por Henry Osvaldo Tejeda
No me lo crean pero yo, me río más que ustedes de lo que escribo. La imagen se lo dice todo. Me salen lágrimas de tanto reirme, entonces aprovecho esos momentosy doy rienda suelta a la imaginación.
La foto la tomó mi hijo, pues quiso eternizar un momento en el que él ni sabía de qué me estaba yo riendo.
Al grano.
Señores, hay que estar vivos para ver cosas raras en este
conuco con mucha gente, al que nos hemos acostumbrado a llamarle país, donde, para que el presidente cumpla con lo que
establecen las leyes, tiene que hacer un acuerdo con la oposición. Ya la capacidad de
asombro, pasó a mejor vida.
En cualquier momento de tu vida, te ocurren cosas que, por más
sencillas y menudas que sean, te fastidia la vida y lo único que puedes hacer
es reírte y si quieren saber porqué lo digo, les contaré varias cositas que he
visto y otras que me han sucedido a mí.
Hace días me sentía mal del estómago, y le pregunto a mi
esposa si ella tenía alguna pastilla o algo que me pudiera ayudar con un
"fuegazo" que me salía por la boca proveniente del estómago. Me estaba pareciendo a un dragón largando fuego por el "jocico".
En este país, a esos gases que vienen de la barriga y que
suben hacia la boca buscando salida, regularmente le llamamos eructos pero en
Ocoa, le llamamos "peo de reversa" porque los mismos hieden a perro
muerto y lo peor es que, tu te los "bombeas" y no sientes para nada que estás podrido por dentro, no sientes la
podredumbre pero al que está cerca de ti, si no le da ganas de vomitar por lo menos
lo pone a hacer mas muecas que un burro cuando está comiendo naranja agria. No hay morisqueta que no haga cuando le llega el hedor que sale de la boca del dueño del eructo.
Les decía de la petición que hice a mi esposa, ella me dijo:
_ Ahí en la mesa de la sala hay una funda con varios
medicamentos, pero hay unas pastillas color rosado que son "un
cuchillo" para la acidez (dizque acidez, habrá querido decir el fogón, o
mejor dicho, la reacción química forjadora de erupciones volcánicas con
tendencias malignas al estilo Krakatoa).
Ya como a las doce de la noche le dije a la heroína de la casa, mi esposa:
_ Pero mujer, ¿y qué porquería de pastilla es que
me has dado? esa vaina no me ha hecho
"na", sigo con el fogón en el estómago.
_ Que raro, porque esa pastilla no retoza con los malestares.
-dijo ella, para luego preguntarme:
_ ¡Muéstrame de cuáles pastillas fue que tomaste!
Fui a la mesa y le llevé la funda de los medicamentos,
mostrándole el sobre de donde saqué "la porquería" de pastilla que me
tomé.
-¡Mira, fue una de esas!, le dije, señalándole un
frasquito-
Cuando ella las vio gritó:
_ ¡Santo cielos, Ave María Purísima! Te has tomado una
pastilla que ayuda a bajar la menstruación.
_ ¿Queeeeeeé? Noooooooo! -dije
yo- No lo puedo creer...¿Y ahora, qué me va a pasar? -le pregunté-
_ Para hablarte verdad, no lo sé -dijo ella- esperemos a ver qué ocurre, solo tienes que acostarte y
mañana veremos que pasó.
¿Ven como hay "pendejaítas" que le
fastidian la vida a cualquiera? La suerte fue que, al otro día, todo volvió a
la normalidad pero, de que me asusté, me asusté. Un granito de millo no me cabía por el "mofle".
¿Se imaginan que se riegue la voz de que a este macho de hombre, le baja la menstruación? Pero, peor aún, tener que andar abierto por tener una jodía toalla sanitaria metida entre las ranuras de la puerta de campo.
¡Que vergüenza!!!
Una cortita anécdota, antes de seguir con mi historia.
Cuando se termina lo que se va a hacer al sanitario, uno siempre
está de curioso y mira lo que ha hecho.
Les diré que, en una ocasión, me di una buena "jartura" de remolacha y cuando terminé de hacer "la cosa aquella" en el sanitario, me volteé para ver lo que parí y, les confieso que por poco me da un yeyo porque creí que me estaba bajando la menstruación; no recordé que me había "jartao" de remolacha.
Les diré que, en una ocasión, me di una buena "jartura" de remolacha y cuando terminé de hacer "la cosa aquella" en el sanitario, me volteé para ver lo que parí y, les confieso que por poco me da un yeyo porque creí que me estaba bajando la menstruación; no recordé que me había "jartao" de remolacha.
Como los cundangos imitan en todo a las mujeres, supongo que
se colocarán uno de esos dispositivos desechables llamados Tampones, que no es
otra cosa que un rolo que se meten en la vagina para detener la hemorragia menstrual, sólo que en el caso de los "voltiaos", éstos se lo meterían en El
Hoyo de Chulín.
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