lunes, 1 de diciembre de 2014

LA ROMANA: SU VISTOSIDAD NAVIDEÑA PASÓ A LA HISTORIA



Por Henry Osvaldo Tejeda

Para la época navideña, se comenzó a poner de moda en gran parte de los barrios de La Romana, la instalación de unos vistosos "arcos cruza calle". 

Los vecinos más cercanos, cooperaban entre sí para la colocación de estos arcos, que tanta vistosidad le daban a las calles de esos sectores.
Ejemplo de cómo lucían las calles de los barrios La Romana, en la administración del Dr José Reyes                                    




Esos arcos consistían, en alambres moldeados en forma de semi arco, forrados de papeles de colores a los que les agregaban varias ringleras de bombillitos de múltiples colores, que iban desde una casa, hasta la otra del frente. Era algo que le daba esplendor a la vecindad. 

En esos barrios, el espíritu de la navidad se hacía sentir con intensidad, y en cada hogar la gente se esmeraba en hacer de su arco el más hermoso del sector. Podía uno ver a los vecinos or las noches, extasiados, contemplando con orgullo su gran aporte a la belleza de su vecindad.

Hubo varios años en que, el ayuntamiento, promovía esa hermosa y linda actividad, ofreciéndoles premios a los sectores más limpios y que tuvieran los mas hermosos, llamativos y mejor estructurados arcos navideños.

Esa práctica, fue calando en el pueblo hasta arropar a todo el pueblo de La Romana, alcanzando su máximo esplendor en la administración del Doctor José Reyes (2004-2010).  

Todavía a finales del 2010, en La Romana se podía ver los barrios llenos de tanta belleza y colorido navideño, pero 
terminada la gestión del Dr. Reyes, ya para las navidades del 2011, al pueblo parece que le llegó un eclipse.

Era una tradición que, cada año, el ayuntamiento de La Romana colocara su árbolito de navidad frente al parque Duarte, pero, por el  fruto del derroche, de la zafra corrupta y desfalcadora administración reformista, no continuaron tan bella tradición de colocar ese emblemático arbolito, que tanto esplendor le daba a la ciudad.

En el resto del pueblo, los arbolitos empezaron a mermar, los arcos del que hablé dejaron de existir de la noche a la mañana, la gente se desencantó y hoy, ya a comienzos de diciembre, el pueblo parece morir desde que cae la noche; parece que a la gente, las navidades, ni les va ni les viene. 

Es como si hubieran fumigado, para que la gente no siguiera con esa hermosa actividad navideña, al parecer, por la falta de recursos, de oportunidades, de incentivo, y el desdén de la población hacia tan importantes festividades.

Los arbolitos navideños están como muela de garza. Anoche mismo eché una ojeada a las calles que rodean una gran parte de mi sector, y no vi ni cinco arbolitos en más de 50 casas.

Seguí mi recorrido, y todo lucía igual; definitivamente, la gente no está en navidad y no porque no quiera festejar, sino que, la miseria, no es incentivo para estar de fiesta.

Comentario al márgen:
Sin deseos de ofender a mis queridos romanenses, quiero aprovechar el espacio para decir que en San José de Ocoa, mi pueblo natal, se acaba de encender el árbol de navidad del ayuntamiento de la ciudad y según he podido ver, el entusiasmo en el pueblo es el mismo de hace toda la vida.
 
Parte frontal del ayuntamiento de San José de Ocoa, hoy

Hay luces por doquier. Solo hace falta el deseo de hacer las cosas, pero también, hay que no haber derrochado los recursos del ayuntamiento como se hizo aquí en La Romana, para poder hacer lo que se necesite cuando amerita. 

Por suerte, tenemos un alcalde que no le pone la mano a lo ajeno por tanto, vayan mis felicitaciones al buen amigo, Aneudy Ortíz Sajiún, alcalde de mi querido terruño.

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