lunes, 28 de mayo de 2012

TURISMO ELECTORAL: UN GASTO INNECESARIO PARA EL ESTADO

Por Henry Osvaldo Tejeda Báez

Luego de lo ocurrido en las pasadas elecciones, donde se hicieron dibluras suficientes para que en un país que no sea este, ffueran anuladas, y tomando en cuenta que luego de la muerte de Trujillo, esas mismas acciones vienen ocurriendo (1966 específicamente, cuando Balaguer llegó al poder por primera vez), el país debe buscar la forma de por lo menos, no perderlo todo, suspendiendo a los "observadores" internacionales, por ser un gasto innecesario para el país, además de que observan sin observar porque lo que ven, lo callan.

Esos turistas electorales se gastan millones de pesos en alojamiento, comida, bebidas, agasajos y demás mierdas propia de gobiernos derrochadores, con el sólo fin de hacerse los graciosos con esos "buenos para nada".

Esos marchantes tienen un SAN jugado con nosotros, y lo vienen a cobrar cada cuatro años cuando llegan los tiempos de la zafra electoral; vienen preparados para darse la buena vida a costa de nuestros bolsillos y cuyo único papel es "dar como bueno y valido lo que ocurra no importa lo que sea.
El Club de los Pendejos como se le llama  al pueblo, al cual me honro en pertenecer, todavía cree en que esos turistas electorales pueden hacer y decir algo de las maldades que vean antes, durante y durante el proceso de las votaciones.


Ésto es lo primero que dicen estos parásitos :
"Nosotros sólo somos observadores, no somos jueces así es que lo que ocurra antes y después de las votaciones, es deber única y exclusivamente del organismo electoral dominicano. Nuestro deber es, hacer un informe de lo que podamos ver".

¿Un informe para qué? ¿Para qué coño necesita un pueblo vapuleado un informe, si las cosas no van a pasar de ahí?
Adivinan lo que el pueblo está pensando; que ellos pueden hacer algo en caso de marrullas electorales, por eso se ponen alante y antes de las votaciones, tu los ves en la televisión muy pepillitos, mascando chicles, sentados como si fueran artistas, con las patas estericadas (alguno hasta sin medias) y con todo el desparpajo del mundo mientras son entrevistados por un iluso entrevistador que cree estar "acabando", al llevar a esos "buenos para nada" a su programa.

La misión de estos insevibles personajes en este país, es estrictamente turística. Ellos mismos lo dicen, que no están aquí para meterse en las marrullas electorales.
Entonces ¿porqué no nos evitamos esos gastos, y dejamos que las vainas corran por si solas en cada elección?

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