viernes, 21 de septiembre de 2012

LOS PENTECOSTALES Y MIS CHÁCHARAS FALLIDAS


 Henry Osvaldo Tejeda

Las sectas religiosas, específicamente los evangélicos pentecostales, tienen formas muy extrañas para manifestar la adoración a su "Dios" (Jehová). Se comportan de manera tan alocada que rayan con lo ridículo y lo risible por la agitación y la calentura que les entra en un momento dado, una locura colectiva. Ese es un momento especial, que les llega mientras están en están "en lo suyo", lo que ellos llaman, "el servicio".

No sé qué es lo que oyen o lo que sienten mientras el pastor les habla, porque se vuelven como locos. Esto no lo he visto en otras congregaciones evangélicas. Sólo hay que pararse al frente de una de esas iglesias cuando ellos están "en salsa", es decir, cuando están orando; si es que a lo que hacen se le puede llamar oración.

Por menos que se parezca a plegaria, es más auténtica que lo oración de los católicos; la de estos se llaman rezos y se diferencia de las oraciones de los evangélicos en que, son frases repetitivas que el "no creyente" que las oye, se ríe de ellas porque, pues parece que están narrando una lotería: "Dios te salve maría, llena de gracia, el señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres y bla bla bla"
Cuando termina ese grupo, empieza otro: "Santa María madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte"; todos dicen, Amén  (Que así sea).

Algo con lo que me identifico con los evangéliocos es que, no creen en feticherías, no adoran santos de yeso ni metal, eso es propio de los católicos que, para mi, no son nada religiosos, son creyentes pero no más de ahí. Comenzando por el propio cardenal, un tajalán con sotana blanca, que siempre se va del lado de los poderosos, contrario a todo lo que su religión que le manda.

Así se pasan horas muertas con esas mismas vainas, todo un fastidio. Me puse a escuchar por una emisora lo que ellos llaman: El santo Rosario", y cogí una cuerda del carajo, no soporté ni el primer round. Eso aburre. La oración de los pentecostales, aunque algo alocada  por lo menos entretiene por los movimientos y los gritos de que va acompañada.

"Ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora
de nuestra muerte".
¿Hay que ser muy devoto y estar muy ocioso para aguantar eso/

Una católica rezando
Sigo con los pentecostales: el gran reperpero que arman no tiene parangón; sólo he visto un jolgorio parecido las veces que vi a la famosa "Cruzada de Amor", mientras repartía "miseria e indignidad en funditas",  lo mismo que hicieron los otros presidentes para mantener a la gente contenta y distraída mientras se lo meten frío.

Lo peor de esta secta del cristianismo evangélico es, que son fanáticos; regularmente son gentes muy pobres y carente de educación, muchos son analfabetos. Con esto, no quiero decir que sean malas personas ni que le hagan daño a nadie, al contrario, son personas excelentes, serviciales, de buena educación hogareña y no lo piensan dos veces a la hora de hacerle un favor al que lo necesita, pero son también un buen caldo de cultivo para que les inculquen todo lo que un pastor quiera hacerles creer.

Esos infelices son bien receptivos a todo cuanto les predican los pastores que por cierto, viven de ellos.
No tienen la capacidad de analizar todo lo que les dicen, porque no piensan, sólo saben que les hablan de Dios y como desde pequeños les enseñaron que Dios es bueno,  entonces, ¿para qué dudar de lo que dice el pastor? Esas prédicas son buenas para ellos, porque son como paliativos que balancean sus miserias y desventuras.

Hasta agradecen que alguien les diga que serán "salvados", que irán para "el cielo" y que la única condición para ser salvados, es que se arrepientan de todo lo malo que han hecho en la vida. No importa que no hayan hecho nada malo, hay que arrepentirse. Desde que usted dice que se arrepiente y luego lleva el dinero de la ofrenda o el diezmo, ya compró usted su pasaje para "el cielo".
Desde el día que dieron el sí, sienten una paz espiritual; ese es el lado bueno de eso, lo malo viene cuando se vuelven fanáticos y sobreactúan...

La mayoría de los feligreses de la secta Pentecostal, viven en la miseria, por lo que albergan la esperanza de tener una mejor vida en otro lugar no importa donde sea, siempre que estén mejor que "aquí abajo", no les importa que alguien les diga que nadie que se haya muerto, ha regresado de "por allá" con la noticia de que eso "por allá es bueno, porque si la Biblia dice que hay un lugar mejor "allá arriba", ellos se irán; el pastor se lo dice todos los días y si es el pastor que lo dice, es porque lo lee en la Biblia y lo que la Biblia dice es la palabra de "Dios". Al fin y al cabo, el pastor para ellos es el intermediario entre Dios y ellos.

Mi madre murió pastoreando una iglesia pentecostal, por eso siento hasta admiración por esas gentes y hasta los comprendo (mi madre sí sabía lo que decía y no se beneficiaba de los feligreses, al contrario, ella les daba de lo poco que tenía, es decir, muy poco porque en mi casa no había nada que dar.

Para un Pentecostal, ir a la iglesia es su única diversión, no tienen la facilidad ni los recursos para  otra clase de "chercha sana". En La Romana, a lo más que llegan es a reunirse a comer bollos con bacalao y/o Pica Pica.
Muchas veces me siento identificado con esas personas (no así con los pastores, esos son en su mayoría unos buitres), y hasta siento pena por ellas, me pongo en su lugar y veo que no es tanta la diferencia entre nosotros como personas  por lo menos en lo humano.

Una de mis diferencias con ellos está en que, yo estoy seguro de que cuando me llegue el momento de "estericar" las patas, no será para otro planeta ni una galaxia rara, donde todo sea blanco y bueno que voy;  ni lo que ellos llaman el alma (yo digo, el aliento de vida) irá para donde dice el pastor, no, yo sé que voy para un hoyo frío donde unos gusanos blancos que yo mismo voy a parir, se van a dar un tremendo banquete con mi carne.

Para los que son racistas, que se fijen que los negros también son comidos por gusanos blancos como los que los comerán a ellos. Lo malo de los negros es que, en vida, se los comen los gusanos blancos ricos, y cuando mueren, se los comen sus propios gusanos, tambien blancos. ¡Que ironía! 
Si las gentes entendieran esta última parte, no fueran tan vanas, ostentosas, "angurriosas", egoístas; fueran más generosas, más amables y no le tuvieran tanto amor a las cosas materiales; en fin, fueran mejores personas.

Comentario al margen:
Créanme cuando le digo que los párrafos de este trabajo, los comencé con la idea de hacer unas chácharas bien jocosas y que la idea primaria era ridiculizar a esa secta religiosa, pero no sé qué pasó porque a medida que iba escribiendo, tuve que ir borrando los relajos y cambiándolos por palabras más armónicas y hasta de complicidad con la secta.

Ya llevaba escritos diez párrafos tratando de hacer las chácharas, pero no me salían, Decidí empezar mi burla en el párrafo número once, craso error, ahí fue cuando de verdad se me trancó el juego porque lo inicié hablando de mi difunta madre y ahí mismo pasó el evento. ¡Cero chácharas!
Fue mejor así.

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