sábado, 30 de junio de 2012

VIVENCIAS EN SAN JOSE DE OCOA: JOSE PATA SUCIA Y SU CÁMARA


En San José de Ocoa había un hombre al que apodaban (no sé si aún está de este lado del mundo de los vivos) "José Pata Sucia". Un buen tiguerazo en el buen sentido de la palabra, se las sabía todas, fruto de sus andanzas por esas calles de Ocoa.

En una ocasión, a José "Pata sucia” quien vivía en el Pueblo Arriba no se sabe cómo, le cayó una cámara fotográfica en sus manos, era una de esas cámaras que usaban flash pero que también se podían usar a plena luz la luz del Sol.

José sabía que era una cámara pero, no tenia la más mínima idea de cómo funcionaba y para empezar a "jurungarla", un buen día se fue al río Ocoa y le tiró diez fotos a la corriente de agua, es decir, tiró agotó todas las tiradas del rollo Agfa, luego llevó el rollo al estudio fotográfico de José Lavigne para que lo revelara.
Cuando nuestro héroe fue al día siguiente a buscar sus fotos,  recibió un gran disgusto pues cuando vio las imágenes, se les "engrengreñaron" los pelos del encojonamiento.

José Lavigne, quien era un hombre muy serio y de poco hablar, no se explicaba el porqué "pata Sucia" se puso tan furioso, e incluso, no quería ni pagar la revelada de las fotos. Muy tranquilo pero extrañado, siguió observando y oyendo todo lo que el improvisado fotógrafo balbuceaba entre dientes.

_Eso no puede ser Lavigne  -Decía Pata Sucia- con mucho enojo en sus palabras- No puede ser posible, que yo me traslade a diez kilómeros desde el pueblo arriba hacia la Boca de Parra, a tirarle unas fotos al río Ocoa y ahora usted me salga con esta vaina, que en na se parece al río, y no me diga que la cámara ta rota ni na por el estilo, porque ta nuevecita.

_Pero señor -le decía Lavigne-, yo lo único que he hecho es revelar las fotos que habían en el rollo; están todas completas y no se dañó ninguna.

_ ¿Queeé? ¿Dice usted que no se dañó ninguna? ¿Y entonces, qué ese esto que estoy viendo aquí? -Ripostó Pata Sucia-

_Fíjese usted bien, las diez fotos tienen la misma  vaina, pero eso no es el río, ni siquiera es el arroyo de Parra. -Siguió diciendo Pata Sucia, ahora mas colorao que un tomate-

_Yo no voy a pagá esa vaina.


Don José Lavigne, con tantos años de trabajo en los asuntos fotográficos, ya sospechaba lo que había ocurrido, por tanto, para no perder su tiempo ni el trabajo invertido en la revelada del rollo, le dijo:


_Mire amigo, como usted tiene la cámara ahí yo quiero que ahora mismo usted me  muestre qué fue lo que usted hizo y yo le demostraré que usted no tiene razón para estar con esa actitud tan belicosa. Si yo me equivoco en lo que le diré después que usted me diga lo que hizo, se puede ir sin pagar no me importa, ya he perdido demasiado tiempo en este bla bla bla.

José Pata Sucia, viendo que las cosas se podían aclarar y salvarse de pagar el costo de la revelada del rollo, de una funda que llevaba en la mano sacó la cámara, José la tomó y la examinó y dijo: sí, esta cámara está nuevecita pero ahora quiero que usted me muestre cómo tiró las fotos.


José Pata Sucia, con un aire de triunfo se colocó la cámara frente a la cara, pulsó el botón y ....¡Click!..

_Ya sabía yo, porqué las diez fotos son la misma cosa. Páseme las fotos que yo revelé porque quiero verlas de nuebo, dijo Lavigne.

Pata Sucia se las pasó y Lavigne, no tuvo que ver más de dos fotos; luego alzó la cabeza y le dijo al disgustado fotógrafo"

Mire señor, usted me ha dicho que le dañé las diez fotos pero lo que usted hizo en el río fue, tirarle diez fotos a su ojo derecho, porque usó la cámara al revés, así es que págueme ahora mismo.
José  Pata Sucia, con una cara más de vergüenza que de tristeza, sacó 2 pesos y le pagó a Lavigne.


Se supo luego que Pata Sucia, encojonado por la vergüenza, empeñó la cámara y la dejó perder.

Créditos:
Quiero agradecer a José Antonio Pacheco (El trompetista ocoeño), la gentileza de envirme el material para esta historia, cuyos adornos, es el sello de El Chacharero.

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