domingo, 22 de diciembre de 2013

CÀPSULAS OCOEÑAS

Por Alberto Soto Guerrero
¡Nochebuena! (Para los que tienen 50 años, o menos)
Alberto Soto Guerrero


La brisa fría de diciembre, el gris plomizo de las lomas de la Horma que auguran y un norte que pronto llegará al pueblo cernido en partículas diminutas al caer la tarde, la naturaleza nos dice que es nochebuena.

El pueblo se ha preparado para el nacimiento del niño Dios; Titina Isa con su creatividad, recrea en un nacimiento viviente en la entrada de la iglesia el pesebre de Belen.

Nosotros, un año esperando para ver y comer lo que según el antíguo testamento originó el pecado original; una manzana. Ahora la vemos en todas partes y todos los días así como las uvas, pasas y fuegos  artificiales.
  
                                     
Titina Isa
Esto era el anhelo, lo mas ansiado por un muchacho, ver estas exóticas frutas y tambien los coquitos, nueces y otras que solo aparecían en la nochebuena.

El colmado de Longo( Salvador Sajiun) era el Olimpo, donde estaban los Dioses de los aromas para los niños y el Díos Baco paro los mayores. Donde Longo los efluvios de las manzanas salian de las cajas y los separadores de frutas de color azul/morado, guardaban por mas tiempo la esencia de la fruta.

Las cajas de uvas llenas de aserrin, las hurgábamos buscando el racimos que creiamos Longo olvidó y que la búsqueda se premiaba con una maltratada muestra.

Como el personaje de A. Ruskind en El Perfume, rastreábamos todos los olores, hasta la póvora de los cohetes que empezaban a sonar nos traían a un mundo diferente; nuestra nochebuena era de frutas y fuegos atrificiales, no era de cena y bebidas.

Después de la cena, los tiros de las varillas que se elevaban unas veces rectas y otras a su antojo con su halo de chispas y explosión final; los cohetes Chinos en envolturas multicolores en paquetes de 16 y su conjunto, un envoltorio de 20 por 16, era como una ametralladora que nos deleitaba y al final a recoger los que no explotaban.

!Oh la velas romanas! Unas, cual arcoiris de un solo color, otras, un soplo que no alcanzaba remontar la noche fría Ocoeña. Las patas de gallinas, las metrallas y los volcanes nos hicieron muy felices y sin peligros entonces.

La misa del gallo que algún borracho cantó como el que más; el jumo con Cidra o Palo Viejo que nos quito la virginidad del futuro matrimonio con Brugal y otros rones.

Nochebuena Ocoeña que añoro, aúnque ahora como manzanas y uvas todos los días, nunca serán como las que llegaban a Ocoa gracias a Longo y a papà que las compraba.
¡¡FELIZ NOCHEBUENA OCOEÑA!!


Hoy, este blog estrena un nuevo colaborador ocoeño de muy buenas vivencias en nuestro hermoso terruño San José de Ocoa.

 Alberto Soto, a quién conozco desde que era un niño, ha estado dando a conocer anécdotas y vivencias en su querido terruño (nuestro terruño amado) y lo ha estado haciento en su Muro deFacebook.
 El buen amigo Alberto, no me ha dado permiso para publicar estas capsulitas si es verdad que están a la orden del día las demandas judiciales, el buen amigo Alberto va a tener que demandarme, no por plagio sino, por amar demasiado a mi pueblo. todo lo que se escriba de Ocoa, es de los ocoeños. 

Espero que me perdones Alberto, a la vez que aprovecho para decirte lo que ya te había dicho, envíame tus interesantes capsulitas pues, para mi será un orgullo publicarlas. 

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