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Niña corta yerba para los camellos |
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Jugando con una llanta de carro |
Por Henry Osvaldo Tejeda Báez
La alegría, y la tristeza de los niños para los días antes y después de Reyes, es la misma en todo el país. En San José de Ocoa no es distinto; yo, que nací y me crie en ese humilde pueblo, puedo decir mucho de eso.
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Gene Autry, por sus bellos vestuarios era uno de los vaqueros más imitados |
Yo viví esa realidad en toda su crudeza, en el mismo sector donde me crié, donde había niños hijos de vecinos que, no es que fueran ricos poderosos en realidad, pero sí, de vida acomodada.

A sólo dos casas de mi tipí (léase, vivienda; el que ha leído historietas de indios y vaqueros, sabrá de qué hablo), vivía Manengo, hijo de Eddy Peña el cabez mayor de una corta y acomodada familia de gente buena, decente, y buenos vecinos.
La segunda casa a la que tenía yo que pasarle por el frente al salir de mi casa, era a la de Eddy Peña (La primera era a la de mi vecino, Chito González).
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El Llanero Solitario, era el más imitado de los famosos vaqueros justicieros. Le seguía Roy Rogers y Gene Autry |
Desde que llegaba a la esquina (Altagracia con Las
Carreras), ahí mismo veía a Manengo vestido con su completo y lujoso traje de
vaquero, su estrella sheriff colgada del pecho, dos cananas de las que colgaban
dos lujosos revólveres plateados, un sombrero, unas botas de, y hasta un
antifaz negro al estilo Llanero Solitario. Aparecía uno que otro vaquero en el
sector, muy raras veces residente del mismo.
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Al amanecer de cada Día de Reyes, luego de
haber rebuscado debajo de mi almohada y de no haber encontrado nada -Como
era de esperarse-, me iba al vecindario a ver las novedades del día, es decir,
los juguetes que dejaron los reyes en el barrio. En la calle, veía por doquier
a chicas y chicos jugando con pelotita de ping pon, o "jondeándose
agua con revólveres de goma y hule.
A Cacao, no vi que le pusieran nunca nada (él era
dos o tres años más viejo que yo), a Nelson, su hermano, no recuerdo que le
dejaran nada, aunque siempre tenía algo con qué jugar, a Rojito Velázquez, los
reyes siempre le traían algo, esos reyes de Rojito, venían directamente de El
Naranjal en Jeep Land Rover.
Los hijos de Talí Castillo tenían unos reyes muy espléndidos. Al que
nada le ponían, se las arreglaba comprando un ping pon, un revolver de agua, u
otra baratija cualquiera.
Con una tristeza disimulada por tener un rey tan pobre, hacía mi recorrido por el barrio, cuando llegaba a la esquina del colmado de Calé González, me extasiaba viendo a Andresito, su hijo, quien no podía sostener él sólo la cantidad de juguetes que le había puesto su acomodado rey.
Con una tristeza disimulada por tener un rey tan pobre, hacía mi recorrido por el barrio, cuando llegaba a la esquina del colmado de Calé González, me extasiaba viendo a Andresito, su hijo, quien no podía sostener él sólo la cantidad de juguetes que le había puesto su acomodado rey.
Quiero aclarar que, la formación que venía recibiendo de mi madre, no daba paso a que yo
sintiera envidia por los juguetes de otros ni nada parecido, al contrario, yo sentía
transmitida en mí, la felicidad de Andresito y Manengo, quienes no eran niños que les gustara estrujále sus juguetes a los demás niños. No eran chicos como Quico el de la Vecindad del Chavo del 8.
Entre esos juguetes había
velocípedos, Revólveres de todos los calibres, escopetas, etc.
Debo
decir que, siendo ya un adolescente, hubo un gran cariño y una mutua admiración entre las hermanas de Andresito y yo. Fueron siempre unas chicas con muy buena
formación, simpáticas, y muy bien educadas.
Todavía el día 7 de enero, albergaba yo la
esperanza de conseguir algo con La Vieja Belén, pero que va, esa vieja azarosa
que nunca fue a mi casa, y si iba, pasaba volando con su escoba por encima del
techo.
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La Vieja Belén dominicana. Un invento de padres pobres, para posponer la compra de juguetes más allá del Día de Reyes. |
Y que conste que, el cigarrillo que le dejaba yo a
Baltasar, creo que era ella que se lo fumaba. ¡Qué Vieja más amena, carajo! Debió
comerse también la yerba que le dejaba yo a los camellos del molleto Rey.
Completado mi recorrido por el barrio, me reunía con los chicos a los que los Reyes habían olvidado dejándonos sin juguetes para ponernos a jugar al "Camán". Hacíamos revólveres y escopetas de madera.
Completado mi recorrido por el barrio, me reunía con los chicos a los que los Reyes habían olvidado dejándonos sin juguetes para ponernos a jugar al "Camán". Hacíamos revólveres y escopetas de madera.
Cacao, Nelson, Ñeñén, Chele (el de Yeya), Hertico
Casado, entre otros nos olvidamos de no haber sido afortunados de tener reyes
ricos, aunque a unos pocos lograban que la vieja Belén (en una casa que no
era donde ellos vivían), les dejara revolvitos y escopeticas baratas,
incluyendo revolvitos de agua y de mito.
Los niños que no contaban ni con la visita de la
Vieja Belén, tenía que ingeniárselas y conformarse con improvisados juguetes
como, pistolas de palo, reguiletes de tapas de refrescos, correr empujando una
llanta de bicicleta o, una goma de carro.
Si analizáramos lo que fue el famoso Día de Reyes de antes, con lo que se ha convertido al día de hoy, vemos que las cosas han cambiado para mal, pues la brecha entre ricos y pobres, es mucho más gande. Los juguetes de los niños ricos, solo son comparados con los juguetes de......los otros niños ricos.
El niño pobre, tiene que esperar a que un político corrupto y demagogo, reparta sus baratijas cada año, para sacarle provecho a los votos de los padres.
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