jueves, 21 de abril de 2016

VIVENCIAS EN SAN JOSÉ DE OCOA: LOS ENCOJONAMIENTOS DE PAPI TEJEDA EN EL BAR TRES ROSAS

Por Henry Osvaldo Tejeda

Papi Tejeda, el hijo del siempre contento Luis Tejeda, quién tenía un colmado en el Pueblo Abajo en la esquina de la calle Andrés Pimentel esquina 30 de Abril, una esquina antes de llegar a la pared que dividía el final de la calle con el hoyo de La Posa; ese colmado estaba frente a Pablo Suazo el zapatero. 

Nuestro héroe de la historia, quien para mas referencias diré,  que es primo hermano del pintoresco Cacao Santana, se fue para Estados Unidos regresando luego con unos ahorritos, los que invirtió en la compra (o arrendamiento, no sé) del legendario Bar Tres Rosas, de San José de Ocoa. 

El Bar Tres Rosas, ubicado frente al parque Libertad en el mismo centro de la ciudad, fue el lugar donde los mozalbetes de la época aprendimos a sacudirnos la niñez, es decir, iniciarnos con los primeros mareos de un "jumo", con la primera "quemaíta" a una chica, con el primer contrabando de "romo", comprándolo en un colmado para bebérnoslo en el Tres Rosas, ya que así salía mucho mas barata la parranda, claro está, siempre que no te sorpendieran, pero aún fueras descubierto, solo tenías que darle medio, o un peso a Felito el camarero, y asunto resuelto. ¡Buen hombre ese vale Felo, como yo le decía.
Vista lateral del Bar Tres Rosas en la década de los setenta

También teníamos la primera aventurilla amorosa, y hasta el primer cobro no compulsivo, porque a veces, uno que otro de los muchachones de la farándula ocoeña, tenía que escuchar estas palabras com éstas, o parecidas:
 "Mire joven, cuándo es que a usted le va a salir de las entrañas pagar la cuentecita vieja que tiene aquí?

Esa cariñosas palabras eran de "El Viejito (Así le llamábamos a Don Pururú Pimentel luego de entrar en confianza con él) cuando se dirigía a uno que otro muchacho de los tantos pícaros que aparecían en Ocoa, pero no era que fueran chicos de mala fe ni que nada, era que no había fuente de trabajo y luego de usted beberse un "romo fiao", todo parrandero sabe que se hace muy duro pagarlo; esa es una constante en el parrandero. 

Pururú era un hombre muy decente, por lo que llamaba al impetrante a solas, para recordarle la deuda, que no pasaba de algunos cinco o diez pesos, ya que El Viejito se cuidaba mucho y no despachaba cuenta sobre cuenta. 
Así luce hoy, lo que fuera el legendario Bar Tres Rosas

Estoy hablando de finales de los años sesenta, e inicios de los setenta, cuando yo empecé a joder la paciencia con la música, es decir, a martirizar a una pobre una guitarra, con toda la urgencia del mundo porque ya quería parecerme a Los Beatles; para esa fecha, ya yo era músico de percusión en la banda municipal de música. 

TEMA CENTRAL DE ESTA HISTORIA

"Vivencias en San José de Ocoa: Las vainas de Papi Tejeda y el Bar Tres Rosas".

Papi Tejeda, es de estas personas a las que llamamos "chuscas"
 (en El Cibao les dicen "celébres", así con acento en la 2da vocal), que en cualquier momento te salen con una "pachotá". 

Papi decía, que vivía "encojonao" con esa "barsa de desgraciaos", (No sé dónde carajo los ocoeños sacamos esa palabra pronunciada así...¡barsa! para referirno a cantidad, demasía, mucho, una trulla, etc.).  Papi hacía alusión a los empleados que él tenía en el bar, pues no salían de un pleito entre ellos, y siempre había problemas y según Papi, no lo dejaban descansar en ningún momentopor mas lejos que estuviera.

Un día, Papi decidió "asilarse" (fueron sus palabras) en un cabaret de la parte alta de Ocoa,  lo que se conocía en los años 50's y 60's como Magante, y luego más tarde, se le llamaría Guachupita. Papi pensó que así se desconectaría de ese "jodío bar" y de ese enjambre a avispas y de sus problemas; Se buscó una mujer y se fajó a beber con ella encerrado en la habitación de un cabaret, dando rienda suelta en pro de quitarse "El queso del cerebro" (fueron sus palabras, y yo no soy baúl de nadie) ¡Por fin libre, carajo!

Debo decirles a los que no lo saben que, el queso del que hablaba Papi, son los deseos sexuales acumulados por mucho tiempo sin estar con una mujer. El vulgo lo bautizó como queso. Imagine usted de qué se fabrica el queso, y saque sus propias conclusiones.

No bien se había tirado par de "jaquimazos" y de "arreglar" a la mujer, cuando tocaron la puerta para decirle que lo estaba buscando un empleado del Bar Tres Rosas. "No lo puedo creer". ¿Será el Diablo que me anda atrás? 

Cuando abrió la puerta, lo primero que oyó del emisario fue: 
_ Jefe, tenemos un problema en el bar y lo tan esperando pero yaaa!
El bueno de Papi, solo atinó a decir:
_ ¡Cooooño! ¿Y será que me han echao un guanguá?. (Guanguá: hechizo o trrabajo de brujería que se le practica a otra persona)

_ Ta bien, le dijo al empleado, ahora vete que yo voy en un ratito, tan pronto termine la "reburujá" que tengo con esta doña (Se refería la mujer). Pero no bien había dicho eso, cuando puso la cara como si se hubiera transformado en un perro Buldog, se vistió y se fue al bar dejando un desarreglo pendiente con la mujer.

Desde que llegó al tres Rosas, reunió a todo el personal incluyendo a la doña que que limpiaba el bar, se subió encima de una mesa y empezó diciendo: 

_ Hijos míos, pongan atención porque no voy a hablar mucho, todavía tengo el juicio preñao del jumo, por lo que quiero que atiendan bien, y cojan la señal como buenos quecher (catcher).
Y así  con voz firme, enérgica y aguardentosa dijo en voz alta:

 _ Yo Papi Tejeda, reunido en asamblea, acompañado de yo solito, pues aquí no hay ni directiva ni na de esa vaina porque yo soy el único tiesto de dueño de este negocio, tengo para decirles que todos, absolutamente "toitos", incluyendo al gato del vecino que viene chupar los vasos sucios por la mañana, tan cancelaos!!

Tan pronto dijo eso, se apeó de la mesa y se dirigió hacia la cantina, pero antes de llegar a ella, se devolvió y  se subió de nuevo en la mesa y practicamente voceando, le dijo a los sorprendidos  empleados:

 _Y pa'que vean que la vaina va de verdad, yo, Papi Tejeda, el dueño de eta vaina, también toy cancelao. ¡Jodan ahora! ¿No querían bugulú? ¡Cojan bugalú! 

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