón, que esos dos apellidos más el de ladronazazaso, decide someter a la justicia a los hijos de la gran puta que se atrevieron a dañar su honra,  cuando lo acusan de arrancar de cuajo el palacio nacional de sus cimientos, y dizque eso es una violación de la ley, eso no es así como lo pinta esa recua de hijo´e putas disociadores, ya que él tiene un poder que le dio su papi lindo Leonel Fernández que es el presidente, el mandamás de este conuco con luz, para que él haga y deshaga a su antojo lo que le dé su maldita gana, sin que nadie lo joda. El presidente ha dicho que, ese diente de mamut antiguo, es como su hijo, por lo que decidió iniciar su vida de ladrón, robándose el dinero de la carretera, San Juan Vallejuelo.
                                                                   
En su encojonamiento, el ladrón, se sigue defendiendo, y dice que tiene, además de lo que ya dije, varios documentos firmados por abogados notarios donde el presidente, ese mismo que dijo que no conocía el pichirrí del pollo, le otorga la facultad de llevarse el palacio nacional para donde le dé su maldita gana, sin tener la necesidad de solicitarle un permiso al desayunado; no no, perdón, quise decir, el senado, de la res pública.

Pero el ladrón va mucho más lejos, él sabe que quienes denunciaron y siguen fututeando sus robos a los cuatro vientos,  no son ricos, por eso se inventó someterlos a la justicia de,, Miami, por lo que podríamos decir que el ladrón, prefirió exportar su deshonra, coño, perdón, quise decir, su caso, hacia esa parte del mundo, donde sus acusadores, esos buenos lengua larga, no puedan costear el proceso por ser unos, descascaraos de la mierda, y así ganarles la demanda por forfít, por lo que serán condenados en contumacia como dicen en los tribunales, que en este caso viene siendo lo mismo que, jodidos por arrancaos y sopla potes, y ya no joderán más.

Pero creo que todo eso se ha de caer, porque el ladrón se va a ver apurado, cuando los jueces de La Florida llamen a su protector, o sea, a Leonel Fernández, que fue quien le dio la potestad al dientú de robarse todo lo que diera su maldita gana. Entonces, se caerá el proceso, porque el presidente no iba a dejar que surgiera un escándalo, donde se iba a saber todo lo que, tanto él como protegido dientú, han cometidos juntos.  
Para finalizar, yo me hago esta pregunta. ¿Qué diría el famoso Profesor creador del Peledé si viera, la degradación moral a la que ha sido arrastrado este conuco con luz, por las acciones dolosas de sus pupilos, a los que no les enseñó las tres mil malas mañas que  emplearon en tantos años de gobierno?