viernes, 14 de octubre de 2016

Chácharas: un programa de televisión que no cuajó

Por Henry Osvaldo Tejeda

En esta historia, tomada de la realidad, hay más adornos del autor que verdades. Ya está avisado, si no la lee, no me importa, usted se la pierde. 

Las personas serias y que se respetan,  llevarán sobre su cabeza toda la vida, una aureola de dignidad. Si nacieron y se criaron dentro de los más sanos valores morales, no vale dinero ni situación mala que lo haga renegar de esos valores.

Pero así como esas personas, también las hay que son la antítesis de ellas, es decir, todo lo contrario a la moral y a las buenas costumbres, y en este país, lo inmoral es lo que está hoy en boga es, la rapiña, el robo a los bienes públicos, la compra y venta de sesos, el “dame lo mío”, el “toma lo que te ganaste en campaña”…

Un profesional de la comunicación (amigo mío), fue llamado por la gerencia de una planta televisora con el fin de tratar sobre un programa de panel que él debería conducir, no sé si como arrendatario, o como empleado del mismo. 

Como se sabe, la mayoría de los medios de comunicación de este país están comprados por el gobierno. Mi amigo es abogado, periodista, médico, profesor universitario, charlista, y un  libre pensador, entre decenas de lauros más. 

En buen dominicano, es un "sabelo tó", un  "todologo", pero tiene algo que es lo que más me gusta de él; una mentalidad de "caco caliente", y no le come vainas a nadie, y al que tiene que decirle “dos vainas” se las dice, y punto.

Pues bien, la entrevista ya estaba a punto de terminar, porque al parecer, pues ya todas las condiciones expuestas por ambas partes, ya estaba cuadradas y consensuadas. Mi amigo pensó que ya el espacio estaba en sus manos, por tanto, se paró de la mesa dispuesto a marcharse.

Pero, ¡oh, sorpresa!, el empresario le dijo que aún faltaba unas cositas, según él, irrelevantes. Mi amigo se extrañó, pues pensó que ya todo era un “clavo pasao”; se quedó de pie viendo como el ameno personaje sacaba un papel larguísimo de una gaveta. Era un papel listado, larguísimo.

_ El hombre sacó el papel de la gaveta y lo puso encima de la mesa, entonces dije para mis adentros, "Bueno, esta vaina va pa'largo".

_ ¡Échate para acá, para que veas esto!, le dijo "su contrario".  
Mi amigo se puso a su lado del tipo quien,  señalando en el papel empezó así:
_ Mira, tu puedes mencionar a todo el que tú quieras en tu programa, menos a este, a este, a este otro, y mucho menos a esto. A medida que iba señalando, tenían ambos que irse moviendo a todo lo largo del papel, y ya estaban en borde de la mesa, y al papel no se le veía la otra punta.

El tipo siguió:
_ Que ni te pase por la mente mencionar en el programa a este, a este otro, y a ese otro, otro, el otro, más otro, el otro, y cuidado con este, porque ese es un turpén que no podemos tocar, ni a este........ 

Pero coño!, ¿y a quién carajo es que voy a mencionar en el jodío programa, si en ese papel están todos los ladrones de los que precisamente tengo que hablar; todos son funcionarios del gobierno? -Pensó mi amigo-

Tomó un respiro y ya iba contestarle al tipo, cuando este le dijo:
_ ¡Espera!, aun no he terminado, tengo aquí me falta decirte los temas que no debes tocar.

Cuando dijo eso, ya el papel estaba "enredao" entra las patas de una silla, por lo que tuvieron que arrodillarse y meter la cabeza debajo del inmueble,  para que el tipo siguiera leyendo y mi amigo escuchando. A medida que iban leyendo, ambos se iban "raneando" por el piso. (Léase, arrastrándose, como soldado en guerra)

_ ¡Oye ahora! -Le dijo el tipo- 
_ El tema de los generadores de electricidad, ni lo mires, y mucho menos la deuda de más de doce mil millones de pesos con el gobierno. No hables de las plantas de Punta Catalina, no digas nada de los subsidios a los grandes empresarios; no te atrevas a decir que en el gobierno hay corrupción, y ni por asomo, digas de las botellas que hay en el gobierno. 

Aquí, hizo una pausa, para enderezar el papel,  luego siguieron rodando  por el piso, y ya estaban casi en la puerta de la cocinita de la oficina, cuando el tipo volvió a hablar.

_ En cuanto a OISOE, INAPA, y el palacio nacional, que ni por la mente te pase hablar de eso. Y recuerda, el jefe no tiene segunda base, para que no se te ocurra invitar al Querido. Y de Educación.....aquí, hasta se le salió un gallo cuando dijo, ¡Ay, mi'jo!, ponte mudo con ese tema y hazte de cuenta de que no sabes  nada.

Ya estaba llegando a la neverita de la cocina, y seguía leyendo temas prohibidos para el programa. 
_ En cuanto a los invitados, aquí tienes una lista de los que debes traer y los que no.
_ Entre los que NO debes invitar, están: Juan Hubieres, el padre Rogelio, Narciso Isa Conde, a la ex regidora Guadalupe, y si no quieres caer en desgracia, olvídate de que Percival Peña existe.
Hay otros, pero ya conoces el perfil de lo que queremos aquí.

_ Sobre los que debes invitar, no creo que tenga que decirte los nombres, pero te diré solo tres por si acaso: Ramón Fadul, Lidio Cadet y el jefe de la policía, y el único tema a tratar es, la percepción. Al jefe policial y a Fadul, porque aquí no hay delincuencia, y a Lidio Cadet, porque aquí no se roba.


_ ¡Uf, por fin estoy terminando! Mira, si no quieres que te cierren el programa, no hables de .....cuando dijo esto, volteó para mirar hacia donde él pensaba que estaba, el posible dueño del programa, pero este se había ido.

_ ¡Ay, coño, ¿Dónde se metió ese carajo? Bueno, creo que es mejor así -Pensó el tipo- Ese "caco caliente" tiene lengua de máuser y me pudo causar problemas con la berenjena mayor.

Cuando se levantó del piso, el gerente de la planta televisora vio un papel que decía: ¡Métase su canal por el fullín"

Bueno, dejemos esta vaina aquí.......

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