sábado, 18 de agosto de 2012

ESTA ADMINISTRACIÓN MUNICIPAL: ¡Y BIEN QUE RINDE, AY, OMBE!


Por Henry Osvaldo Tejeda

No estaba en ánimos de escribir nada, sobre el ayuntamiento de La Romana pues dije que dejaría pasar un tiempo para hacer algo bien hecho, pero me he sentido tentado, mejor dicho, "juchado" por el realcionista público de esa ya desacreditada institución. ¡La Pobrecita, fue llevada a la quiebra!

El día que yo vea que el ayuntamiento esté haciendo lo que verdaderamente debe hacer en esta ciudad, dejaré de "joder la paciencia", como dijo Miguel Cotes hacia mí.

¿QUÉ NECESITA EL PUEBLO?

Canchas y otros centros de actividades sanas en los barrios;
Escuelas de música  y demás ramas del arte en barrios populosos;
Comprar una guagua para los estudiantes y para otros fines educativos;
Una o dos ambulancias que realmente funcionen, para uso del pueblo pobre y no para promocionar una cara.
Solucionar el gran  embudo de La  Puerta 8, donde se hace el más raro de los tapones que he visto en mi vida.
Ponerle fin a la mugre del mercado municipal.
Seguro médico garantizado para los empleados del cabildo. (Cuando digo garantizado quiero decir, que no sea tan mala paga como lo es a la fecha);
Mejoría del salario de los infelices que barren las calles;
Habilitar de una vez y por todas, la oficina de libre acceso a la información porque el pueblo debe saber en qué se gasta su dinero. ¿Cuál es el miedo de poner a  funcionar esa fuckin' oficina?

El pueblo quiere saber, qué se ha hecho con más de 500 millones de pesos que ese ayuntamiento ha recibido en dos años, mientras por el otro lado se le debe a todo el que tiene el ombligo pa'lante.

Para realizar las grandes obras que necesita el pueblo, se necesita tener honestidad en el manejo de los fondos públicos; de ahí depende el poder hacer o no las verdaderas obras, y no ponerse a cacarear como gallinas el haber puesto un pendejo huevo, como eso de mencionar recontrucciones de  badenes, lobismos, es decir, gestiones personales ante autoridades del gobierno en pos de una que otra solicitud de ayuda, además, las ridiculeces de mencionar las pinturas de calles, arreglitos a los jardines de un parque, reparación de una que otra acera y contén. Esas son nimiedades de orden administrativo que, si se hacen de cara al sol y sin marrullerías, costarían centavos.

Como las que he mencionado, hay decenas de cosas que necesita el pueblo, no es saliéndole al frente a las críticas justificadas de los munícipes que se hacen obras, pero la humildad no es santo de la devoción del alcalde.
Me quiso dar un yeyo, cuando leí lo que dijo el alcalde en su rendición de ¿cuentos? Ese hombre ha tenido el tupé de decirle a este pueblo y al mundo, (si el dato que publica Franklin Cordero es cierto) que se gastó 16 millones de pesos en becas, raciones alimenticias y medicamentos. ¡Increíble!

Ni que hubiera enviado a decenas de estudiantes a Harvard University, University of Cambridge y a Stanford University, tres de las mejores universidades del mundo, se hubieran gastado 16 millones de pesos en becas y otras tonterías enumeradas como obras.
Al final de su gestión de 6 años (¿....?), deberá tener acumulada una buena cantidad de facturas creíbles, para que soporte esos tan raros y millonarios gastos.

PREGUNTA:

¿Acaso no hay un programa al mediodía, cuyo dueño y actual alcalde de esta ciudad se pasó años criticando a la administración pasada porque según él, en esa gestión no había una buena administración de los dineros del pueblo?
Se pasó años diciendo que en el cabildo "lo que  hace falta es un gerente y yo soy un gerente". Así se jactaba el programero?

El pueblo le compró la idea, le dio la oportunidad y resulta que ese administradorazo ha llevado al ayuntamiento de La Romana a ser, una vergüenza nacional e internacional.

¿Por qué dije vergüenza internacional? ¡Ah!, por la vergüenza que ha pasado La Romana ante el gobierno de Marruecos, quien entregó al alcalde de este pueblo, unos 18 millones de pesos para la construcción de un parque infantil, y no hay manera de poderlo terminar porque hay 7 de esos millones a los que les han salido alas y emigraron con rumbo desconocido.

No soy quién para fiscalizar a ninguna institución descentralizada o no del estado, pero me duele abultar cuentas bancarias ajenas con el sudor de mi frente.
Pero nada, ya nuestro héroe reconoció públicamente en un programa de televisión, que él no llego al ayuntamiento "a vivir como antes" (de llegar al mismo). A confesión de parte, relevo de pruebas"
Palabras esas, que odiará el haberlas pronunciado. ¡Anótenlo!

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