domingo, 4 de diciembre de 2011

EL OTRO LADO DE LA MONEDA: EL LADO HONESTO

A la izquierda dos grandes mansiones y a la derecha la casa de José Reyes
Por Henry Osvaldo Tejeda


La primera casa de arriba a la izquierda, pertenece al señorón Euclides Gutiérrez Feliz que, al igual a la de abajo (también a la izquierda), cuya dueña lo es Alejandrina Germán, está ubicada en Los Mogotes, en la Cordillera Central. 

Estas son, las suntuosidades que se gastan esos grandes “servidores a la patria”. Ninguna de esas mansiones soporta una investigación fiscal; fueron hechas con los dineros del pueblo, de la manera como lo saben hacer todos los miembros del Comité Político del PLD, donde no queda un boschista y no creo que queden muchos en el país, y si los hay, ninguno es millonario.

Como se puede ver en la foto de la casa de Euclides, la extensión de la propiedad es de casi 282 mil metros cuadrados. Si esa mansión, que es una chancleta comparada con la de Alejandrina (ver vista aérea) tiene esa cantidad de metros, es de suponer que la casa de “la doña de los desayunos envenenados”  tenga más de un millón de metros cuadrados.

En las imágenes del lado derecho (arriba y abajo), tenemos la otra parte del panorama, la otra parte de la moneda. 

Esa es “la mansión” del Doctor José Reyes, uno de los poquísimos boschistas que quedan en el  país. Esa casa no tien mas de 125 metros cuadrados y fue construida por el Central Romana para empleados de la empresa. Está ubicada en el barrio obrero llamado Chicago.

En esta casa vive el Doctor Reyes y cuando uno le pregunta que cómo es posible que él,  un miembro del Comité Central del PLD y habiendo sido: senador de la república, Director del Hospital de Salud Pública de La Romana; síndico en dos periodos durante ocho años; un médico de su talla
(muy buen neurólogo), que tiene un consultorio médico  en una de las mejores clínicas de la ciudad, que trabaja en el hospital del Central Romana, en fin, que ha ganado tanto dinero como para tener una mansión como cualquier millonario, viva en una humilde casita.

La respuesta no se hizo esperar: _Pero mi’jo, creés tu que yo podría estar “encampanao” tan alto como una chichigua, mientras hay tantos infelices que necesitan una mano amiga aquí abajo”. Yo tengo la debida educación y todas las condiciones, para convivir en cualquier estrato social de este país, asi es que si yo vivo aquí, es porque quiero vivir así; me gusta mi casita y estoy en un barrio que aunque muy pobre, es muy tranquilo y todos me quieren.

“Mira como yo vivo, mira mi casita, en ella soy tan feliz, como lo puedes ser  otros en sus grandes mansiones. Mira, tu no te imaginas, el placer que se siente cuando un vecino por la mañana, te desea que tengas un buen día . 


Yo estoy conforme con lo que tengo, estoy tranquilo porque ya tengo mi montecito verde donde me llevarán cuando me muera y no dejaré un centavo porque todo lo he gastado en lo que yo quise gastarlo, es decir, en los que necesitaron en su momento que yo lo gastara en ellos”, pero claro, no todo fue en otras personas pues yo  tengo mis gastos como cualquier gente humilde.

"Convivo con los de abajo y me junto y comparto con los de arriba  pero no me "reburujo" con ellos. Mira ahora ¿Oíste lo que dijo ese hombre que pasó por ahí?
Le dije que si,  y luego me preguntó:
_Pero dime lo que me voceó ese hombre, Henry Tejeda.
_Bueno, yo escuché cuando dijo que en la tarde le iba a traer a usted unos ajíes Morrones -le contesté-
¿Lo ves, lo ves? A mí también me dan  -Nos echamos a reír y luego dijo:
_Eso es para que veas porqué es que soy feliz en mi casuchita y en este barrio obrero.

Le dije: _Si usted sigue como va, pronto lo veré por las calles con una virgen pidiendo pa'la comida.

_Ajá, y tu crees que no lo hago? Lo único que yo no haría es robar.

¡Diablos! Ese es el Doctor José Reyes. No les cuento más porque talvez en otra ocasión tenga que volver a decir tantas cosas más que sé de él más las que se irán generando, porque un personaje del pueblo como el Dr Reyes, vive constantemente en acción.


Cuando me iba, me vio tomar un par de fotos de su casa, se echo a reír y me dijo: ¡¡Ji ji ji!!!  ¿Y para qué le tiras fotos a ese rancho?  ¿A quién vas a impresionar con eso?  Sólo fíjate que es una vista casi aérea, porque la calle está más arria del techo. _No fuñas tu Henry, vete a buscar oficio je je je"

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