Tamara y Alberto Pontecorvo: 50 años de feliz unión matrimonial
Por Henry Osvaldo Tejeda B.
Hay una mujer ocoeña que salió de nuestro pueblo en el 1965 hacia Nueva York, se trata de Tamara, mi vecina desde cuando en San José de Ocoa. Tamara es hermana de Cacao, uno de mis mejores amigos y de quien tanto menciono en mis escritos titulados, "Vivencias en Ocoa".
Pues bien, me cuenta Tamara que en el día de ayer, mientras se encontraba con algunos familiares y allegados en un acogedor restaurant en New York, donde fueron a celebrar los 50 años de casada, fue sorprendida por su esposo de origen italiano Alberto Pontecorvo, cuando este le pidió la mano para colocarle un hermoso anillo de diamantes. ¿Se imaginan la emoción de esta mujer?
Es un obsequio bien merecido, porque el material con el que está hecha mi amiga del alma, ya es escaso en estos tiempos pues, son raras las mujeres de estos tiempos que quiera pasarse medio siglo con su primer y único amor, pero Tamara sí, porque viene de una familia que es así, y la crianza que tuvo fue así, por haberse criado en los mejores valores morales de una familia humilde, pero de una nobleza incuestionable.
Tamara, desde pequeña, mostró lo que sería como mujer, fiel, luchadora incansable, buena esposa, buena amiga y mucho más. Tiene una bella hija Louise Oteiza fruto de su unión con Alberto, un hombre que, según me cuenta Tamara, es todo un caballero, de quien dice que conocerlo, fue lo mejor que pudo haberle pasado en la vida. Personalmente llegué a ver a Alberto, en un viaje que hicieron a Ocoa en la década de los setentas cuando aún yo no había salido de mi amado terruño.
Era necesario escribir estos cuantos párrafos para que, todos los ocoeños que están regados en el mundo, se sientan orgullosos del valor de esta gran dama, que tan bien representa a la mujer ocoeña.
Tamara escogió como profesión la costura, y hoy día, trabaja en una famosa fábrica de confección de vestidos y otras prendas de vestir; es una empresa que viste a los artistas de todas las ramas del arte. Alberto, su esposo, es en gerente del museo de Historia Natural de Nueva York, y hace apenas unos días, fue galardonado por sus 50 años de trabajo en ese museo. Una familia exitosa y feliz, como debe ser, porque ambos se lo merecen.
¡Felicidades Tamara y Alberto por esa feliz unión! Y yo aquí contento.
Los esposos estuvieron acompañados de: Celeste Zucco, madre de Tamara, su hermana Nilva Santana, y Louise Oteiza, su única hija, entre otras personas de su intimidad, incluyendo sus nietos.
Hay una mujer ocoeña que salió de nuestro pueblo en el 1965 hacia Nueva York, se trata de Tamara, mi vecina desde cuando en San José de Ocoa. Tamara es hermana de Cacao, uno de mis mejores amigos y de quien tanto menciono en mis escritos titulados, "Vivencias en Ocoa".
Pues bien, me cuenta Tamara que en el día de ayer, mientras se encontraba con algunos familiares y allegados en un acogedor restaurant en New York, donde fueron a celebrar los 50 años de casada, fue sorprendida por su esposo de origen italiano Alberto Pontecorvo, cuando este le pidió la mano para colocarle un hermoso anillo de diamantes. ¿Se imaginan la emoción de esta mujer?
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| Momentos en que Alberto coloca el anillo en el dedo de su esposa, con la cara de felicidad y sorpresa de Tamara. |
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| Tamara muestra orgullosa las fotos del día de su boda con Alberto, además de otra, enmarcada por su hija Louise |
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| Hija y madre felices |
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| El beso de amor eterno que no se podía quedar |
¡Felicidades Tamara y Alberto por esa feliz unión! Y yo aquí contento.
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| Celeste Zucco y Nilva Santana, madre y hermana de la feliz esposa. |





