jueves, 3 de enero de 2019

CHÁCHARAS: LAS FLATULENCIAS AROMOSAS

Por Henry Osvaldo Tejeda
En una oficina privada, una señora empezó a toser de manera desesperada e insistentemente, por lo que, el personal de la oficina, fue a socorrerla; la señora se estaba casi ahogando, la sacaron a la acera y en unos diez minutos ya estaba bien por lo que volvió a entrar a la oficina, pero no pasaron cinco minutos cuando volvió a toser como antes. Nadie sabía el por qué tosía, pero el motivo se podía suponer que estaba dentre de la oficina.
Lo único que se le ocurrió decir a la angustiada señora, fue:
_ No sé por qué carajo, echan tanto ambientador en las oficinas privadas, esa pendejá deben prohibirla.
Un señor que estaba a su lado, asintió diciendo:
_ Si ombe, eso es un abuso, eso no es justo.

La cosa no pasó de ahí: la señora se largó del lugar maldiciendo, y echando chispas. Pero el señor que habló, se quedó con eso en la cabeza y se fue a su casa, allí le contó a su esposa lo acontecido.
_ Mira, mi amor, estuve en una oficina hoy, y había una mujer de lo más bella que empezó a toser desesperadamente, bla bla bla; le contó todo, pero dijo que era una chica muy elegante y que él (Haciéndose el héroe ante su esposa) para reanimar a la chica, la apretó fuertemente hasta sentir sus pechos temblar contra el suyo.

 La mujer, que era más celosa que´el diablo, y sabiendo lo mujeriego que era su marido, le dijo:
_ Abusador, tú no tratabas de reanimarla, solo querías abrazarla; te conozco muy bien. Por algo es que te tengo a dieta desde hace un mes poniéndote "pa´los pies".

Se fueron en una discusión que duró casi una hora.
_No me importan tus pendejos "pa´los pies" -Decía el marido encojonado- los hombres tenemos otras formas de satisfacernos, y en la posición que nos dé la maldita gana.
https://iliocapozzi.blogspot.com/2019/01/chacharas-las-flatulencias-aromosas.html

Bueno -dijo la esposa-, pues tendrás que seguir con tus "otras formas", porque conmigo se te peló el billete, y si quieres nos divorciamos para que te cases con tú mano derecha, pues, por lo que veo, esa es ahora tu novia, tú esposa y tú amante, pero a mi ninguna mujer me da celos, y mucho menos dizque una mano masturbadora.
La mujer, como dije, tenía tiempo dándole "pa´los  pies" al esposo, pero no era solo por lo mujeriego que era, sino, también porque el tipo parece que sufría del estómago y dejaba salir unas flatulencias que olían a perro muerto, por lo que ella vivía asqueada y a él no le valían los remedios que usaba para mejorar esos malos olores que sacaba en forma de bombas explosivas. La esposa le contaba a una vecina:
_ Vecina, los vientos que salen de la barriga de mi marido, son estáticos, no se mueven, y creo que hasta se pegan del mosquitero porque pasan y pasan ratos y esa maldita  peste no se va.
por las ventanas.
_ ¡Carajo, vecina, no me diga una cosa igual! VPEro saque de la casa a esa cloaca antes de que usted se enferme. ¿Cómo puede usted vivir con ese pozo séptico dentro de la casa? !Bóte ya ese indecente!. Si hubiera sido yo, hace añales que lo hubiera mandado a la mierda. -Dijo la vecina alarmada-
El esposo, condenado al "Pa´los pies" por su esposa, hacía varios meses que le estaba dando vueltas a la cabeza a ver qué se le ocurría para satisfacer sus apetitos sexuales sin tener que contar con su mujer y de paso, corregirse los malos efluvios que le emanaban de "su trampa de gases corporal". 

Desde que se le ocurrió la idea y la puso en práctica, nuestro héroe estaba feliz, a pesar de que sentía una pequeña molestia en la aldaba de la puerta trasera del cuerpo, pero eso no era nada, pues ahora se largaba sus porquerías "ventarronadas" donde le diera la gana, y nadie se daba cuenta, a menos que, al salir, hiciera un ruidito propio de las explosiones corporales.

Ya todo marchaba bien con respecto a su satisfacción sexual, él se mantenía satisfecho y recho, además de poder tener a mano siempre a "su pareja", y solo le bastaba estar solo para tener un "coito" cuando le diera la gana y sin necesidad de su celosa mujer.

Pero, ¿qué fue lo que pasó para que este hombre, estuviera tan feliz desde hacía tanto tiempo y sin necesidad de solicitarle "visa" a su esposa para estar con ella en la cama?

He aquí la genial idea de nuestro héroe, al verse con  tantos problemas por ser tan gustoso, pero tan mal correspondido por su esposa. Se compró un ambientador de buen aroma, con la idea de disfrazar el mal olor de los gases que se tiraba, y esperó a que la esposa estuviera ausente de la casa para agenciarse una buena cantidad de vaselina para "que entre y salga" sin problemas. ¡Manos a la obra! 
Ambientador

Embadurnó bien el ambientador, se puso en posición de hacer pechadas, abrió el baúl, miró por el retrovisor que puso detras de él (Un espejo), presentó el ambientador en el gate, apuntó bien, y luego inició un conteo regresivo al estilo la NASA cuando lanza un cohete al espacio: ".....tres, dos, uno y ¡Fuácata!, ambientador pa´dentro. Solucionado el problema, cero mal olor y cero pa´los pies de su esposa.

Amigo lector, solo usted y yo sabemos que, a este tipo no tuvo ni idea de que, el mal olor de sus flatulencias mezcladas con el buen aroma del ambientador por poco matan a la vieja en la oficina de la que hablé al inicio. 

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