martes, 15 de septiembre de 2015

VIVENCIAS: VECINAS CHACHAROSAS Y ALGO MÁS

Por Henry Osvaldo Tejeda

Ana, la protagonista de estas chácharas, es el tipo de vecina que se sabe la vida del vecindario en el que vive, siempre tiene algo que contarle a su vecina más cercana, y en cuanto a su persona, se cree que ella es la más seria del mundo y hasta se encopeta para decir que ella no es una mujer chismosa, porque es a ella que la buscan para contarle lo que pasa en el barrio. ¡Ay, Dios, líbrame de los chismes! Son sus palabras. 

La vemos cuando llega a casa de Cucha, su vecina del frente a la que aborda antes de entrar a la galería: 

_ ¡Ay, Cucha!, te tengo un chismecito de lo más bueno, vas a gozar de lo lindo. 

 Cucha, que no se queda atrás en eso de andar contando, le dice: 
_ ¡Espérate, eso tenemos que gozarlo bebiéndonos un cafecito. Se fue a la cocina y regresó con dos tazas de café y Ahí empezó la segueta. 

Dice Ana: 
--Mira lo que me dijo Luisa, la esposa de Tomas el que se divorció de Lola porque ella se dio cuenta de que él se la estaba pegando con Tina la hija de Camilo y...(ahí la cortó Cucha)..

_ Espérate Ana!, no empieces a hacerme un lío de nombres, tu sabes que soy medio "tapá" del juicio y no entiendo to'esas vainas juntas, así no gozo ná de lo que me dices. Ya, ahora puedes seguir donde ibas con el cuento".

_Ta bien, pero cuidao con ponerte a hablar pendejá en el vecindario, no quiero que por tu ponerte de 'jabladora' me metas en un "bréjete".

_ Pero tu ta loca, Ana? Yo no soy como esa currapia de Yeya que tó lo habla. Todavía Petronila ta enemiga mía por lo que ese fleje le dijo una vaina dizque que yo había dicho de ella.

_Sucede y viene a ser que, la hija de Julia la que vende mondongo, la tipita aquella que se quiere tirar los gases más arriba del fullín, la mismita que se "jarta" de marihuana, anoche la encontraron ..... 
Aquí volvió a parar el cuento para decir:

_ ¡Dios mío, mira cómo me engranojo cuando digo estas cosas". 
Cucha le interrumpió, sintiéndose como si estuviera mirando una película de suspenso, le dijo:
 _Carajo, Ana, me vas a matar de la ansiedad, deja ya de mochar el cuento porque se me va a ir el hilo.
_Ajá" dijo Ana y continuó:


 _Te decía, que la agentaíta esa, ese tiesto de mujer.... (Ahí, cortó el cuento otra vez). 
_Espera, no puedo seguir porque antes, tengo que decir que esa tipa se metió en burburaca con el esposo de La Rubia que vende Pantis. 
--Ah, sí, yo recuerdo eso", dijo Cucha, poniéndose la mano en la cabeza.

Ana siguió: 
-- Entonces, debes recordar también que La Rubia de la esquina le cayó a pescozones, poniéndole un ojo como una tajá de remolacha, pero eso no fue ná comparado con lo de ahora porque...

Ana se calló por unos segundos para acotejarse en la silla y rascarse por dentro del sujetador. Ana, desesperada, balbució:
_ ¡Cuéntame, cuéntame, me están jartando tantos cortes, cuál es tu pendejá?

Bueno, a esa alistroniá la encontraron metida en la casa del dueño del colmado El Baratón, y según me cuentan la esposa de ese hombre llegó en el preciso momento en que ...(volvió Ana a cortar el cuento). 

_Mira Ana del coño (dijo Cucha) o dices el cuento o te largas pa'tu casa, qué tanto te paras, termina ya porque me tienes histérica!

_Esta bien Cucha, pero es que para seguir tengo que decirte que Carlota... ¿Recuerdas a Carlota, la que en plena sobadera, la encontró la mujer del motoconcho...., es mas, pa'que sepas, esa mujer no era ni siquiera la mujer del moto concho, era la "Quería" y no te voy a seguir contando, porque ya estás desesperada.


_ Cómo que desesperada, quiero saber eso también, otro capítulo entre tantos ya no es ná. 
_ Pues mira, esa mujer le entró a dos manos a esa "Jabá"y la sacó arrastrándola por las greñas de la casa, y cuando esa pobre infeliz logró soltarse se mandó en una carrera calle arriba medio encuerita y hasta sin sostenes, por lo que las tetas le iban bailando de un lado a otro como un limpiavidrios.

Pero eso no es nada, ¿sabías que la mujer que estaba apaleando a esa jabá es prima de la amiga tuya que vive al doblar de la calle de Los Colonos?, no recuerdo su nombre pero, espérate un chin, creo que lo tengo en la punta de la lengua, eehh. 

_ Co.....ña...o, le voceó Cucha en la oreja, termina ya carajo! ¿No sabes que tengo oficios que hacer? Ya se me está haciendo tarde y tú no acabas con la maldita vaina, me has hecho como cinco cuentos en un solo y ninguno lo terminas. 
_Ya, ya Cucha, (dijo Ana) ya voy a terminar, es que son demasiadas vainas juntas.

Quedamos en la agentaíta, que la encontraron con el dueño del colmado El Baratón, bueno, pa'no cansarte con el cuento, la esposa del colmadero llegó en el mismo momento en que este sembraba el maíz". 

 --Espera, espera, qué es eso de sembraba el maíz? -dijo Cucha-
Ana contestó: 
_ Eso quiere decir, que le estaba dando tusa y tusa. A esa hija de la mondonguera le dieron una paliza que la mamá hasta la botó de la casa, le tiró tó los peteperepes pa´la calle y la botó como una perra. 

_ Ufff, por fin terminé". Dijo Ana, a lo que Cucha contestó:
_Pero, ¿cómo que terminaste? ¿Y qué pasó con la mujer a la que le dieron la carrera y que iba con las tetas guindando?

_ ¡Carajo, tienes razón Cucha, (dijo Ana) 
Pero, no te gustaría saber lo que dijo el gobernador (El dueño) del Banco Central?
_ Pero´e que tú ta loca, pa´qué quiero yo que me hables de ese jabladorazo? Pa´ese viejo, en este país estamos mejor que en Suiza. ¡Sígue con el cuento pa´que te quites de ya de eso!

_ Bueno, cuando esa tipa iba huyendo de "La quería" del motoconchista, se le unieron como catorce motoconchistas y, ríete tú, eso se parecía a la caravana de un  partido ventorrillo de los tantos que hay aquí. En esas caravanas, solo se ven motoconchistas porque les dan $200.00 pesos y una botella de romo. ¡Qué vergüenza, santísimo creador! ¡Suuuú manífica ni mameo! 
-Se lamentaba Ana-
_Ahora (empezó Cucha), soy yo que te voy a contar lo que le pasó a..... Noooo, dijo Ana, ahora no, deja ese pa'mañana porque mi marido no dilata en llegar y si no me ve en la casa, hasta me lo mocha. 
_Ta'bien, pero tú te lo pierdes. 

Así transcurre la vida en cualquier vecindario dominicano; chismes de patios propios de la gente llana de este batatal con luz, al que ya nos acostumbramos a decirle dizque, país. 

Aquí tenemos de todo, desde cuernos, moto conchos, guaguas y camionetas anunciadoras, plataneros, hueveros, cacharros de guagüitas cataflaneras, hasta grandes políticos ladrones y sin vergüenza; sastres multimillonarios sin haber hecho un pantalón, ministros apajareaos. Hay de todo.

Religiosos que se montan, y que hablan en idiomas rarísimos que nadie sabe de dónde carajo los sacan; Mormones y Adventistas jodiéndote la paciencia en la puerta de tu casa,  el Cardenal hablando pluma de burro desde que le ponen un micrófono cerca. 


Nos bombardean con encuestas mentirosas, para hacernos creer que el presidente está donde no está, y que si está ahí, es porque se hizo famoso brincando charquitos.
Tenemos políticos que a sus amantes le llaman segunda base. Yo asumo que, si el amante es un hombre, le llamaría dogao (Dogout), por aquello de "la cueva".  


Tenemos algo, digno de llevar a los libros de récords Guinness, un presidente tiró su palabra de honor al lodo y decidió comerse un tiburón podrido para que lo postularan otra vez para presidente del país. 

Tenemos otro político que, luego de decir que no cononcía el pichirrí de pollo, hasta se tomó fotos jartándose de chicharrones en Villa Mella, mientras que otro, el más agentaíto de todos, se jartaba de yaniqueques. 

Hay otros que nacieron con el cerebro en la cartera y los sesos en los pies, pero que aún con los sesos tan lejos de la cabeza, han resultado muy inteligentes para hacer de la política un negocio muy lucrativo. Ese es nuestro país..
Tenemos sacerdotes pájaros, un gobierno robándole a su propio pueblo, miles de haitianas regadas como la verdolaga en cada calle del país vendiéndo: guineos, guandules, aguacates, maní tostado, y todo lo que tú quieras "comprarle", se mean delante de la gente, en el primer solar o callejón.

_ ¿Malchanta, quiéle complá aguacate y guineo? Quiéle complá maní totao, papá?


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