martes, 25 de octubre de 2016

CHÁCHARAS DE UNA PALABROTA NECESARIA

Por Henry Osvaldo Tejeda

".....no me vengan con sus reproches sobre una falsa decencia, porque de cada cien dominicanos, ciento quince  echan su coñito de vez en cuando......"

A propósito de su cumpleaños en el día 26 de Octubre, voy a hablar de una palabra que, aunque es de uso común en el país, es también considerada como una mala palabra; me refiero a la que los santurrones y los personajes de doble moral que desde el closet la llaman  San Antonio. No veo sentido en asociar el nombre de un santo con esa "palabrota", no sé qué piensan ellos cuando la sustituyen por  "San Antonio", para mí, eso degrada al pobre santo. 

La palabrota, a la que ya se imaginan que el famoso coño, tiene también otro significado del que no voy a  hablar porque no quiero que luego me tildan de plebe, ya que el dominicano es muy ligero de boca. 

Sigan leyendo, pero reitero, no me vengan con sus reproches sobre una falsa decencia porque de cada cien dominicanos, ciento quince  echan su coñito de vez en cuando. Yo soy de San José de Ocoa, un pueblo del sur, donde decimos las cosas sin ambages (léase, rodeos). Allí somos otra cosa, comparados con el resto de esta "estampida de lo moral" llamada dizque país. Me refiero a la parte realmente inmoral de este conuco con luz.

Cuando de repente, alguien nos asusta, se nos sale de manera automática un gritico como,  ¡¡Heyyy!! o un ¡¡Guayyy!

Si nos dicen una noticia que con la que nos asombramos, se nos sale un ¡Waooooo! Y así, en distintas situaciones, las palabras monosílabas de asombro nos salen sin ser pensadas; solo salen de manera espontanea, y ya.

Cuando de repente nos damos un fuerte golpe, digamos que en una canilla, o cuando damos un tropezón que nos pone una uña negra el dolor es insoportable, entonces, se nos sale una palabra que, aunque no queramos, siempre la tenemos a flor de labios  y lista para ser usada en casos como esos; se nos sale un ¡¡Coñooooo!! (El famoso San Antonio de los santurrones).

Pero, ¡chequeen ahora! cuando el dolor es demasiado fuerte, esa simple  palabra no es suficiente para desahogarnos,  es entonces cuando le ponemos un anexo para gritar a todo pulmón ¡¡Coñazooooo!!!

Un amigo ocoeño, no se conformaba con solo decir coñazo, y alargaba la palabra para darle todavía más valor, él decía ¡¡Coñazazazooo!! Sentía que así mitigaba más el dolor, al menos, eso pensaba él. 

Como dije, nadie piensa nada al momento para decir o no esa palabra y sus anexos, eso es espontaneo.

Muchos la consideran una "mala palabra", yo no la veo así, porque depende en el momento en que la digas; para mí la palabra coño y sus anexos, las veo como paramédicos que nos dan los primeros auxilios en el momento del coñazo, perdón, quise decir, al momento del golpe.  

Señores, por qué no decir las cosas que uno ve y oye día a día, en este patio del mundo? ¡Dejen su doble moral! 

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