Por Henry Osvaldo Tejeda
En esta historia, tomada de la realidad, hay más adornos del autor que verdades. Ya está avisado, si no la lee, no me importa, usted se la pierde.
Las personas serias y que se respetan, llevarán sobre su
cabeza toda la vida, una aureola de dignidad. Si nacieron y se criaron dentro
de los más sanos valores morales, no vale dinero ni situación mala que lo haga
renegar de esos valores.
Pero así como esas
personas, también las hay que son la antítesis de ellas, es decir, todo lo
contrario a la moral y a las buenas costumbres, y en este país, lo inmoral es
lo que está hoy en boga es, la rapiña, el robo a los bienes públicos, la compra
y venta de sesos, el “dame lo mío”, el “toma lo que te ganaste en campaña”…
Un profesional de
la comunicación (amigo mío), fue llamado por la gerencia de una planta
televisora con el fin de tratar sobre un programa de panel que él debería
conducir, no sé si como arrendatario, o como empleado del mismo.
Como se sabe, la
mayoría de los medios de comunicación de este país están comprados por el gobierno.
Mi amigo es abogado, periodista, médico, profesor universitario, charlista, y un
libre pensador, entre decenas de lauros
más.
En buen dominicano, es un "sabelo
tó", un "todologo",
pero tiene algo que es lo que más me gusta de él; una mentalidad de "caco
caliente", y no le come vainas a nadie, y al que tiene que decirle “dos
vainas” se las dice, y punto.
Pues bien, la
entrevista ya estaba a punto de terminar, porque al parecer, pues ya todas las
condiciones expuestas por ambas partes, ya estaba cuadradas y consensuadas. Mi
amigo pensó que ya el espacio estaba en sus manos, por tanto, se paró de la
mesa dispuesto a marcharse.
Pero, ¡oh,
sorpresa!, el empresario le dijo que aún faltaba unas cositas, según él,
irrelevantes. Mi amigo se extrañó, pues pensó que ya todo era un “clavo pasao”; se quedó de pie viendo
como el ameno personaje sacaba un papel larguísimo de una gaveta. Era un papel
listado, larguísimo.
_ El hombre sacó el papel de la gaveta y
lo puso encima de la mesa, entonces dije para mis adentros, "Bueno, esta vaina va
pa'largo".
_ ¡Échate para
acá, para que veas esto!, le dijo "su contrario".
Mi amigo se puso a
su lado del tipo quien, señalando en el papel empezó así:
_ Mira, tu puedes
mencionar a todo el que tú quieras en tu programa, menos a este, a este, a este
otro, y mucho menos a esto. A medida que iba señalando, tenían ambos que irse
moviendo a todo lo largo del papel, y ya estaban en borde de la mesa, y al
papel no se le veía la otra punta.
El tipo siguió:
_ Que ni te pase
por la mente mencionar en el programa a este, a este otro, y a ese otro, otro,
el otro, más otro, el otro, y cuidado con este, porque ese es un turpén que no
podemos tocar, ni a este........
"¡Pero
coño!, ¿y a quién carajo es que voy a mencionar en el jodío programa, si en
ese papel están todos los ladrones de los que precisamente tengo que
hablar; todos son funcionarios del gobierno? -Pensó mi amigo-
Tomó un respiro y
ya iba contestarle al tipo, cuando este le dijo:
_ ¡Espera!, aun no
he terminado, tengo aquí me falta decirte los temas que no debes tocar.
Cuando dijo eso,
ya el papel estaba "enredao" entra las patas de una silla, por lo que
tuvieron que arrodillarse y meter la cabeza debajo del inmueble, para que
el tipo siguiera leyendo y mi amigo escuchando. A medida que iban leyendo,
ambos se iban "raneando" por el piso. (Léase, arrastrándose,
como soldado en guerra)
_ ¡Oye ahora! -Le
dijo el tipo-
_ El tema de los
generadores de electricidad, ni lo mires, y mucho menos la deuda de más de doce
mil millones de pesos con el gobierno. No hables de las plantas de Punta
Catalina, no digas nada de los subsidios a los grandes empresarios; no te
atrevas a decir que en el gobierno hay corrupción, y ni por asomo, digas de las
botellas que hay en el gobierno.
Aquí, hizo una
pausa, para enderezar el papel, luego siguieron rodando por el
piso, y ya estaban casi en la puerta de la cocinita de la oficina, cuando el
tipo volvió a hablar.
_ En cuanto a OISOE,
INAPA, y el palacio nacional, que ni por la mente te pase hablar de eso. Y
recuerda, el jefe no tiene segunda base, para que no se te ocurra invitar al Querido.
Y de Educación.....aquí, hasta se le salió un gallo cuando dijo, ¡Ay, mi'jo!,
ponte mudo con ese tema y hazte de cuenta de que no sabes nada.
Ya estaba llegando
a la neverita de la cocina, y seguía leyendo temas prohibidos para el
programa.
_ En cuanto a los
invitados, aquí tienes una lista de los que debes traer y los que no.
_ Entre los que NO
debes invitar, están: Juan Hubieres, el padre Rogelio, Narciso Isa Conde, a la
ex regidora Guadalupe, y si no quieres caer en desgracia, olvídate de que
Percival Peña existe.
Hay otros, pero ya
conoces el perfil de lo que queremos aquí.
_ Sobre los que
debes invitar, no creo que tenga que decirte los nombres, pero te diré solo
tres por si acaso: Ramón Fadul, Lidio Cadet y el jefe de la policía, y el único
tema a tratar es, la percepción. Al jefe policial y a Fadul, porque aquí no hay
delincuencia, y a Lidio Cadet, porque aquí no se roba.
_ ¡Uf, por fin
estoy terminando! Mira, si no quieres que te cierren el programa, no hables de
.....cuando dijo esto, volteó para mirar hacia donde él pensaba que estaba, el posible dueño del programa, pero este se había ido.

Cuando se levantó
del piso, el gerente de la planta televisora vio un papel que decía: ¡Métase su canal
por el fullín"
Bueno, dejemos
esta vaina aquí.......
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