Por Henry Osvaldo Tejeda Báez
En estos días, la gente está que se incomoda por cualquier "vaina". Una mujer le pidió el divorcio a su esposo, porque a éste se le salió (según explicaba él) un miserable "gasesito" durante una misa en una iglesia evangélica.
Contaba el tipo:
_Mira muchacho, fue solo un "vientecito" suavecito y sin ruido, dijo el angustiado hombre tratando de minimizar el hecho pero la mujer dice que no da marcha atrás, el divorcio va y dijo que tomó tal determinación porque tenía como una semana que no dormía, ya que su esposo, se pasa toda la noche tirándose "esos gases de "metanoides" y por mas que ella ha querido, él no acepta la idea de purgarse ni de ponerse una enema para higienizarle ese retrete que tiene en el estómago.
_Cada vez que le hablo de la enema -dice la esposa - su respuesta es la misma:
_¡Ay, no, no y no! ¿y si por mano'al Diablo luego me gusta ese "pichuete"? -Es siempre lo que me dice. (*)
_¿Meterme esa puya por ahí atrás? ¡Tu ta loca! - El hombre está "cerrao a banda".
"
_La situación de él -dice su esposa- es para que la vea, no un doctor, sino, un meteorólogo, porque lo que ocurre en la barriga de mi esposo es idéntico a un fenómeno admosférico; es como una depresion tropical que viene acompañada de "tronadas", regularmente con vientos hediondos, producto de los desarreglos alimenticios que dan origen a esos ventarrones acompañando a las tronadas. A veces hasta calambres le dan y como es una tormenta, digo yo que esos serán los relámpagos. ---
Es una cosa tan tremenda -dice la esposa- que si alguien me lo cambia por excremento, el que da el excremento sale perdiendo, ya pueden imaginarse.
¡NO se rían, que ese es el calvario que estoy pasando. - dijo la doñita y se marchó-
(*) Pichuete: En este caso, es un fino tubo que esté al extremo de la manguerita por donde penetra el agua tibia para hacer el lavado de estómago.
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