jueves, 28 de junio de 2012

CHÁCHARAS: UN EXCITANTE JUEGO DE PELOTA EN SAN CRISTOBAL

Por Henry Osvaldo Tejeda Báez

Un partido de béisbol en un play de San Cristóbal, República Dominicana.

Lanza el pitcher, "Estrai" (léase, strike) cantado. ¡Va uno! 
Se prepara de nuevo el lanzador, "Estrai" tirándole al segundo!

Luego de los dos lanzamientos efectivos, el lanzador tira tres bolas malas corridas; ahora el conteo está al límite de 3 bolas y 2 "estrai".

Viene de nuevo el lanzamiento del pitcher...¡"estrai" tirándole al tercero y se ponchó!
El narrador notablemente nervioso dice:
"El hombre es ponchado, pero la bola se ido hacia atrás, el "quecher" (catcher) no la pudo retener y aunque el bateador es ponchado, corre hacia la primera base mientras el "quecher" corre como un loco hacia atrás en busca de la bola para hacerle "ao" (out) en primera.

Los esfuerzos del receptor fueron en vano, porque la bola se ha ido hacia un potrero vecino con la mirada atónita del mismo, quien pensó que la bola se atajaría en el back stop. En lugar del "atajabolas" lo que había era una zanja.

Retrocedo en el juego, para que los lectores puedan sentir la emoción de este importante juego de pelota.
El partido está empatado a cero en el noveno inning. Los Amarillos, están agotando su última oportunidad al bate, si hacen una carrera, dejan a los Azules en el terreno.

Es un juego de suma importancia; es el último de la serie final pactado a siete, y ambos equipos han ganado tres. El equipo Azul, está tratando por todos los medios de ir a extra inning; existe un gran nerviosismo en los jugadores y en la fanaticada de ambos equipos.

Han bateado tres jugadores de los Amarillos, dos fueron hecho "ao" (out), el tercero dio un doblete llegando a tercera por un error en tiro del "Raifil" (Right field) y ahora espera ser remolcado con la carrera del gane.
Ahora el turno le corresponde al segundo bate del equipo Amarillo. 

El lanzador, está que se mea del nerviosismo, la presión del manager y del público, lo tienen casi "haciéndose pupú" en los pantalones. Hasta yo que estoy contando el juego, tengo ganas de beberme un trago.
Bueno, para no cansarles con el cuento, el lanzador se descontroló tanto, que les dio bases por bolas a los dos bateadores siguientes, llenando las bases.

Ahora si que la vaina se puse seria, un grano de millo no le cabe en la "puerta de campo" del pitcher, se les han sudado las verijas, se saca mocos constantemente, se retuerce las orejas y constantemente "relojea"(mira de reojo) hacia el "dogao" (dogout) a ver la cara que está poniendo el dirigente de su equipo; la cara del dirigente le parece la de un perro Buldog, pero es sólo su imaginación porque el manager, lo que hace es animarlo. Es el mejor pitcher del equipo y decidió dejarlo hasta el final.

Viene al "jon" (home), el cuarto bate de Los Amarillos y cuando el picher vio al poderoso bateador contrario, no se le salio la sica porque desde muy pequeño sufre de estreñimiento; al pobre hombre le dio hasta ganas de llorar, pero la vergüenza era mas poderoza que su flojera.

Los dos primeros lanzamientos del picher, el bateador le mandó la bola por encima de la cerca, pero de "Fao". El picher, lejos de envalentonarse al  tenerlo ya en dos "estrai", le atacaron unos temblores en las rodillas que apenas podía mantenerse en el "Bo" (Box, caja de picheo) ya que los tres últimos lanzamientos, todos fueron malos.

Ahora si la vaina está al borde del delirio: las bases están llenas, hay dos "ao", la cuenta del bateador está en "tres y dos", el juego empatado a cero y bateando el cuarto bate de Los Amarillos y el ampalla loco por ir al sanitario desde hace horas.

De repente, se apagaron todas las luces del pley; se oye la gritería de la fanaticada Amarilla diciendo toda clase de improperios:
¡Coño, que prendan la luz! ¿Acaso quieren suspender el juego porque están perdidos?

Siguen las protestas:
Esos malditos azules se parecen a la Junta Central Electoral, se quieren  robar el juego. Malditos, que prendan la luz. ¡Llamen a Marrancini! ¡Apuñaleen al  electricista!  ¡Este pais es un pura mierda!

La bulla y la gritería eran insoportables. tiraban botellas hacia el "dogao" de los Azules, les mentaron las madres a todos los jugadores y hasta al recoge bates. A dos chicas que bailaban encima del dogout amarillo, les agarraron las nalgas; en fin, un maldito alboroto, que en cualquier momento podría degenerar en una "matación"

Como a los 15 minutos de apagón, de griterías e insultos, por fin llegó la luz y los gritos de protesta se volvieron aplausos. Se calmaron los ánimos pero, la tensión originada por el desenlace del juego, seguía igual; era un juego no apto para cardíacos.
El "ampaya" (Umpire) gritó: ¡A jugá pelota, coño, que ya tengo las tripas revoltiá"

Aquí tengo que volver donde quedé, donde luego de poncharse el ultimo bateador, la bola se fue para atrás y el receptor se quedó asombrado porque la bola se perdió en un potrero colindante con el pley.

Les explicaré lo que el pobre y asombrado receptor no comprendía, ya que la noche anterior él había jugado en ese mismo pley y las cosas estaban bien y en su lugar ahí atrás.

Lo que sucedió fue que, durante los 15 minutos que duró el apagón, entraron al terreno de juego unos ladrones de hierros viejos, y mediante un plan bien urdido, apagaron las luces para el resto de la banda arrancara de cuajo el back stop,  que no era más que una malla ciclónica de metal, con la cual cargaron dejando sólo la zanja que tanto extranó al receptor.

El corredor de tercera anotó con la carrera del gane, pero el juego fue puesto bajo protesta por parte de los Azules. Alegaron que si el back stop hubiera estado en su lugar, el bateador que se ponchó hubiera sido puesto "ao" en primera, teniendo que ir el juego a un extra inning.

El origen de mis historias es sacado siempre de la realidad. Fue cierto que en San Cristóbal, esta misma semana de Julio del 2012, se robaron el back stop de un play.
La composición de la "historia", son puros adornos del autor.

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