viernes, 24 de julio de 2015

CHÁCHARAS: LOS PROBLEMAS DE LAS ÁGUILAS, ENTRE OTRAS JODIENDAS

Por Henry Osvaldo Tejeda

Siguiendo con las publicaciones viejas, hoy les traigo unas chácharas muy interesantes. Esta fue publicada en el 2009, y como fueron escritas en un momento distinto al actual, siempre tengo algo que habría que variar para ponerlo a tono con el presente. 

En mis chácharas, siempre se habla de políticos ladrones, por tanto, el trabajo de variar cosas no es muy grande, porque los ladrones son los mismos; los perversos se reciclan.

Leí un artículo que me resultó muy interesante sobre el águila, la cual puede vivir hasta los 70 años pero que, cuando llega a los 40, sus plumas se contraen y ablandan haciéndole difícil alzar vuelo y por tanto, cazar.

El pico se le curva y debe esperar que le salga un nuevo, y como si esto fuera poco, tiene que ayudar para que el pico nuevo le salga, rompiendo el viejo martilleándolo contra las rocas, y cuando le salen nuevas uñas, y solo entonces cuando se saca las plumas viejas es cuando emprende de nuevo el vuelo por 30 años más, eso le toma 150 días de miseria.  

Yo, con tal de durar otros 30 añitos, con tal de ver lo que sucederá algún día con los truhanes de cuello blanco de este paisaje, con tal de no perderme el momento de ver este país libre de bandas de asaltantes incrustadas en el palacio, con tal de comerme todo el arroz con habichuelas que pueda antes de morirme. 

Con tal de oír música de la buena hasta el hartazgo (De eso no me "jarto"), con tal de saber lo que dice la página en blanco de Balaguer, con tal de asistir a los linchamientos de los primeros 600 corruptos de este país (Ese será el inicio de la desparasitación de esta sociedad).

Con tal de ver que un día, no se lo lleven preso a uno  por romperle el “jocico” a alguien que nos haya infligido un daño, ya sea en el trabajo u otra parte; con tal de ver qué se siente cuando tus "materiales colgantes" ya se te mojan con el agua que acumula el sanitario (Dicho en buen dominicano, cuando "La Cosa" no te sirve ni pa´echársela a los puercos. ¡No se rían, eso es serio!

Con tal de no perderme el día en que, en El Metro de la capital, comiencen a transportar gallinas en racimos, guindando amarradas por las patas en las ventanas, y con el cocote pa’bajo, al estilo guagua sureña, y con tal de ver preso a un senador "diento-jocicú",  a su pai postizo, y a otros miembros de la gavilla peledeista que se ha robado más medio país (y se lo siguen robando) yo me atrevería, no a martillar el pico como hace el águila contra una roca, yo me comería una roca caliza sanchochada.

Tengo un amigo, que no volaría hacia una montaña como el águila, él iría más lejos, volaría como  un cundango. ¡Un momento, no se rían!; porque él no sería el primero ni el último en el mundo, además, puede que le guste y como después de metido a eso ya no podría salirse (Nunca se ha visto un ex-cundango, por lo que tendría que seguir ejerciendo” para siempre.

Y sigo: Yo estaría dispuesto a que mi esposa hiciera como Lorena Bobbit, o, sea, rebananarme “Mi Cosa” de  una sola “tajá” con tal de que me salga un “Ripio” nuevo, no, no , perdón, quise decir un pico nuevo.

Una de los beneficios de tantos sacrificios de las águilas, es que le salen uñas nuevas, esto no me valdría de nada a mí, porque no he sido nunca ladrón, pero los políticos estarían dispuestos a dar hasta lo que no tienen con tal de que les salgan uñas nuevas.

 Cuando al águila le sale el nuevo pico, entonces comienza a sacarse las plumas viejas, el amigo del que les hablé más arriba no tendría que hacer eso porque, al ser un pájaro nuevo con tan poco tiempo de ejercicio en la materia, sus plumas aún estarían nuevecitas "De cajeta".

Con tal de conseguir una prórroga de 30 años sin estericar las patas, es decir, decirle “babai” a tantas cosas del globo terráqueo, estoy dispuesto a tanto, que hasta la presidencia del país (quién carajo inventó decirle país, a este batatal con luz) aceptaría, aunque sea solo para instaurar un gran paredón en el parque Independencia, con una sucursal en cada pueblo del país.

Pero eso sí, no me subiría en un avión para estar de cumbre en cumbre jartándome de vino y buenas comidas,  como hacía el "agentao culoncito" aquel que, luego de jartarse de pollos durante años en Villa Juana, se destapa diciendo dizque que no conocía el pichirrí del ave. 

Pues bien, no me montaría en avión, hasta que este batatal con luz anduviera sobre ruedas; lo haría, cuando ya no tenga que ir una comisión al palacio nacional a decirle al presidente, que a una vieja se le rompió la caja de dientes y que él es el único que puede dar la orden de comprarle una nueva.

Solo iría a esos tours presidenciales, cuando  el campesino tenga tierra para sembrarla, y que cuando tenga su cosecha lista no venga ningún funcionario hijo de la gran puta en combinación con otros corruptos, a conseguir en el Palacio un permiso para importar miles de quintales del mismo producto que ese pobre campesino sembró.

El concepto de país de estos malos gobiernos al parecer es otro, o sea, el de los sueldos millonarios de  los funcionarios, comprar  lo que sea grado a grado; no  importa si hace falta o no el nombramiento de subdirectores parásitos, de vicecónsules "ganando" en dólares, sin hacer nada.

Pago de cientos de millones de pesos, a periodistas que han llenado los medios radiales y televisivos de programas político-chatarras, pagados con los cuartos del pueblo; en fin, todo lo que he dicho y todo lo que me faltó decir.

Carajo, ya estoy en problemas otra vez, me salí del tema central, pero no me importa al fin y al cabo, lo que aquí escribo le llamo chácharas y puedo brincar cuantas veces me dé mi maldita gana de un tema a otro, pero si se fijan bien, todo está relacionado. 


Pero, son chácharas, no me hagan caso, lo que digo no es lo ideal, no es vinculante, estoy fuera de contexto, yo no conceptualizo, soy completamente anacrónico, no le crean a un desfasado  como yo, soy un Trucutú que aún vive en el reino de Guzilandia, allá en las cavernas.

Todo cuanto dije más arriba, debí escribirlo en una página en blanco, como un merengue sin letras, entregársela a un niño de 5 años para que cuando él cumpla los 80 años, la haga pública. Mientras tanto, me conformo con haber chachareado un poco, aunque sin beneficios, con riesgos y sobretodo "arrancao".  

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