jueves, 1 de mayo de 2014

OPACA EL PUEDE, NO QUIEN QUIERE

El recién inaugurado pueblo de Boca de Cachón, una obra que costó varios millones menos que lo que se gastó en el parqueo de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, construido en La Era del Estiércol de Leonel



Por Henry Osvaldo Tejeda

Leonel Moisés Fernández de Galilea y Jordania tiene un gran "Arrasca sieso" (del verbo rascar, pero en San José de Ocoa le anteponemos a la "R" una "A", para darle mejor sabor a la palabra).  Pues bien, el corrupto personaje no tiene sitio, está molesto, todo le "jiede" y nada le huele, está incómodo, no soporta que Danilo le haya comido los caramelos, ya no sabe cómo llamar la atención.

Ahora es que se ha dado cuenta de que, sin la "Se ha dado cuenta de que sin "La Ñoña", es uno más del montón, ya no llama la atención, al contrario, sabe que el pueblo lo odia, nos jodió, nos acabó y sabe que en cualquier momento puede pagar lo que entre las uñas se llevó.

Empezó por escribir artículos en el periódico más malo que ojos humanos puedan leer (el Listín Diario. Léase, el nido de ratas diaria, el oprobio diario, la mugre diaria...) donde se tomó fotos con los empleados.


Sigue el bulto, luego empezó a dar vueltecitas por una que otra ciudad del país visitando a sus cachanchanes y bajándoles "toquecitos", (ya no tiene poder para bajar "lineazos").

 visitó una que otra ciudad y, cuando vio que nada de eso generaba lo que tan afanosamente buscaba, decidió bajarle la línea a sus diputados para que hicieran públicas sus adhesiones hacia su figura; lo hicieron, ¿Y qué?, nada pasó, el odio del pueblo sigue igualito.

Entonces decidió abrir una cuenta de Twetter, algo que no le había pasado por la mente mientras estaba en las alturas, porque no le interesaba que lo jodieran. 


En esos momentos él era el Rey León y no estaba dizque para estar recibiendo mensajes por Twitter de la chusma, el pueblo no le interesaba para nada.

Bueno, abrió su cuenta, y miles de curiosos y se apresuraron a ser sus contactos, unos para insultarlo, otros para lamerle los zapatos y otras decenas de miles, que no eran ciertos que fueran sus "seguidores". 


Hasta yo, que lo odio con toda mi alma y hasta con la suela de los zapatos decidí hacerlo contacto mío (luego lo quité de nuevo porque, cuando lo pensé bien,  me dio asco y rabia y me dije: 
"pero hombre del carajo, es que has perdido la vergüenza? No pude, tuve que dejar eso porque podría reventar y decirle algo que me pudiera luego hacer pasible de una demanda.

Pues bien, ya pasó el bla bla del Twitter, no va a dar resultados., pero en su morriña por la silla de alfileres, lo lejos que se siente de ella y las ganas de opacar la inauguración de un nuevo pueblo en el Sur por parte de Danilo (que él, prometió tantas veces y nunca hizo nada), decidió ir a visitar a Danilo al mismo palacio nacional.

¡Insólito! regularmente esas visitas se hacen a la casa de uno de ellos, pero Leonel Moisés de Galilea y Jordania quería probar a ver si aún podía decir: ¡Ábrete Sésamo!, la puerta de ese despacho que fue su cueva y la de más de 40 asaltantes y bandidos de saco y corbata, me refiero, al despacho presidencial. 


Esas ciento y pico de libras de carne putrefacta que iban dentro del traje hecho a su medida, reconoció, que sintió nostalgia por la cueva, es decir, por el que fuera su despacho durante doce años.

Claro que tenía que sentir nostalgia, si se aplatanó tanto hasta el punto de creer que ese era su palacio que su familia se lo dejó como herencia, llegando al punto hasta de extrañarlo y sentir nostalgia por estar de ahí. 

Nunca vio su estada en ese despacho como unas vacaciones largas, con "todo" pagado, y que podía hacer, deshacer, coger lo que le diera la gana y, hasta lo robarse lo ajeno, y eso hizo.

Para nadie es un secreto que, su vi
sita al palacio no fue más que una jugada sucia de las que él acostumbra ahacer, en este caso, para tratar opacar el brillo de la inauguración referida, pero como dice un refrán, "ofende quien puede, no quien quiere".

En este caso cabe decir que, "Opaca quien puede, no quien quiere"; Leonel, con el descrédito generado por los actos de corrupción de sus gobiernos, en estos momentos no es quién para opacar ni a su propia sombra. 

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