HERENCIAS: SANAS Y MALDITAS





Por Henry Osvaldo Tejeda Báez

Hay padre que les dejan a sus hijos como herencia: una buena cuenta bancaria, otros dejan tierras, casas, carros etc., otros, los más pobres, los que pasaron toda la vida trabajando con el afan de levantar la familia, lo único que tienen para dejarle a sus hijos es, una buena educación familiar y académica, con la que los hijos, si salen buenos y agradecidos, viven recordando a su padre en cada conversación, orgullosos de tener un padre como el suyo.

Elvin Chuqui, el muñeco diabólico Castillo

Pero hay padres, como uno que conozco, que se ha pasado la vida nadando en el lodo, chapaleando en la mierda de los más bajos niveles morales de la sociedad; un ser que, con tal de tener poder y dinero le vendió su cerebro a uno de los tiranos más sangrientos de América.

Luego de sus trabajos sucios a la tiranía del sátrapa Rafael Leonidas Trujillo, el ruin padre de familia de mi historia, ganó renombre y dinero e ese gobierno criminal, llegando a obtener hasta una diputación.
Se cuenta que chivateó a un familiar, que luego fue asesinado por la tiranía; hasta ahí llegó ese engendro del mal.
Se recuerda que ese señor, fue el que llenó la iglesia de La Vega de cueros, chulos, borrachos y gentes de muy baja calaña como retaliación, por la posición de la iglesia contra el regimen en las postrimerías de la tiranía.

En plena parranda, mientras estaba en un burdel compartiendo con lo más bajo de la sociedad haitiana, le pegaron dos tiros, salvando la vida "a puras chepas", "en tablitas", como decimos aquí.
En ese tipo de lupanares, hacía vida social este tenebroso personaje, quien con el tiempo y por sus sucios trabajos de chivato, adulón, cizañero y fabricante de mentiras, ha llegado a escalar puestos tan importantes como "Presidente de la Comisión de Ética del Gobierno".
Nombrar a semejante antisocial en ese cargo, sólo se le ocurre a un ave del mismo corral.

Pelegrín Castillo (El mejorcito de todos)

Su sempiterno embriagamiento de veneno acumulado por años más la inversión de valores en este país, lo han catapultado a los estratos mas altos de malos gobiernos,  de quienes se ha erigido como el abogado del Diablo, en los cuales ha ganado "prestigio" por encubridor y por ser el encargado de las suciezas del gobierno".
Este personaje ha tenido hasta suerte, porque, sus venenos han sido absorbidos por los presidentes de peor accionar de nuestra vida democrática. .

El presidente Leonel Fernández, ha llegado al colo de reconocer que es un admirador de ese troglodita. Eso nos dice la clase de presidente que tenemos; no se equivocó la institución mejicana que mide la popularidad de los presidentes de América Latina. En una encuesta realizada hace pocos años, catalogó a Leonel Fernández como uno de los peores presidentes de Latinoamérica.

Lo de las herencias, lo traje a colación porque es lo que le está dejando el tenebroso personaje de esta historia a sus hijos. Es un abuso de marca mayor, que un padre, envenenado desde joven, se dedique a  inculcarle el venveno odio a sus hijos.

El que más ha asimilado las sucias enseñanzas de su padre, es el menor de los tres hijos más conocidos. Me refiero a Vinicio Catillo Semán, conocido como Vinicito, pero otros le dicen Bimbinicito y, segun me han dicho, al igual que a su padre, le gusta "mojar la canoa". (cundanguerías, en buen dominicano)

Juárez Castillo

Familias así, no se deben dejar reproducir en un país que se respete. Ese señor, es el Mojica de la novela Enriquillo de Manuel de Jesús Galván, quien luego de tantos chismes y suciezas y chivateso contra Enriquillo y Mencía, fue ahorcado luego del alzamiento del cacique).

En China, hubieran si guindados todos de un palo en cualquier plaza pública, para escarmiento de los que intentasen imitiar sus sucias acciones.
Poner en manos de esa desprestigiada familia, una campaña tan sucia y costosa, admás de los cientos de actos de corrupción y los tantos errores cometidos a lo largo de casi ocho años de gobierno, son motivos más que suficientes para amanecer con una jaqueca el día 21 de Mayo.
La "tirria" (así le decimos en Ocoa al odio) de los Castillo, han convertido a Hipólito Mejiía en una víctima.