jueves, 1 de agosto de 2013

Chácharas de un sueño demasiado raro


Por Henry Osvaldo Tejeda

Hace cinco días, me quedé dormido mientras veía la televisión y soñé que estaba en un pueblo de personas muy sencillas, que se ufanaban de que ahí no pasaba nada amoral; no delincuentes, no drogas, no asesinatos, en fin, todo era bueno, a excepción de lo que pasa siempre donde hay cargos públicos, solo había corruptos, pero al ser un pueblo tan pequeño, eran muy pocos y boroneaban bien.

 Pero había algo que tenia al pueblo alborotado desde hacia unos días.  "Esto no puede suceder - se decía el pueblo- "Eso es imposible, cosas así no pasan en este pueblo de Dios" -Eso escuché que comentaban personas reunidas en un grupito- 

Al pasar al lado de un grupo de doñitas oí que decían:
-A un santo de Dios como ese hombre no puede pasarle esto, señores, estamos en los finales del mundo, qué vergüenza Dios mío.
- Mientras esto decía, se persignaba y hacia la señal de la cruz.

Había decenas de doñitas vestidas todas de negro, con sus rosarios en las manos y no paraban de rezar.
" Dios mío, que esto no sea verdad, esto no puede estar pasando, Padre nuestro que estas en el cielo, estamos en Abril, haz que se sea mayo ahora mismo para saber que ha pasado aquí, y si nos ayudas te juro que me iré a Higuey con una piedra en la cabeza.-

Otro decía: -"Mañana será un día que cambiará la vida de este  pueblo cristiano, estamos ansiosos de que sea mañana para terminar con estas dudas que nos tiene sumidas en tamaño calvario"

- Cuanto mas escuchaba, me daba cuenta de que el asunto giraba alrededor del cura de la ciudad, pero no lograba saber qué carajo pasaba y en esos menesteres, me llegó la noche y tuve que irme a dormir.

Al otro día, volví a la calle pero ya desbordada mi curiosidad del día anterior. Había lo mismo, mucha gente cuchicheando, pero esta vez caminaban hacia un lugar, por lo que me acerqué a un señor que miraba el espectáculo lo más quitado de bulla y le pregunté:

 _ Dígame, buen señor, ¿qué es lo que esta pasando en este pueblo que la gente esta tan alborotada?
El hombre, sacando una botella de su chaqueta, se tomó un trago y me dijo:
_ ¡Ah!, ¿esas gentes? no jodan ellas ombe, se les ha metido en la cabeza una vaina, yo estoy tranquilo porque ya  sabia yo que algo así tenia que pasar.
No se puede estar jugando con candela sin quemarse, si le pasó eso fue porque se lo buscó.

 Llegó a este pueblo flaquitico como un espárrago y en pocos meses, hasta barrigota tiene, la buena vida, eso le pasa por estar juntándose con todos esos jovencitos que solo les gusta el can.

_Pero, ¿a qué se refiere usted señor?-  le pregunté.
_ ya no hablaré mas del asunto, dijo, mientras sacaba de nuevo la botella y se ajustaba otro trago y cuando se iba me dijo:
_Vaya con esas gentes, que hoy sabrá de qué se trata.

Me uní a la multitud que, ahora iba corriendo detrás de un auto, y también corrí  (como dominicano al fin, ¿quién no sabe lo "averiguao"que somos?) y en ese menester, llegamos a la iglesia donde esperamos como dos horas luego alguien voceó:
_ ¡El doctor, se va el doctor!
_ Qué decepción, ahora no sabremos nada.

Mas tarde, llegaron en una jipeta seis hombres vestidos con sotanas, cinco de ellas blancas y uno solo vestía sotana color púrpura, entraron a la iglesia y muy pronto salieron pero ahora con el párroco del pueblo casi arrastrándolo y se largaron. No faltó quién dijera:

_Bueeno, el hombrón de la sotana morada se le veía que estaba bien encojonao, porque entre dientes le oí decir:
_Buen hijo'e puta, la vergüenza que me ha hecho pasar por estar de alegre, pero ya verás.

Me incomodé y me fui de ahí, "que se jodan con su problema, al fin y al cabo no sé ni de qué se trata la vaina esa" -me dije-

_ Pero ya les dije que soy dominicano, me devolví, yo no puedo dejar perdidas tantas horas que pasé pendejeando. Fue cuando vi. que la multitud tenía a alguien rodeado y, al preguntar, me dijeron que al que rodeaban era al sacristán de la iglesia.

No puedo decir que escuché todo lo que dijo, pero si oí clarito cuando dijo lo siguiente:
_Miren, se lo juro por mi madrecita santísima, que escuché clarito con estas orejas que se las tragará la tierra cuando el doctor dijo:
_Padre, pero usted está preñao". El sacristán dijo esto, haciendo la señal de la cruz.


¡¡¡Carajooooooo!!! Santa Burrundanga y Celedonio, pero, ¿y que pendejá es esa? ¿No joda, ombe?

Ahí mismo tiré un brinco y desperté sudando entre las verijas, en la tabla del cocote y, hasta un follón me largué. Qué raro, qué casualidad, desperté en el mismo momento en que el presidente de la Asamblea Revisora (de la constitución) Reynaldo Pared,  decía: _¡¡¡¡APROBADO, EL ARTICULO TREINTA QUE PROHIBE EL ABORTO!!!!!!!!_

Entonces me dije:
_ Qué iglesia mas dichosa, si lo que acabo de soñar hubiera sido real, ahora mismo el cardenal tuviera tamaño problema con un cura preñao sin poderlo hacer abortar.

Qué sueño más raro.

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